Acaba de terminar el Hay Festival 15 que anualmente se celebra en Cartagena de Indias. Aunque la nominación del festival es de uno de literatura, en realidad es del pensamiento y de las más diversas expresiones de la cultura. En esta edición 2020 se habló de economía (Joseph Stiglitz) del futuro de la educación (uno de Alex Beard) de los derechos de las mujeres y de muchos etcéteras.
En este festival, las estrellas oscilaron entre la respetabilidad académica de un Nobel de economía, la respetabilidad política de un Nobel de paz y los fenómenos mediáticos de obras literarias hechas series de televisión o de las series de televisión convertidas en objeto de culto por los millones de espectadores que las ven.
No deja de ser sorprendente que un escenario tan grande como el auditorio principal del Centro de Convenciones “Julio César Turbay Ayala” se llene y hasta presente sobrecupo para escuchar las conversaciones de dos autores tan aparentemente disímiles como Joseph Stiglitz y Margaret Atwood.
El éxito de la señora Atwood no solo se explica en la calidad de sus libros, sino sobre todo en la serie para televisión que produjo HBO partir de su obra “El Cuento de la Criada” donde muestra un Estado Unidos dominado por un gobierno totalitario y fanáticamente religiosa que subyuga las mujeres a causa de una pandemia de infertilidad que conduce a las pocas mujeres que aún pueden ser fértiles a ser tratadas como esclavas de la élite para su reproducción. Un futuro descorazonadoramente cercano en un planeta poblado por una especie dominante que avanza a pasos agigantados hacia su autodestrucción.
Parte de la amenaza a la especie se funde con los riesgos en que se ha puesto a la democracia. Teocracias como la que describe la señora Atwood no son extrañas en la edad actual del planeta. Arabia Saudita es un claro ejemplo de lo que una teocracia puede hacer contra los derechos de las mujeres. Y, el progreso del evangelismo radical que en este lado del planeta ha conquistado Estados Unidos, Brasil y más recientemente a Bolivia, son muestras claras de los avances de esas ideologías que al abrigo de un credo religioso amenazan las más caras conquistas de la democracia occidental.
Paradójicamente el discurso de Margaret Atwood se encuentra con el del Nobel de economía Joseph Stiglitz que viene advirtiendo sobre las distorsiones del sistema capitalista a partir de la manipulación de la información por causa de las grandes empresas tecnológicas que se han apropiado del manejo de toda clase de datos que la población mundial les entrega consciente o inconscientemente.
La mentira como industria para manipular desde mercados hasta elecciones presidenciales y las redes sociales como autopistas para su divulgación son un problema no solo actual, sino sin respuestas claras y unificadas de los Estados. Entre tanto, como lo afirma Stiglitz y coincidencialmente lo corrobora Beard, la mejor manera de defenderse de la manipulación, económica o política, sigue siendo la vieja fórmula que siempre ha sido efectiva. Conocimiento y pensamiento crítico. Por mucha tecnología que haya, el factor humano siempre hará diferencia.
@Quinternatte