El pasado 25 de abril el Ministerio de Salud estableció que el uso del tapabocas ya no sería obligatorio en espacios cerrados, pese a algunas excepciones, para los municipios que, como la ciudad de Bogotá, superaron el 70% de la vacunación.

Aunque el covid-19 no se ha erradicado y seguirá siendo una enfermedad viral con la que el mundo ya está aprendiendo a convivir, esta última decisión fue leída por muchos tal vez no como la conclusión de la pandemia, pero sí como el final de todas las restricciones, cierres, cuarentenas, aislamientos y limitantes de aforo que marcaron el desarrollo de la emergencia sanitaria, desde que se implementó en la capital colombiana la primera cuarentena por la vida, el 20 de marzo del 2020 a las cero horas.

En este contexto, y con cientos de miles de oficinas que seguían en la virtualidad listas para su retorno, ¿qué tan preparado está Transmilenio para el aumento de afluencia de público ahora que se levantó la restricción del tapabocas en lugares cerrados?

Para responderse a esta pregunta, EL NUEVO SIGLO habló con la empresa de Transmilenio, cuya afluencia de usuarios se vio seriamente afectada en el marco de la pandemia, puesto que dejó de recibir el número de usuarios que tradicionalmente movilizaba, y dijo estar preparada para el retorno masivo a la presencialidad de las oficinas que aún no han hecho este salto.

“Transmilenio, como sistema masivo de tránsito rápido, está diseñado y sí está preparado para transportar un mayor número de usuarios de los que actualmente moviliza y antes de pandemia. Actualmente, la demanda del sistema es del 89% de la registrada antes de pandemia y la oferta del sistema es del 130% frente a las cifras que había antes de que llegara el covid-19 a la ciudad de Bogotá”, advirtió el sistema integrado de transporte masivo, y enfatizó que el número de usuarios que está previsto que hoy haga uso del sistema es menor al que había a comienzos de marzo del 2020.

En estos momentos “tenemos una demanda 11% menor y una oferta 30% mayor que, en caso de que sea necesario, se pondrá al servicio de los usuarios y por eso podemos afirmar que estamos preparados para el aumento de la afluencia de público.

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El cambio en el número de usuarios

Ahora, si bien es cierto que en estos momentos el sistema está listo para recibir un aumento en el número de usuarios, vale analizar qué tanto transformó el covid-19 las cifras de este sistema de transporte masivo de la capital.

Dicho eso, en el momento de menos afluencia en estos dos años y medio de pandemia ¿cuántos usuarios hubo?, ¿cuántos hay ahora? ¿Y cuántos esperan que haya a mediados de este año?

Es importante precisar que antes de la pandemia, en el año 2019, el Sistema registraba más de 4 millones de viajes en un día hábil, 2,5 en el componente Troncal, 1,5 en el Zonal y 25 mil usuarios en el Transmicable que tiene la localidad de Ciudad Bolívar.

Ahora, a raíz de la llegada del covid-19 y las diferentes medidas restrictivas de movilidad impuestas por las autoridades de salud y la limitación del aforo, el volumen de usuarios disminuyó significativamente, aun cuando el sistema continuó operando para garantizar el derecho a la movilidad de quienes estaban exceptuados y no se suspendió un solo día.

Dicho eso, en el momento más crítico de la pandemia se tuvieron 640 mil validaciones en un día hábil (el equivalente a un 16% de las que se efectuaban antes de pandemia). Para poner esta cifra en contexto es pertinente mencionar que en este momento las validaciones alcanzan los 3 millones 600 mil, lo que equivale a un 90% de las validaciones que registraba el sistema antes de que llegara el covid-19 procedente de Milán y por el Aeropuerto El Dorado, a Bogotá.

Proyecciones

Con esta variación en las cifras, las proyecciones de la empresa para el segundo semestre de este año no son menos que recuperar los datos que se registraban antes de la pandemia. “Esperamos que en el segundo semestre del año logremos alcanzar el mismo número de validaciones que teníamos antes de pandemia”, precisó a EL NUEVO SIGLO la empresa de transporte masivo.

“La crisis sanitaria no ha terminado y así lo ha indicado tanto la Organización Mundial de la Salud como el Gobierno nacional. Y tan es así que sigue siendo obligatorio el uso del tapabocas en el transporte público. El covid-19 nos enseñó que los sistemas de transporte deben ser flexibles y adaptarse a los cambios. En tal sentido, Transmilenio está poniendo al servicio de sus usuarios más servicios de información y recaudo a través de herramientas tecnológicas (TransMiapp, recarga web, entre otras) y para los equipo de programación de rutas y frecuencias,  herramientas de analítica que permiten conocer los cambios en los patrones de viaje y variaciones en la demanda para ajustar la oferta a las necesidades de los usuarios”, finalizó la empresa capitalina.

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Rescate a Transmilenio

Por otra parte, vale referir que el golpe financiero que la pandemia le asestó al sistema de transporte masivo fue devastador, al punto que la Alcaldía Mayor de Bogotá solicitó al Concejo de Bogotá un monto por $1,1 billones para su rescate.

Esto precisamente porque la disminución de la demanda hizo que el sistema necesitara recursos para el FET por $1,27 billones adicionales a los $1,251 billones que se tenían presupuestados para el 2021.

“Transmilenio requiere recursos de urgencia para compensar el déficit que ha representado la pandemia, por exigir la operación del máximo de la flota con un aforo inferior al 50%. El Sistema transportaba 4 millones de personas en un solo día en sus tres componentes (cifras prepandemia), de las cuales el 87% pertenecen a los estratos 1, 2 y 3”.

Agregó que “por este motivo, garantizar la movilidad de los ciudadanos, en especial de la población menos favorecida que no cuenta con otros medios alternativos de transporte, es fundamental para la recuperación económica y rescate social de Bogotá”, indicó en aquel entonces la empresa de Transmilenio.

Dichos recursos, de acuerdo con el sistema, serían utilizados para cubrir el diferencial tarifario del Sistema de lo que resta de la vigencia 2021. “Dentro de los costos de operación del Sistema se encuentran los salarios a los conductores, insumos para los buses, combustible, etc. Así se garantizará la operación hasta final de año a pesar de que los ingresos por demanda de pasajeros no se han recuperado como se esperaba”, argumentó entonces la compañía.