El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, rechazó tener la intención de reelegirse en el cargo, una figura prohibida por la Constitución, y se comprometió a realizar una consulta popular a medio mandato para decidir su continuidad en la presidencia.
"Reafirmo que no soy partidario, no estoy de acuerdo con la reelección y que nunca, bajo ninguna circunstancia, intentaría perpetuarme en el cargo que actualmente ostento", dijo el mandatario izquierdista al leer un compromiso público que firmó durante su habitual conferencia de prensa matutina.
"Ello no solo significaría ir en contra de la Constitución sino también traicionar mis principios y renegar de mi honestidad, que estimo es lo más valioso en mi vida", agregó López Obrador, conocido por sus iniciales como AMLO.
La ley mexicana establece que "en ningún caso y por ningún motivo" un presidente de la república podrá volver a desempeñar ese puesto, un principio que el veterano político de 65 años siempre ha defendido como una de sus principales convicciones.
Sus opositores, sin embargo, desconfían de su palabra y aseguran que López Obrador estaría buscando cambiar la Constitución para poder postular a un segundo mandato, un escenario posible dada la cómoda mayoría que su alianza política tiene en el Congreso bicameral mexicano y también debido a su elevado apoyo popular.
La semana pasada, la mayoría oficialista aprobó reformas legales para permitir la organización de referendos con carácter vinculante, entre ellos el de revocación del mandato presidencial que se celebrará a la mitad del periodo de seis años establecido en la ley.
Esta propuesta, que según partidos de oposición abre la puerta para que López Obrador pueda someter a voto su reelección, fue una de sus principales promesas de campaña.
"Según nuestra Carta Magna el pueblo tiene en todo momento el derecho de cambiar la forma de su gobierno, es decir, el pueblo pone y el pueblo quita", dijo el presidente.
"Así, a mediados de mi mandato, en 2021, se deberá llevar a cabo una consulta para preguntar a los ciudadanos si quieren que continúe gobernando o que renuncie", añadió.
El izquierdista dijo que "basta con seis años" para desterrar la corrupción y la impunidad -su principal grito de guerra- y que no tiene duda que le alcanzará el tiempo para consumar su plan de transformar la vida pública del país.
"Sepan pues (...) que abandonaré la presidencia en el día preciso que marca la máxima ley, la ley suprema, y que en el 2024 me iré", concluyó.