Se acabó la oratoria | El Nuevo Siglo
Jueves, 22 de Febrero de 2018

El fenómeno de las comunicaciones ha simplificado el lenguaje, lo ha llevado a un extremo vulgar y reducido que tan solo en un máximo de 140 caracteres, una idea debe ser expresada y entendida. La reducción de letras y abreviación de las palabras han tomado curso. Los jóvenes cambiaron el “que” gramatical por el “ke” o simplemente utilizando la Q, así ahorran caracteres.

La poderosa plataforma de videos por internet Youtube, está plagada de unos modernos comunicadores llamados  Youtubers, que se dedican a hablar de asuntos cotidianos, la mayoría de ellos plebes, estúpidos, sin contenido, pero fascinan a los jóvenes.

Ya entrando en materia, el discurso político, la exposición de ideas, los mensajes de valor y las propuestas de gobierno han sido reemplazados por breves mensajes mas de chismes que de ideas. Son redes contestatarias, acusaciones, pullas y banalidades. Los trinos son eso, de ahí el nombre Twitter un anglicismo que significa trino, el de los pájaros, el piar o gorgojar, como se comunican las aves. También se aplica en inglés a estar nervioso, alerta a responder, se dice de aquel individuo inestable que esta tweet.

Pues bien, en eso ha quedado el discurso. Piezas oratorias con excelente prosa, manejo impecable del idioma, palabras categóricas, rítmicas, ideas admirablemente expuestas parecen ser cosa del pasado. Esto es justamente lo que nos trae la época moderna, la simplicidad, abreviación, el imperio de lo bizarro que reemplaza a lo armónico a lo estético.

Todo esto hace parte de una nueva cultura del lenguaje y la comunicación, simplista, rebelde, extravagante. Es análoga a la cultura “tattoo” o tatuaje que proveniente de antiguas tribus que expresa un reto a lo convencional del mundo clásico.  

Pero volviendo al discurso, este tiende a desaparecer, debido a la digitalización de la comunicación que tocó el uso del lenguaje, abreviándolo y haciéndolo mas directo y confrontativo. Ya no se usa la métrica del orador ni la elocuencia, esto se ha reducido a un post de máximo 40 segundos. Una carta o epístola ha sido reemplazada por los 140 caracteres de twitter. Máximo un blog no mas allá de 500 palabras y una enorme serie de comentarios al texto por parte de los lectores, por lo general vulgares y soeces. 

A eso hemos llegado, al imperio de lo mínimo, a la casi desaparición de la literatura, del discurso, de la oratoria, reemplazada por banales mensajes, twitters y videos que si bien algunos de ellos son bonitos y edificantes, otros son procaces. No es asunto de proscribir lo actual o lo que viene, es cuestión de entenderlo y acomodarse a la vida “moderna” y a su manera de comunicarse. De hecho casi todos los gobernantes y figuras públicas lo hacen. Los presidentes decretan por twitter y aquello es tendencia. Las ruedas de prensa están siendo sustituidas por Facebook o Instagram. Los seguidores reemplazan en las redes a los manifestantes. ¡Así es nuestro mundo actual!

arangodiego@hotmail.com