Pese a las crisis política por la judicialización de los escándalos de corrupción, la economía del país más grande del continente se viene fortaleciendo tras un bache en el que, incluso, llegó a hablarse de recesión técnica
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En medio de las crisis políticas y judiciales que han marcado la realidad brasileña en los últimos dos años, la economía del país más grande de Suramérica se viene recuperando de forma lenta pero sostenida, pese a que no hace mucho tiempo se llegó a hablar de recesión técnica.
Este viernes, por ejemplo, se informó que la producción industrial creció 0,2% en noviembre de 2017 con respecto al mes precedente, cuando subió 0,3% (según revisión de 0,2%), de acuerdo con datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
El resultado supera el 0,1% en promedio estimado por 21 instituciones financieras, según datos recogidos por la brasileña Valor Data.
Comparado con noviembre de 2016, el crecimiento fue de 4,7%, el mayor registrado desde 2010, y también superior a la estimación de especialistas de 4%.
Según los datos del IBGE, la producción industrial subió 2,3% en el acumulado del año pasado, hasta noviembre.
El mercado prevé un aumento de la producción industrial de 2,04% en 2017 y de 3,12% en 2018, según la última encuesta Focus, realizada semanalmente por el Banco Central con un centenar de analistas e inversores.
La misma encuesta eleva su proyección del PIB, con un incremento de 1% para 2017 y 2,70% para este año, después de dos años de grave contracción.
El derrumbe de la producción industrial se arrastró durante tres años, con caídas de 3% en 2014, 8,3% en 2015 y 6,4% en 2016.
Los datos económicos favorables refuerzan al presidente Michel Temer y a su impopular programa de ajustes con el que pretende recuperar la confianza de los inversores.
Superávit comercial
Otro dato que evidencia la recuperación económica brasileña es la evolución de su balanza comercial.
Días atrás se informó que el país obtuvo un superávit comercial récord de 67.001 millones de dólares en 2017, un 40,5% superior a la marca lograda el año anterior, gracias a un aumento del volumen y de los precios de sus exportaciones.
El resultado estuvo en línea con los 66.000 millones de dólares proyectados por el mercado en la encuesta semanal que realiza el Banco Central y con la banda entre 65.000 y 70.000 millones previstos por el Ministerio de Industria, Comercio Exterior y Servicios (MDIC).
El saldo comercial de diciembre tuvo un superávit de 4.998 millones de dólares, con un salto interanual de 13,2%, que contribuyó a dejar atrás los 47.683 millones de dólares de 2016.
"La expectativa de los mercados era muy grande (...) Y las exportaciones crecieron por primera vez después de cinco años", dijo el ministro Marcos Pereira, que conduce el MDIC.
El funcionario agregó que las importaciones tuvieron su primera expansión en tres años al calor de la mejora que registra la economía brasileña después de salir de una de las peores recesiones de su historia.
"Muestra una recuperación real de la economía", dijo Pereira.
Los saldos a favor en el intercambio con China y Argentina fueron uno de los motores de la balanza comercial 2017 de la mayor economía latinoamericana.
En total, las ventas al exterior sumaron 217.700 millones de dólares en 2017, una mejora de 18,5 % en relación a los 185.200 millones del año precedente, mientras que las importaciones acumularon 150.700 millones, con un aumento de 10,5% respecto de los 137.500 millones del año previo.
"Es bueno para Brasil porque garantiza el ingreso de dólares. Hay un colchón de reservas muy alto y podría seguir aumentando. Esto permite que no cambie la percepción de riesgo del país", dijo a la AFP Raul Velloso, consultor económico y exsecretario de Asuntos Económicos del Ministerio de Planificación.
Menor desempleo
Confirmando ese repunte, hace una semana se había indicado que el desempleo en Brasil cayó a 12% en el periodo septiembre-noviembre, frente a 12,2% de agosto-octubre, en su octavo retroceso consecutivo, siempre bajo el impulso del trabajo informal.
El dato coincide con las expectativas de la mayoría de los analistas.
En septiembre-noviembre de 2016, la tasa de desocupación era de 11,9%, pero llegó a un récord de 13,7% en el primer trimestre de 2017 tras una recesión de dos años de la mayor economía latinoamericana.
Desde entonces, el desempleo retrocede paulatinamente, al tiempo que la economía da señales de recuperación, de acuerdo con los datos del IBGE, que realiza sus estudios en base a 'trimestres móviles'.
En septiembre-noviembre, había 12,6 millones de personas en busca de trabajo en Brasil, 100.000 menos que en agosto-octubre y 543.000 menos (-4,1%) que en el mismo periodo del año pasado.
El sector privado con contratos formales empleaba el mes pasado a 33,2 millones de personas, 100.000 menos que en octubre y 857.000 menos (-2,5%) que en noviembre de 2016.
El sector informal empleaba por su lado a 11,2 millones de personas, 200.000 más que en octubre y 718.000 más (+6,9%) que en noviembre del año pasado.
El número de autoemprendedores ('trabajadores por cuenta propia') se mantuvo estable en 23 millones entre octubre y noviembre, pero registra un aumento interanual de 1,1 millones (+5%).
El IBGE realiza sus informes en base a encuestas llevadas a cabo por cerca de 2.000 entrevistadores que visitan domicilios en todo el país.
Un alivio para Temer
El retroceso del desempleo en noviembre debe aliviar al presidente Temer, que aplica un severo plan de ajustes como fórmula para recuperar la confianza de los inversores y dinamizar la economía.
Una de esas medidas, la reforma del régimen laboral, en vigor desde noviembre, flexibilizó las normas de las contrataciones y los despidos.
Los mercados esperaban con particular atención los datos del viernes, después que esta semana el ministerio de Trabajo revelara que en noviembre el país había perdido casi 13.000 empleos formales, cortando una racha positiva de siete meses.
La oposición vinculó esa interrupción a la aplicación de la reforma laboral.
El coordinador del área de Trabajo y Rendimiento del IBGE, Cimar Azeredo, admitió que la caída de la desocupación se debe principalmente al aumento de los trabajos sin contrato y al de autoemprendedores, "o sea, a la generación de empleos y de trabajos precarios".
Recordó además que el número de desempleados en el país "es prácticamente el doble del de hace cuatro años". En el periodo septiembre-noviembre de 2013, había en Brasil 6,34 millones de desocupados.
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