El ministro de Relaciones Exteriores austriaco, Alexander Schallenberg, afirmó que tenía un "enorme reto" por delante después de que el canciller Sebastian Kurz renunciara el sábado y lo nombrara como su sucesor al frente del gobierno.
Kurz, que a sus 35 años es uno de los mandatarios más jóvenes de Europa, anunció el sábado por la noche que dejaba el cargo de canciller, a raíz de la apertura de una investigación contra él.
Afirmando que quería "ceder el lugar para evitar el caos", el líder conservador, otrora apodado "niño prodigio" austriaco y que ha dirigido dos Ejecutivos distintos en los últimos cuatro años, propuso a su ministro de Exteriores para reemplazarle.
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Schallenberg, de 52 años, se reunió con el presidente austriaco, Alexander Van der Bellen, después de hablar con el vicecanciller Werner Kogler, de los Verdes.
En unos breves comentarios realizados antes de encontrarse con el presidente, el ministro apuntó que "la tarea y el futuro" que tiene por delante suponen un "enorme reto" que "no es fácil para ninguno de nosotros". "Pero creo que estamos mostrando un grado increíble de responsabilidad en este país", dijo a los reporteros.
"Por encima de todo, estoy encantado de que haya la posibilidad de abrir un nuevo capítulo en el trabajo del gobierno de coalición", declaró el líder de los Verdes, de 59 años.
El sábado por la noche, Kogler había indicado que su partido apoyaría a Schallenberg con el fin de mantener la coalición gubernamental que forman conservadores y ecologistas.
Kurz es sospechoso de haber utilizado fondos gubernamentales para asegurarse un tratamiento mediático favorable. Según la fiscalía, entre 2016 y 2018 se publicaron artículos elogiosos y sondeos favorables a Kurz a cambio de la compra de un espacio publicitario por parte del Ministerio de Hacienda, en aquel momento en manos de los conservadores
El miércoles, la fiscalía anunció que Kurz y otros nueve sospechosos, así como tres organizaciones, están siendo investigados por diversos delitos relacionados con este caso, tras una serie de registros realizados, en particular en la sede del ÖVP.
Kurz negó cualquier irregularidad y el sábado reiteró que las acusaciones contra él eran "falsas", que intentaría aclarar el asunto y que seguirá al frente de su partido. También mantendrá su acta de diputado.
Finalmente, el analista Thomas Hofer apuntó que, de momento, Kurz continuará siendo "la persona más influyente" de su partido "a nivel nacional".