La narrativa de la muerte | El Nuevo Siglo
Viernes, 4 de Junio de 2021

Si ya de por sí es cosa grave hablar exclusivamente de distribuir la riqueza antes que de crearla, cuanto más hablar de la manera para destruirla, como, en efecto, proponen los socialistas en concierto con los socialdemócratas.

La crisis social que padecemos viene de años y es multicausal. Y más allá de echarle la culpa a los de la oposición (que en mucho la tienen) o al gobierno, conviene auscultar otras causas, quizás más letales.

Que nuestro conflicto contra el terrorismo tiene como causas eficientes el narcotráfico, la minería ilegal y el contrabando, es cosa sabida, pero una inexplorada causa de nuestro conflicto social a sido la narrativa “estatista” tan fuertemente arraigada en nuestras almas y tan demoledora del sector productivo.

Las recientes cartillas pagadas con nuestros impuestos y que profusamente ha decidido publicar la U. Nacional pueden ser un buen ejemplo de ello.

El punto de partida no puede ser más controversial y, me atrevo a afirmar, equivocado. Veamos lo que se enseña y lo que se construye de tiempo para acá:

En los últimos decenios se ha impuesto en el mundo una visión individualista, egoísta, utilitarista que privilegia el lucro por encima de toda consideración. (…) Este modelo que demoniza lo público y el papel que debe jugar el Estado, está en crisis debido a los nocivos efectos políticos y sociales que ha producido (…)

No es que el Estado sea un mal necesario como lo afirma el liberal David Boaz, pero si es un invento humano de muy sigilosa administración. Es un constructo que debe ser constantemente evaluado y medido y siempre debe ser puesto al servicio de las libertades personales, incluyendo, como no, la de la empresa y la iniciativa privada.

Eso no es demonizar al Estado sino defender la esfera individual limitando razonablemente su poder. Esa es la grande enseñanza que nos heredó la caída del muro de Berlín y la debacle comunista y totalitaria. Y esa herencia debemos protegerla celosamente porque, aun cuando la visión utilitarista e “individualista” del mundo no sea la mía, mal haríamos en satanizarla con enseñanzas públicas como las que circulan por estos días y que pretenden reconstruir una narrativa adversa al individuo, a su riqueza personal, a su cosmogonía individual y, de contera, se carga con el progreso y el desarrollo comunitario.

La principal causa de la crisis es aquella que permite permear una narrativa que por defender el “estatismo” termina convirtiéndolo en el grande cementerio de las almas libres. De todo ello, hasta ahora se ha venido dando cuenta el propio sector productivo. Les debería dar vergüenza.

@rpombocajiao