El bilingüismo tiene efectos positivos en la estructuración del cerebro y consecuentemente, en la manera en que éste funciona. Para entender el tema, la psicóloga del Jardín Hansel y Gretel, María Camila Mejía, explica como son incorporados los idiomas en el día a día de los niños.
De acuerdo con la profesional, quien cita al 'National Scientific Council on the Developing Child', la arquitectura cerebral está determinada por la genética, el ambiente y la experiencia y en las primeras etapas de la vida, el cebrero forma más conexiones de las que va a necesitar después.
En ese sentido, una vez queda establecido el circuito entre diferentes neuronas y zonas del cerebro no es posible modificarlo, es por ello que las experiencias tempranas tienen tanto peso en la arquitectura cerebral.
De igual manera, Mejía indica que los recién nacidos, de 0 a 8 meses, tienen la capacidad de discriminar todos sonidos de cualquier idioma. Sin embargo, discriminan con mayor rapidez las palabras de su lengua materna pues viene escuchándola desde que se encontraba en el vientre.
Por otro lado, la psicóloga informó que, según estudios realizados por Patricia Kuhl, se ha demostrado que entre los 8 y los 10 meses los bebés pueden “recuperar” su habilidad de discriminación de cualquier lenguaje si interactúan con un adulto que les hable en dicho idioma.
Además, aseguró que hay dos tipos de bilingüismo para los bebés. El primer es el simultáneo que se refiere al aprendizaje de dos idiomas al mismo tiempo, antes de los 2 años y el sucesivo que contemplan la enseñanza de una segunda lengua, casi siempre en un plantel educativo, una vez se ha adquirido la lengua materna.
"En los dos casos el proceso de aprendizaje comparte algunas características: en el primer periodo los niños perciben los sonidos de la lengua, luego empiezan a expresar palabras cortas y aisladas, a medida que crecen irán construyendo frases de dos palabras y luego frases más complejas", agregó.
Asimismo, dijo que en este proceso, los niños aprenden no solo a identificar los sonidos característicos del idioma y la “melodía” o entonación con que se habla, sino la estructura sintáctica.
Mejía, quien cita el artículo académico 'Language development' (Owens, 1996), aseguró que durante la fase de adquisición de vocabulario, los bilingües simultáneos no diferencian entre los dos idiomas.
Es decir, para estos niños las palabras son parte del mismo código lingüístico que no hacen traducción de un idioma a otro al nombrar un objeto. "Los bilingües sucesivos por su parte, usan diversos elementos de su lengua materna como punto de partida para aprender el segundo idioma", agregó.
Según indicó, en los dos tipos de bilingüismo temprano, antes de los 4 años, se están formando los circuitos neuronales que serán luego la base para aprender un tercer o cuarto idioma y por lo tanto, los menores aprenden con facilidad a hablar nuevos idiomas porque sus cerebros forman con mayor rapidez conexiones neuronales.
Finalmente, la psicóloga afirmó que no necesariamente hay más dificultades al aprender dos idiomas que al aprender solo uno, ya que cuando se aprende a hablar la lengua materna típicamente hay dificultades en la articulación de algunos fonemas o se usa 1 palabra con el significado de una frase.
"Los niños bilingües a veces, se demoran un poco más que los monolingües en expresarse, pero esto no quiere decir que no vayan a hablar, quiere decir que su fase de percepción y discriminación de fonemas (previa a la expresión), es un poco más larga", concluyó.