El paro en Buenaventura, el cese de actividades del Magisterio, la baja en la confianza de empresarios y consumidores, hacen lento el proceso de recuperación de la producción en el país. Hay riesgos que se deben asumir.
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La economía colombiana se vio afectada en el segundo trimestre de 2017 por fenómenos como los paros en Buenaventura y el Magisterio, que perturbaron la productividad y el consumo nacional.
Los cálculos del BBVA Research indican que ante la situación tanto interna como externa que se ha vivido en la economía es posible que Colombia crezca en el segundo trimestre de 2017 en 1,6%.
Al cierre del primer cuatrimestre los centros de predicción, públicos y privados continúan realizando sus ajustes respecto de las perspectivas de evolución de la economía colombiana y sitúan el crecimiento en 2017 alrededor del 2,0%.
Mientras tanto organismos internacionales como el FMI 2,3%, OCDE 2,2% y Cepal 2,4% mantienen su apuesta por el país y conservan sus pronósticos gracias a la recuperación de los precios del petróleo, dinamización de los sectores transables, fortaleza del sistema financiero y, especialmente, la credibilidad de la política económica.
El escenario
Según el Centro de Estudios Latinoamericanos, Cesla, es evidente que los datos con los que ha arrancado la economía no se presentan muy halagüeños para 2017, sin embargo, la tesis del Gobierno sostiene que el control de la inflación y el descenso progresivo de los tipos de interés podrían elevar la confianza y mejorar las cifras de demanda interna para el segundo semestre del año.
Es obvio que los incentivos para reactivar la inversión, el impulso hacia sectores como la construcción de viviendas y obras civiles, así como la implementación de los proyectos sociales relacionados con el posconflicto, hacen factible el escenario gracias al margen de maniobra que ha posibilitado la reforma tributaria.
Según la organización internacional hay debilidad en las cifras económicas. No cabe duda que las expectativas se han resentido durante el primer trimestre y mientras los índices de confianza empresarial y comercial continúan mostrando resultados negativos, las cifras observadas en materia de formación bruta de capital reflejan la fase de desaceleración en la que se encuentra sumergida buena parte de la actividad empresarial, que no ve las señales de reactivación anhelada.
Para los analistas los efectos estacionales habrían ayudado al crecimiento del ISE en abril. En el cuarto mes de 2017 el Indicador mensual de Seguimiento en su serie original cayó 0,6% con respecto a un año antes, una de las variaciones más bajas desde noviembre de 2008.
Esta variación es inferior a la observada hace un año cuando el ISE creció 2,9% a/a.
En la serie desestacionalizada, el ISE presentó un crecimiento anual de 1,4%, donde los efectos estacionales contribuyeron con un ajuste alcista, pues en 2017 abril contó con tres días hábiles menos que hace un año.
Por esta razón, al ajustar la serie por factores estacionales, el crecimiento pasó de estar en terreno negativo -0,6% a terreno positivo 1,4%.
En el margen, el crecimiento anualizado aumentó levemente, pasando de 1,3% en marzo a 1,4% en abril, pero todavía evidenciando un ritmo de crecimiento inferior al de hace un año cuando el crecimiento anualizado se ubicaba en 3,3%. El Banco Itaú estima que en el segundo trimestre del año el PIB alcanzará una tasa de crecimiento anual de 1,4%, para cerrar 2017 en 1,6%.
Tardará la recuperación
La economía colombiana se encuentra atravesando por un período de fuertes ajustes y las perspectivas de crecimiento del grueso del mercado para este y los próximos años distan de los ritmos de expansión potenciales o de largo plazo.
Adicionalmente, el desempeño de los principales indicadores líderes en lo corrido del año, así como las cifras más recientes en materia de crecimiento, sugieren que el proceso de recuperación podría tardar más tiempo de lo inicialmente previsto.
“El desempeño de los principales indicadores líderes en lo corrido del año, sugiere que el proceso de recuperación podría tardar más tiempo de lo previsto”
En efecto, el índice de confianza de los consumidores se mantiene en terreno negativo y en niveles históricamente bajos, mientras la producción industrial aún luce débil y las ventas minoristas exhiben un desempeño modesto.
Por otra parte, una menor ejecución a la esperada en las vías de infraestructura de cuarta generación (4G), uno de los proyectos más ambiciosos del país en décadas, ha contribuido a reducir las perspectivas de crecimiento en el corto plazo.
Según la Asociación Bancaria y de Entidades Financieras de Colombia, Asobancaria, la menor actividad minero-energética y los distintos “paros” durante el segundo trimestre del año (Buenaventura, magisterios, etc.) terminarán pasando su “factura”.
El consumo de los hogares, el componente de la demanda de más débil desempeño, se ha visto considerablemente afectado por la confluencia de distintos fenómenos como los bajos niveles de confianza de los consumidores, la depreciación del tipo de cambio (y su incidencia en los productos importados), el aumento de la tarifa del IVA de 16% a 19% y los efectos de la política monetaria restrictiva a lo largo de 2016.
Los riesgos
Inestabilidad cambiaria: Media
El mercado cambiario se mantiene estable pero expectante y la moneda norteamericana se ha negociado muy cerca de los 2.920 pesos por dólar en las últimas jornadas. Pareciera que las noticias negativas procedentes de Brasil y sus efectos sobre la estabilidad económica en la región pudieran generar fluctuaciones inesperadas al alza en el corto plazo.
Riesgo soberano: Medio
Los indicadores que miden el riesgo y la posibilidad de que el país andino pueda incumplir con sus obligaciones de pago se han mantenido estables y, por ahora, las agencias de calificación mantienen sus notas a pesar de la debilidad observada en los agregados macroeconómicos, sin embargo, subsiste la cautela.
Riesgo de financiación del sector público: Medio
Está claro que la expansión del gasto público forma parte de la estrategia del Gobierno para dinamizar la debilitada economía en 2017, en consecuencia, las necesidades de financiación podrían superar las previstas inicialmente (a pesar de los recursos adicionales derivados de la reforma tributaria) si se mantiene el acelerador del gasto y se ajusta el nivel de déficit discrecionalmente, poniendo en riesgo la credibilidad de la Regla Fiscal.
Riesgo socio-político: Alto
El panorama se torna convulso. Las huelgas protagonizan reivindicaciones laborales en los principales sectores productivos, se registra un incremento de homicidios en algunas zonas y las encuestas de opinión revelan que la imagen del Presidente ha caído sorprendentemente.
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