Obedecer fórmulas de contención | El Nuevo Siglo
Martes, 17 de Marzo de 2020

Las reacciones para contener el Coranavirus Covid-19 van a cambiar a futuro muchos de nuestros hábitos y entre otras, la tenencia de reservas de las naciones para afrontar una emergencia sanitaria.

El corre-corre del mundo globalizado del siglo XXI, ha parado en seco y vuelto la atención a cuestiones básicas de higiene y el retorno a la casa como hogar y lugar de trabajo. Los hogares sentados en el rebusque van a tener que ser aliviados.

Los mecanismos asumidos por los países inicialmente más afectados para prevenir el contagio, que parecen haber aplanado la progresiva expansión, tienen una virtud infalible que es la obediencia, esa que es propia de la disciplina oriental. Acatar las instrucciones es la base de la solidaridad para no contagiar al otro.

Se puede hasta el momento inferir la síntesis de las fórmulas de contención en la suma de tres elementos: uno, rigurosas prácticas de higiene, individual y pública; dos, el aislamiento social, que incluye manera creativas para no frenar el trabajo, entre ellas las reuniones y tres, estrictos protocolos sanitarios y pruebas de diagnóstico con uso de la información y la tecnología propia del siglo XXI, en la calle, al estilo coreano, que ayuda a soportar al sistema productivo.

La percepción del Coronavirus Covid-19 como un virus que puede causar una infección respiratoria grave y que no se trata de “una simple gripa”, concientizada por la declaración de la Organización Mundial de la Salud - OMS, al determinarla como enfermedad epidémica o pandemia, se espera que toque las actitudes personales, la conciencia individual y social para evitar su expansión.

No se trata de “juagarse las manos”. Hay que llevar sin temor y a extremo los hábitos de higiene que van a terminar por volverse una costumbre normal: celulares, zapatos, manijas, superficies. Más vale secar las manos al aire que el uso de toallas y limpiones de bajo cambio.

No es la hora de mirar las instrucciones de manera olímpica. Pero el colombiano es terco. Hagamos caso. Si no hay obediencia ni intuición frente a las prácticas de higiene y el distanciamiento social, la contención se vuelve más complicada. Y ese es el quid: no todo el mundo las acoge en serio. En la calle está también el aprendizaje. No sobran las pedagogías en los sitios públicos y las empresas.

Ante esta posibilidad se suman obligatoriamente el tercer elemento, que miran más hacia el cómo actuar en la calle como son las pruebas aleatorias a quienes no están o definitivamente no pueden estar resguardados. Esto último le ha resultado a Corea Sur y tiene especial atención al hecho que muchas personas no tienen visibles los síntomas.

Muchos hábitos que se definen como los modos especiales de proceder o conducirse que se originan en el instinto y adquieren por la repetición de actos iguales o semejantes, van a cambiar de ahora en adelante.

Es una sugerencia proceder también con la tercera de las fórmulas que le compete al Gobierno: realizar el diagnóstico aleatorio en las calles, en el transporte público y empresas, en especial para quienes no pueden dedicarse al teletrabajo o trabajo no presencial - una fórmula de Corea del Sur, como recalcó editorial de El Nuevo Siglo -.

Y empezar a prever algunos alivios a los sectores que van a necesitar aliento ante el freno de su actividad productiva, cuestión que hace parte de las reservas de emergencia.

* Presidente Corporación Pensamiento Siglo XXI

uribemariaelisa@gmail.com