Disidencias de Farc, riesgo latente y creciente | El Nuevo Siglo
Foto archivo El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Junio de 2017
Redacción Nacional
A finales del año anterior apenas pasaban de 200 hombres, al día de hoy cifra es incierta.  Conocedores del tema consideran que narcotráfico sería el combustible que permite generar la llegada de más integrantes que no tuvieron que ver con el conflicto

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El anuncio que hiciera el Frente Primero de las Farc en julio pasado de que no se acogería al acuerdo que estaba cerca de firmarse con el Gobierno en La Habana fue un golpe bajo para la paz. No obstante, no terminó afectando el proceso y más de 7 mil farianos ‘puros’ ingresaron a las zonas veredales para desmovilizarse, al tiempo que la Fuerza Pública anunció que fustigaría con todo su poder las disidencias. No obstante, la mala noticia es que están creciendo en algunas regiones a punta del reclutamiento.

En diciembre pasado el comandante de las Fuerzas Militares, general Juan Pablo Rodríguez, dijo que en ese momento se tenía conocimiento de la existencia de 190 disidentes de las Farc tras la firma de la paz. No obstante indicó que recibirán “todo el peso de la acción militar y policial y los seguiremos combatiendo”.

Explicó en esa oportunidad que la mayoría de los disidentes son del Bloque Oriental, “algunos del Frente Primero, del Séptimo, del 44 e incluso algunos del 39”.

Sin embargo esta cifra se habría incrementado de manera importante porque las disidencias siguen reclutando, según indicó Ariel Ávila, coordinador de la Fundación Paz y Reconciliación,  ayer a EL NUEVO SIGLO. “El problema no es tanto el número de disidentes sino que están reclutando mucho y por eso ese frente Primero ha crecido tanto. No es la disidencia sino que sigue teniendo capacidad de reclutamiento”.

Añadió que “sabemos que están reclutando mucho en Guaviare, en Vaupés, sabemos en el Meta, pero no me atrevo a dar cifras”.

En cuanto a las cifras de las disidencias, sin contar los que han reclutado posteriormente y el caso de casi 180 milicianos en Tumaco, “llegaban a 220”, indicó Ávila.

Por su parte Ernesto Borda Medina, politólogo y miembro de la Comisión de Conciliación Nacional, le dijo a este Diario que “es posible que ellos estén en la pretensión de reclutar gente, no creo que tengan demasiado éxito en ese objetivo. Lo que pasa es que aquí hay un factor muy complejo que es el del narcotráfico que hace que hayan recursos para poder contratar, porque eso más que un reclutamiento es una contratación de una gente que reconstituya unas fuerzas, pero que serían simplemente bandas delincuenciales por supuesto sin ninguna motivación política”.

En este sentido Borda puso como ejemplo que John 40 “es un tipo que ha estado siempre señalado de ser más narcotraficante que cualquier cosa. Y entonces, lo que es clave aquí es entender que esta gente tiene recursos para reclutar, o sea para pagarle a gente que prácticamente que lo que se hace es mercenaria, pero que no entra a las filas de una organización insurgente que como tal tenga motivación política”.

En este aspecto coincidió con Ariel Ávila, quien dijo que “se les conoce como disidencias, esos no son disidentes, son bandidos desertores. Pero una disidencia ideológico-política de una parte de las Farc, eso no ha habido. Se le llama disidencia porque fue el nombre que se les colocó, pero son desertores, bandidos que se salieron”.

En enero pasado se tenía un conocimiento parcial de que las disidencias comenzaban a reclutar, pues las autoridades sabían que buscaban menores de edad.

En esa oportunidad la Alta Consejera para los Derechos Humanos, Paula Gaviria, dijo que “son varios casos de reclutamiento los que tenemos registrados. Aún no tenemos claridad frente a quiénes serían los responsables, pero todo indica que sería el frente Primero de las Farc que se declaró en disidencia con el proceso de paz”.

Gaviria señaló en esa ocasión que en zona rural del municipio de Miraflores (Guaviare) fueron reclutados al menos cinco jóvenes, que se sumaron a 25 más en otras regiones del país.

 

Cabecillas

En las disidencias cabecillas importantes en el sentido que fueran del Estado Mayor Central de las Farc solo hay uno, Gentil Duarte, los “demás son comandantes de frente y algunas compañías. Está ‘Iván Mordisco’, que era comandante del Frente Primero; John 40 que era del Frente 43, los demás son jefes de compañías”, explicó Ariel Ávila.

Sobre alias John 40, el analista Borda dijo que “es un personaje importante porque tiene comando y es un hombre con capacidad y liderazgo militar. Y obviamente es una persona que hay que buscar recoger dentro de la negociación o simplemente neutralizar porque una cosa que ha sido clara siempre es que si hay gente que no se aviene a la negociación, esa gente sea objeto de la represión del Estado y de la aplicación de la ley”.

En ese sentido Borda consideró que “ahí lo que parecería que necesita reforzarse es precisamente la acción más contundente del Ejército, la Policía y la administración de justicia en contra de estas personas”.

Alianzas

Desde el Centro Democrático se ha dicho que las disidencias de las Farc establecieron alianzas con el Eln e incluso bandas criminales.

Ariel Ávila indicó que “en el sentido estricto hay una pequeñísima disidencia en Antioquia, que es como de 10 guerrilleros, que tendrían contactos con el Clan del Golfo. Las otras en general todavía se mantienen aparte. Pero ese no es el problema, disidente es disidente independientemente que se alíe con el Eln o con el Clan del Golfo hay que aplicarle todo el peso del Estado”.

Borda dijo sobre el particular que “es probable que con bandas criminales eso ocurra, ese ha sido siempre uno de los riesgos del posconflicto, que haya gente que tome la decisión de no hacer su vida por el curso institucional que le ofrece la reincorporación sino que busque otras formas y además ilícitas de hacer su vida. Eso estaba estimado y se habían hecho advertencias desde el propio Gobierno: el general Naranjo, por ejemplo, lo ha dicho desde hace mucho tiempo, por supuesto antes de ser vicepresidente, el fenómeno de la multicriminalidad y la necesidad de prevenir y controlar los actos de criminalidad que surgen como remanentes de la desmovilización. Eso hay que entender que es así y obviamente hay que entender que hay que contenerlo muy pronto porque lo que no le puede pasar al país es que se mejicanice, o sea que Colombia entre a una dinámica de configuración de mafias territoriales”.         

 

Para dónde van

Borda consideró sobre  el futuro de las disidencias que “nunca estos problemas son menores, siempre hay que atenderlos, porque pueden tener efecto de bola de nieve, o sea pueden ir creciendo en la medida que no se contienen, en la medida que no se reprimen”. 

Mientras que Ariel Ávila dijo que para saber qué puede pasar con estas disidencias hay que  “mirar qué ha pasado con las disidencias del Eln o las disidencias de los paramilitares, que fueron como 20 veces más grandes que las de las Farc. Hay tres caminos: se mueren, se entregan o se bandolerizan. Pero volver a formar un grupo ideológico-político como el de las Farc, de alcance nacional, eso no va a pasar”. 

  


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