Bien sea una fotografía, un lienzo o un video performance, coleccionistas o ciudadanos apasionados del arte podrán conseguirla alrededor de un millón de pesos. Esa es la oportunidad que ofrece, como es tradición, la Feria del Millón, un espacio para fortalecer la escena colombiana, y por qué no, para iniciar su propia colección.
En el 2013 nació este novedoso espacio cultural de la idea de un arquitecto y un periodista. “Una iniciativa que surgió con la intención de hacer una feria de arte para promover el trabajo de artistas jóvenes, que no tienen dónde mostrar su trabajo, y para buscar un diferencial respecto a otras ferias de arte decidimos bautizarla con el nombre de la Feria del Millón porque la idea era que todas las obras costaran un millón de pesos. El evento empezó así, con ese propósito de democratizar el arte y de que la gente encontrara pintura, fotografía, dibujo y otros formatos alrededor de ese precio”, le contó a EL NUEVO SIGLO Diego Garzón, codirector del encuentro de arte.
Muestra fresca y disruptiva
Luego de llevar este formato innovador nueve años consecutivos a exhibiciones en Bogotá, un año en México y algunas ediciones en Cali y Barranquilla, la feria llega esta vez a Medellín, la cual tendrá lugar hasta este sábado, con una nómina de 40 grandes artistas.
La primera Feria del Millón en la capital antioqueña “busca descentralizar el arte”, señaló Garzón, ya que el 40% de los creadores participantes son de la región. Este escenario apuesta por la circulación de la obra, por lo que el público tendrá la posibilidad de ver los procesos artísticos de creadores radicados en diversos lugares de Colombia.
El estilo fresco y disruptivo predomina en esta muestra que se caracteriza por no ser pretenciosa y que, a diferencia de otras iniciativas, es el artista quien habla con el público.
“Todo aquel, graduado o no de una facultad de arte, y de cualquier edad, que se dedique a la pintura, escultura, fotografía o técnica mixta, entre otras, puede visibilizar aquí su trabajo y lograr vivir del arte. No siempre es fácil para un artista exponer su obra en galería, que es el conducto tradicional”, afirmó el codirector, quien además es autor de libros como “Conversaciones con diez artistas contemporáneos colombianos” y “De lo que somos”, 110 obras para acercarse al arte contemporáneo colombiano.
Muchos de estos creadores son desconocidos y jóvenes, “pero a la vez con un gran talento y el plus para la gente que llega acá es descubrir esto”, agregó.
Así, representantes de San Andrés, Cúcuta, Pereira, Manizales, Medellín, Cartagena, Mesetas, Barranquilla, Becerril y Bogotá conforman la selección de artistas que, durante los días de la feria, mostrarán su trabajo en Palermo Cultural, un nuevo espacio del Fondo Inmobiliario Colombia (FIC, entidad líder del proyecto urbanístico).
Entre esta selección estarán artistas como Alonso Restrepo, Aurea Oliveira, Camilo Correa, Carlos Alberto Gómez, Carlos Vera, Catalina Moreno, Claudia Camejo Zuluaga, Colectivo Azul y Lindy Márquez, David Ramírez, Diego Blanco, Diego Trujillo, Esteban Schimpf, Federico Fernández, Gabriela Egurrola, Germán Betancur, Germán Martínez, Itzayana Castañeda, Iván Andrés Romero, Jairo Manzano, Jhon Fernando Muñoz, Johan Andrés Gallego, Johan Sebastián Giraldo, José Darcy Cabrera, José Rosero y Juan Esteban Muñoz.
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¿Por qué un millón?
Unas más y otras menos, pero en su mayoría la muestra que habita en esta feria contiene piezas que rodean el millón de pesos. Una cifra elegida no solo como el diferencial de este evento frente a los otros, sino que además es un número “justo” para este mundo del arte.
“Un millón de pesos es una cifra significativa en un país como Colombia, es mucha plata para varios, pero cuando se habla de arte es un precio bastante razonable porque la calidad es muy buena”, aseguró Diego.
Diálogo espontáneo
Así como el artista encuentra en la feria una vitrina, el visitante tiene la posibilidad de aprender de arte, pues es el mismo artista quien habla con la gente sobre el contexto y la concepción de su obra.
Según el organizador, que el artista pueda hablar con el público sobre trabajo, es algo fundamental en el arte contemporáneo, ya que a veces es difícil descifrarlo por sí mismo. De igual forma, este tipo de conversaciones ofrece un bagaje al artista emergente que está comenzando su recorrido en el circuito artístico y que no cuenta con la representación de una galería; y a quienes quieren empezar a coleccionar arte.
Por otro lado, la calidad de la obra está asegurada, pues la Feria del Millón cuenta con un jurado conformado por expertos y conocedores de la escena artística, como Margarita Rodríguez, egresada de los programas de M. A. Art Business de Sotheby’s Institute of Art, Mercado y comercio internacional de arte Icart y Teoría del Arte de la Universidad de los Andes; o Viviana Mejía, curadora, escritora y gestora cultural independiente con más de 13 años de experiencia en el sector del arte, y Maestra en Arte Contemporáneo de Sotheby's Institute of Art Singapore.
La Feria se diferencia de otras porque genera un diálogo espontáneo alrededor de las artes plásticas. Se trata de un punto de encuentro donde, en torno al arte, se da la vida, la cotidianidad, la conversación y el compartir sobre temas como gastronomía y buena música.
El evento suma nueve años realizando esta labor, en los que más de 600 artistas han expuesto su obra y se han dado a conocer en el mundo del arte, y gracias a esto han podido entrar al mercado y dinamizarlo.
Al abrazar la Feria del Millón, Medellín recuerda su lugar en la escena del arte colombiano, pues es la tierra que vio crecer a gigantes del arte como Débora Arango, Fernando Botero, Juan Manuel Echavarría, Libia Posada, María Teresa Cano, Jesús Abad Colorado o Joaquín Restrepo, entre tantos otros.
Estos son algunos de los artistas más representativos de la ciudad que en 1968 acogió la primera Bienal Iberoamericana de Pintura de Coltejer, evento que se realizó durante dos versiones más bajo el nombre Bienal de Arte de Coltejer. Por esto, el encuentro decidió honrar la historia en esta edición y presentar la imagen gráfica de la Feria del Millón Medellín, que se inspira en las Bienales de Coltejer que se llevaron a cabo a finales de los años 60 y comienzos de los 70, las cuales se convirtieron en un referente en la evolución del arte colombiano.
De esta manera, se desarrolla este nuevo capítulo de la Feria, que ha logrado mantenerse a flote a pesar de los efectos de la pandemia. “Hay muchos eventos que han surgido, otros que se han acabado por la pandemia y nosotros hemos persistido en esa búsqueda de este espacio y consolidarlo. Es una feria alternativa, porque no contamos con apoyo oficial. Por eso, es muy meritorio lo que ha hecho la feria porque en un país como Colombia es muy complejo posicionar eventos culturales y son pocos los que hay enfocados en artes plásticas”, indicó Diego Garzón.