La polémica surgida a raíz de una expresión del senador Álvaro Uribe Vélez en donde dijo que Daniel Samper Ospina era un violador de menores abrió la ira del mismo y de muchos colegas que lo respaldaron. A mi manera de ver como comunicador social, a Uribe le faltó una sola palabra que le hubiera evitado las acciones que Samper Ospina le ha instaurado. “Violación del derecho de los niños”. Esto es muy diferente a decir: “es un violador de niños”. Entiendo que por la restricción de los 140 caracteres de twitter el expresidente está acostumbrado a ahorrar palabras.
Pero veamos la realidad, mostrar desnudas o en poses provocativas a niñas en una revista de pública circulación es un delito considerado en el Código Penal, artículo 218, que expresamente prohíbe exhibir fotografías pornográficas de menores de edad cualquiera que sea su uso. Además la ley 1398 de 2006 de infancia y adolescencia en su artículo 47, numeral 6, respecto a los medios de comunicación advierte: “Abstenerse de realizar transmisiones o publicaciones que atenten contra la integridad moral, psíquica o física de los menores, que inciten a la violencia, que hagan apología de hechos delictivos o contravenciones, o que contengan descripciones morbosas o pornográficas.” De tal modo que presentar fotos de niñas mostrando sus senos o en poses eróticas, es incitar al sexo con esas menores, es faltar a la ética y a la ley.
La revista Soho, cuyo director es Daniel Samper, ha venido haciéndolo recurrentemente y eso no está bien, así los padres de la menor lo autoricen o se diga que son fotos artísticas. Esta revista que por cierto es muy bien editada, trae temas abiertos y como ellos mismos se publican es una revista para hombres, se caracteriza por mostrar hermosas y famosas mujeres desnudas o ligeras de ropa, temas picantes y morbosos, historias curiosas, notas irreverentes y en fin, un estilo muy propio que le genera enorme circulación e ingresos.
Pero una cosa es la libertad para dirigirse a un público adulto recreándolo con artículos llamativos, curiosos, fotos artísticas, eróticas e insinuantes, y otra es utilizar menores para exhibirlas cuando esto no es permitido ni a los ojos de la ley ni a los de la moral ciudadana. Cuando una persona es mayor de edad está en pleno derecho de mostrarse como le plazca, pero un menor no y esto fue lo que desató la indignación del expresidente Uribe, unido a la burla que Samper Ospina hizo del nombre de la bebé de la senadora Paloma Valencia, a quien su madre bautizó Amapola, que por cierto es hermoso nombre. Me recuerda la bella canción de José María Lacalle: “Amapola, lindísima amapola, será siempre mi alma tuya sola. Yo te quiero, amada niña mía, igual que ama la flor la luz del día. Amapola, lindísima amapola…”
Samper Ospina tiene un estilo irreverente, bufón y caricaturesco que lo caracteriza y en el periodismo light funciona, mas aún, es válido en la libertad de expresión, pero en este caso se le fue la mano cuando hace referencia a una bebé. En fin, esta polémica debe servir para evitar la violación de los derechos de los menores y para el respeto ético de los niños.