La causa esencial de la problemática expuesta por el gobierno en el sistema de salud es el desequilibrio entre ingresos y gastos. De cada 100 pesos que ingresan a una EPS en el régimen contributivo, automáticamente deben destinarse 94 al pago de las prestaciones médicas.
A ello deben agregarse otros 5 pesos para pagar servicios no contemplados en el POS (recobros al Fosyga que este finalmente no reembolsa a la EPS). Queda un peso para gastos administrativos y desde luego nada como excedente.
Esta es una de las apreciaciones de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral (Acemi), a la que “le parece útil y celebra que el gobierno divulgue la situación financiera de las EPS con base en la información que recopila la Superintendencia de Salud, pues es una manera transparente de informar a la población sobre la situación del sistema en general y de cada EPS en particular”.
El informe “es claro y demuestra que cuando las EPS se quejan de la situación lo hacen porque los estados financieros de las compañías vienen siendo negativos desde hace casi una década y esto tiene efecto en toda la cadena de valor del sistema de salud”.
Acemi destaca en el informe que la grave situación financiera no es de unas cuantas aseguradoras sino de la mayoría en ambos regímenes, lo que significa que el sistema está “quebrado” como lo viene diciendo el ministro Gaviria. Se escapan algunas EPS porque sus accionistas han venido inyectando recursos para capitalizarlas y evitar entrar en la zona de insolvencia.
En el documento divulgado Acemi añade que “tal como lo dijo el ministro de salud, las compañías más grandes son las que muestran una situación preocupante. Del informe se concluye que las EPS con dificultades cubren a más de 20 millones de usuarios”.