Copa América, revolución de los modestos | El Nuevo Siglo
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Viernes, 21 de Junio de 2019
Nadie quiere despedirse del torneo de Brasil. Los invitados Catar y Japón están demostrando que no son convidados de piedra
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Ya lo advirtió Lionel Messi: “Hoy no se gana más con la camiseta”. La Copa América que se disputa en Brasil está deparando una revolución de los más modestos, capaces de plantar cara a los grandes, al punto que todos están con posibilidades de clasificarse a cuartos de final.

Justamente con esa frase de ‘La Pulga’, Colombia inició su revolución, la misma que le sirvió para clasificar a tres mundiales de manera consecutiva, los de 1990, 1994 y 1998 y tras un bache, volver a los de Brasil 2014 y Rusia 2018.

En cada entrenamiento, Luis Alfonso Marroquín les insistía a los integrantes del seleccionado Sub-19, del que formaban parte el ‘Loco’ René Higuera, Álvaro ‘Calidad’ Núñez o John Édison Castaño, que “nadie gana por la camiseta, somos 11 contra 11”, les decía y esa Selección fue sensación en el Suramericano de la categoría en Paraguay.

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Hoy, ‘La Pulga’ Messi y Argentina son los que más están sufriendo en sus carnes el hecho de que los equipos más chicos planten cara a las grandes potencias.

Colombia, que desde hace varios años es considerada una de las selecciones grandes del continente derrotó a los albicelestes (no lo hacía desde la Copa América desde 1999), resultado que bajó de la nueve de favoritos a los dirigidos por Lionel Scaloni. No obstante, el que desnudó por completo la realidad fue el empate contra Paraguay... y gracias a que Franco Armani atajó un penal que podría haber significado la victoria guaraní.

Un punto en dos jornadas y la obligación de vencer a Catar mañana en Porto Alegre si Messi no quiere sumar una nueva decepción en su tortuosa relación con la selección de su país.

Precisamente Catar, un equipo que nunca ha disputado un Mundial (el primero que jugará será en 2022 porque es el anfitrión), llegó a Brasil como invitado, pero está teniendo un papel protagonista mucho mayor del esperado.

“Queremos ser protagonistas”

El equipo que dirige el español Félix Sánchez remontó un resultado adverso de dos goles para acabar empatando 2-2 ante Paraguay en el primer partido de su historia en una competición oficial fuera de Asia y en el segundo aguantó 85 minutos a la Colombia que había desnudado las carencias de Argentina, hasta que Duván Zapata hizo saltar por los aires el muro escarlata con un potente cabezazo.

No lo hizo además ‘plantando el autobús’ como dirían los clásicos, sino con un juego que, salvando las distancias, en ocasiones recuerda al del Barcelona, en cuya cantera estuvo entrenando Sánchez antes de dar el salto al rico emirato.

“Nosotros queremos ser protagonistas en el juego, los jugadores tienen la calidad para hacerlo”, ha explicado en Brasil el técnico español, quien advirtió a sus rivales: “Somos un equipo que nunca se rinde”.

El otro equipo invitado a esta Copa América, Japón, tiene más experiencia internacional que Catar, pero acudió a Brasil con un equipo casi juvenil (14 de los 23 convocados no habían debutado como internacionales absolutos) para preparar los Juegos Olímpicos de Tokio-2020.

En el primer encuentro fue superado claramente por Chile (4-0), pero en el segundo, el jueves en Porto Alegre, plantó cara a una de las grandes favoritas del torneo, Uruguay, y se adelantó dos veces en el marcador para acabar cediendo un empate (2-2).

“Les jugamos de igual a igual y hasta pudimos ganarles”, destacó el seleccionador nipón, Hajime Moriyasu.

“Se desprecia la realidad del fútbol”

Pese a que son campeón y subcampeón de la última Copa de Asia, cataríes y nipones eran vistos como dos débiles de esta edición del torneo de selecciones más antiguo del mundo, el rival perfecto para sumar puntos cómodamente.

Sin embargo, genialidades, como el regate del volante ofensivo Shoya Nakajima en el borde del área grande, con tacón incluido, que casi termina en penal del defensa Giovanni González, son el aporte de los nipones al espectáculo.

Además, durante bastantes minutos, los nipones se veían ganando por primera vez un partido en Copa América (en su anterior participación, en 1999, la cerraron con un empate y dos derrotas).

Por ahora, la joven selección nipona, que cuenta con el prometedor Takefusa Kubo, apodado el ‘Messi japonés’, sigue en el ruedo, con posibilidades de pasar a cuartos.

Es tercera del Grupo C con un punto, pero su último partido es contra Ecuador, habrá que esperar y ver.

Pasión escarlata

El Catar del técnico español Felix Sánchez es otra muestra de la rebeldía de los foráneos.

Su discurso desde que desembarcó en suelo brasileño ha cambiado. Al principio se mostró humilde y dijo que la campeona de Asia era un equipo modesto y que su presencia aquí era, sobre todo, un entreno de cara al Mundial que el pequeño y rico Estado del Golfo albergará en 2022.

Pero no fue tan así.

Con un vistoso juego de toque y recuperación y rápidas internadas y un gran poderío físico, los pupilos de Sánchez, formado en la Masía, del Barcelona, se ganaron elogios de la prensa.

A Paraguay le remontaron dos goles para terminar en un empate que les dejó un leve sabor a victoria.

Tras el partido, el técnico de los guaraníes, el argentino Eduardo Berizzo, se mostró partidario de que en la Copa América no haya equipos invitados de fuera del continente.

Ante Colombia, una de las favoritas a llevarse el torneo, los cataríes, que disputarán también la Copa América 2020, resistieron como jabatos.

Después del partido, Sánchez afirmó que la derrota, en teoría previsible, les supo a poco. “Nos deja un mal sabor porque el final ya estaba cerca (...) Te vas con la amargura de no haber podido puntuar”, dijo.

Podrán demostrar otra vez su capacidad de resistencia ante la Argentina de Lionel Messi, que no ha visto el triunfo en el torneo y se lo juega todo a una sola carta.

Los cataríes ya han dejado claro que la Aspire Academy, considerada una de las mayores fábricas de deportistas del mundo, ya está dando sus frutos