El discurso del presidente Petro en la asamblea de la ANDI dejó a más de uno preocupado. A pesar de los aplausos que se oyeron con más estruendo en la transmisión por internet, los empresarios asistentes tuvieron que salir aterrados. Aunque no podemos dejar pasar por alto que desconocía que el Mincomercio en realidad es el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, o que afirmara que las ventas al por menor eran las de los informales venezolanos, demostrando su completa ignorancia en el funcionamiento de la economía, en esta columna quiero concentrarme en tres grandes falacias que mencionó en su discurso.
Al hablar de generación de riqueza Petro engaña y confunde. Dice que la única forma de generar riqueza es a través del trabajo. Basado en esta premisa propuso en campaña que el Estado contratara a todos los desempleados, idea que hasta el momento ha sido descartada por el ministro Ocampo. La riqueza no se produce únicamente a través del trabajo, requiere al menos otros tres componentes adicionales: el ahorro, la inversión y la innovación. Piense en un pescador: si trabaja mucho seguramente podría pescar un poco más, pero estaría lejos de mejorar su situación actual. Si el pescador decide ahorrar parte de lo producido para con eso comprar los insumos necesarios para construir una red, que eventualmente adquiere, estaría multiplicando su pesca diaria y generando aún más riqueza. Si logra inventar una nueva forma de red que captura más pesca en el mismo periodo de tiempo incrementaría aún más la riqueza. La reforma tributaria de Ocampo aniquila el ahorro y la inversión, lo que terminará afectando la innovación. Así será imposible generar riqueza.
Petro también le dedicó gran parte de su discurso a hablar de “justicia social”. Este término lo explica muy bien el economista español Daniel Lacalle en su libro “Libertad o igualdad”. Cito un aparte: “No existe nada más avaro que el concepto de ‘justicia social’, porque parte de una falacia para justificar una inmoralidad. La falacia es que el crecimiento económico, la generación de riqueza, es un juego de suma cero y que para que unos ganen, otros tienen que perder”. ¿Acaso el pescador del ejemplo anterior hizo que otros perdieran para él poder ganar? No, incluso al aumentar la producción de pescado benefició a toda la comunidad que ahora tenía más pescado y a menor precio.
Por último, Petro afirmó que las ideas del libre mercado no habían logrado sacar personas de la pobreza. Recordemos que en 1800 el 85% de la población mundial vivía en extrema pobreza y en 2017 esta cifra disminuyó al 7%. Este impresionante avance se dio gracias al aumento de la libertad económica a nivel global. Según la Heritage Foundation, los países con mayor libertad económica del mundo tienen un PIB per cápita de 74 mil dólares, en cambio los países sin capitalismo o represados en sus libertades económicas, esos a los que Petro pretende emular, tienen PIB per cápita de apenas 7 mil dólares.
Empresarios, un discurso lleno de mentiras como este, que solo busca engañar a la población con la trágica estrategia del populismo no merece más que un silencio abrumador. No compremos la soga con la que después nos van a ahorcar.