El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) alertó recientemente de la temporada de invierno a la que se enfrentará el país en el futuro próximo con la llegada del fenómeno de La Niña.
Sobre esto, EL NUEVO SIGLO consultó a varios expertos en materia ambiental e infraestructura y les preguntó si Colombia está preparada para el invierno que se avecina.
Ómar Franco, exdirector del Ideam, manifestó a EL NUEVO SIGLO que la temporada regular de lluvias en la región Andina está instalada desde abril y su proceso, se estima, "pueda estar presente hasta mayo, en donde se va a registrar una mayor intensidad y frecuencia en las precipitaciones. Ya hemos registrando algunas dificultades en términos de deslizamientos, que evidencian que no estamos en algunas regiones del país con las alertas adecuadas”.
“Por eso la invitación desde ya es a que todos los municipios activen su sistema de alertas tempranas, su Consejo Municipal de Gestión de Riesgo para que puedan —de alguna manera— empezar a construir ese proceso de alistamiento, de planeación y preparación”, agregó Franco.
Cabe señalar que “las oscilaciones pueden tardar algunos días más y por eso es importante activar todos los sistemas de gestión de riesgo sobre los meses de junio-julio, pues se estima que pueda tenerse una potencial reducción de la intensidad y la frecuencia de las precipitaciones. Sin embargo, los modelos meteorológicos que ha señalado el Ideam muestran que podemos tener una posibilidad alta de registrar algunas lluvias adicionales. Luego es importante que desde ya todos los sistemas de gestión de riesgos también estén en alerta máxima”, concluyó.
Max Henríquez, meteorólogo, afirmó a EL NUEVO SIGLO que habitualmente en Colombia, durante las temporadas invernales normales, ocurren más o menos 650 eventos de desastres hidrometeorológicos que afectan la vida cotidiana de las personas en muchas partes del país, especialmente aquellos que viven en las riberas de los ríos”.
Estas personas viven en esas zonas debido a la falta de recursos. La pobreza “es el principal problema en cuanto a la generación de los desastres en Colombia, la gente vive ahí y son terrenos que les pertenecen a los ríos o a las quebradas, entonces, cuando hay un invierno normal, los ríos se crecen y hay 650 eventos —en promedio— al año de desastres de tipo hidrometeorológicos. ¿Cuáles son estos?, son los deslizamientos causados por las lluvias, las crecientes de los ríos, los desbordamientos de los ríos; las avalanchas, que es lo que más daño hace, porque son como un tsunami que viene de la montaña hacia abajo”.
“Se forma la avalancha por el deslizamiento de una montaña que cae sobre un río y lo tapona, y genera una represa, esa represa se rompe y luego se va el bombazo hacia abajo. De esas vamos a tener muchas en este segundo semestre. No todos los meses del segundo semestre van a ser altamente lluviosos, pero en sumatoria va a haber lluvias por encima de lo normal”, explicó Henríquez.
Asimismo, puntualizó que “no hay nadie que se prepare, y menos un país como Colombia, para atender esta situación de emergencia, ya que generalmente se desborda la capacidad que tienen las entidades de gestión del riesgo para atender o para prevenir” los desastres que se presenten.
“Normalmente estos fenómenos ocurren de improviso, pero los alcaldes tienen que estar muy atentos a atender (las emergencias), prevenir a la gente para que cuando, en un momento dado haya que evacuar, lo hagan rápidamente. Entonces, va a ser difícil de manejar. Todos los años en que hay fenómenos de La Niña, pasa lo mismo”, concluyó.
Felipe Cárdenas, docente de Ciencias Naturales de la Universidad de la Sabana, indicó a EL NUEVO SIGLO: "Somos un país que no se ha preparado suficientemente, hemos descuidado la conservación de cauces y microcuencas. Considero que no estamos preparados. Hay mucha desarticulación entre las autoridades del Estado y falta de claridad en términos de mitigación del riesgo de desastres”.
Juan Saldarriaga, titular de Ingeniería Civil y Ambiental de la Universidad de Los Andes, indicó que “desde julio del 2024 a finales de junio del 2025 será un ‘año niña’, que significa para la zona colombiana una cantidad de lluvia que está por encima del valor promedio”.
“Colombia no está muy preparada, porque no hemos adquirido en el país la maquinaria e infraestructura necesarias para atender este tipo de emergencias, que debían ser planteadas a largo plazo y no simplemente a responder en el momento en que llegan los inviernos. En segundo lugar, tenemos el problema político de corrupción, que hace que el Estado por un tema pierda capacidad de responder ante una emergencia”, sostuvo.
“Siempre que tenemos inviernos fuertes, vamos a tener inundaciones en muchas partes del país, particularmente digamos en la zona de La Mojana, en la depresión en esa zona, pero también algunas otras zonas del país y por supuesto nuestra infraestructura, particularmente de carreteras, es muy susceptible a daños por el riesgo a lo que llamamos los derrumbes en las carreteras”, expresó.
Por su parte, Camilo Prieto, docente de Cambio Climático de la Universidad Javeriana, aseguró que “definitivamente, Colombia no está preparada. No hemos comprendido todavía que el 26 % del territorio colombiano corresponde a humedales, es decir, a zonas inundables, y no nos hemos adaptado a los pulsos del agua. Colombia es un país anfibio y nos hemos enfocado más en la construcción de diques, de jarillones, pero no hemos ordenado territorialmente el país en torno al agua. Por eso, cada año que hay incremento de las precipitaciones, tenemos damnificados”.
Disposición de Bomberos
Lourdes Peña, capitán en jefe de la Dirección Nacional de Bomberos de Colombia, Unidad Administrativa Especial adscrita al Ministerio del Interior (que hace parte de las entidades Operativas del Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres, estipulada bajo la Ley 1523 de 2012), aseguró a EL NUEVO SIGLO que disponen de los protocolos de atención de emergencias: “Al momento se cuenta con más de 20 mil hombres y mujeres bomberos, distribuidos en 856 cuerpos de bomberos legalmente constituidos entre voluntarios, oficiales y aeronáuticos”.
Asimismo, explicó que el personal “se ha venido capacitando y certificando constantemente en la atención de emergencias en todas las especialidades, actualización de los planes de emergencia y contingencia, articulación entre los consejos municipales y departamentales de gestión del riesgo para enfrentar los eventos derivados de la presente temporada de lluvias. Muy pronto, según la evaluación técnica del Ideam, tendremos influencia del fenómeno de La Niña, el cual aumentará los incidentes detonados por eventos relacionados con la época, como son las avenidas torrenciales, deslizamientos, inundaciones, vendavales, granizadas, caídas de árboles, entre otros, por los cuales se garantiza una respuesta pronta y oportuna por parte de las unidades bomberiles a estas emergencias, para salvaguardar la vida, bienes y ecosistemas de todos los colombianos”.