España: la derecha busca ganar municipales y regresar al poder | El Nuevo Siglo
Archivo AFP
Sábado, 20 de Mayo de 2023
Pablo Uribe Ruan*

En 2019, el mapa de España se pintó de rojo. La imagen era intensamente colorida por tinte insignia del Partido Obrero Socialista Español (PSOE). Molestos, los españoles con su voto castigaron la corrupción del Partido Popular (PP), que desde 2011 gobernaba con Mariano Rajoy, quien recientemente había renunciado por numerosos escándalos. “España ha virado a la izquierda”, titulaba la prensa española.

Este título, cuatro años después, en las elecciones municipales y autonómicas de este 28 se puede volver a presentar. Pero a la inversa:  España pintada de azul.

 

Bildu e independentistas

Cada tanto, Euskadi Ta Askatasuna (ETA) vuelve al centro de la discusión política española. Nuevamente, en estas elecciones, la participación en política de exmiembros ETA se ha vuelto un tema prioritario para los conservadores PP y VOX, que han atacado al gobierno de Pedro Sánchez por pactar con Bildu, un partido integrado por exmiembros del grupo terrorista vasco.

Liderado por Arnaldo Otegi, Bildu ha incluido a más de 44 exmiembro de ETA en las listas de su partido para ayuntamientos y provincias en Euskadi (país vasco). En rechazo a esta decisión, los partidos de la derecha en España han pedido declarar ilegal a Bildu y dicen que se trata de una acción moral, más que legal, en memoria de las víctimas de este grupo terrorista, que dejó las armas hace más de 10 años por persecución y sometimiento del estado español.

Sin Bildu y otros partidos nacionalistas, como Esquerra Republicana (catalán), Pedro Sánchez no hubiese podido formar la coalición de gobierno en 2019. Un año antes había logrado la renuncia de Rajoy, tras someterlo a un juicio político en el Parlamento por los escándalos de corrupción de su partido.

Parte de la izquierda tradicional catalana y promotor del referendo de 2018 para salirse de España, Esquerra Republicana también ha pactado con Sánchez y hoy hace parte de la coalición del gobierno en el Parlamento. Sánchez ha dialogado en Cataluña con las fuerzas independentistas, pero de momento ellas siguen con su agenda secesionista. Han sido pocos los avances tras cuatro años.


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El jefe de Gobierno ha mantenido los pactos con partidos nacionalistas e independentistas a cambio de asumir un costo político que hoy explica la crisis del socialismo español.

Como consecuencia de la falta de resultados y sus cuestionables pactos, para muchos españoles, un 10% del voto de izquierda se ha movido hacia el centro o a la derecha en rechazo de estos acuerdos, explica Narciso Marchevila, presidente del GAD3, la mayor encuestadora de España.

El conservador Partido Popular lleva la delantera en la mayoría de las 17 comunidades autónomas y 8.000 ayuntamientos, en donde se vota para elegir alcaldes, diputados y presidentes de la comunidad (gobernadores).

La inclinación por el partido conservador, sin embargo, no es tan grande como lo fue por el PSOE en 2019. Esto se debe a que Pedro Sánchez mantiene el apoyo de las bases socialistas, a pesar de las alianzas que ha hecho con Bildu y colectivos nacionalistas en Cataluña.

Aseguradas la comunidad de Madrid y los feudos tradicionales de Galicia y Castilla de León, así como otras comunidades autónomas, el Partido Popular ha enfocado su campaña en Extremadura, Castilla La Mancha, Comunidad Valenciana y Aragón, donde gobierna el PSOE y crece la posibilidad de que el PP por mayoría absoluta o en coalición con VOX rompa el dominio de la izquierda.

Panorama

El mayor fenómeno político de los últimos tiempos en España, Isabel Diaz Ayuso, tiene prácticamente asegurada la mayoría absoluta en la comunidad de Madrid, donde gobierna hace cuatro años, según la última encuesta de Sigma Dos para El Confidencial, que le otorga entre 65 y 67 escaños, aunque otras encuestas le dan más de 68.

En 2021, obligada por la salida de Ciudadanos y VOX de la coalición de gobierno, Ayuso adelantó las elecciones municipales en Madrid y ganó con una avasalladora mayoría absoluta. Indeseable después de este episodio, el escenario de que tenga que pactar otra vez con el partido de Santiago Abascal no deja de ser una posibilidad.

Más abajo, en la comunidad valenciana, la derecha en bloque -VOX y PP- podría sacar del poder a Ximo Puig, uno de los barones electorales del PSOE. Según Sigma Dos, el partido azul lograría 35 escaños, mientras que la derecha radical alcanzaría 15, llegando a 50, la mayoría absoluta.

Celebradas hace dos años por los cambios en el calendario electoral que ha traído el proceso independentista, en Cataluña no habrá elecciones. En Barcelona, sin embargo, los catalanes votarán y nuevamente las fuerzas a favor de continuar el proceso independista lideran las encuestas. De primera está la actual alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, del partido Barcelona en Comú -independentista-, seguida de Xavier Trias, de Junts per-Catalunya, igualmente secesionista.


¿El fin de Sánchez?

Si el PSOE pierde varias comunidades clave como Castilla de la Mancha y Extremadura, los próximos meses de Pedro Sánchez serían muy complejos e incluso se podría presentar una salida anticipada de la jefatura de Gobierno.

De cara a las elecciones generales de octubre, en las que se elige el Parlamento y, luego, se forma gobierno mediante coaliciones, un mal resultado puede llevar a los barones del PSOE a pedir la dimisión de Sánchez. Así mismo el PP buscaría alguna fórmula para citar una moción de censura contra el líder de izquierda antes de octubre.

Estos escenarios, sin embargo, parecen improbables. A pesar de los costosos pactos con nacionalistas e independentistas, Sánchez sigue siendo la carta más fuerte del socialismo español, que busca que él lidere el partido en las elecciones generales y forme nuevamente gobierno de coalición, como lo hicieron José Luis Rodríguez Zapatero o Felipe González.

Es probable, además, que el jefe de Gobierno le endilgue el mal momento de la izquierda a sectores extremistas como Podemos y Sumar, antes que a las acciones del PSOE.  Lo que no puede negar Sánchez es el crecimiento de la derecha.

La vuelta de la derecha

Lastrada por escándalos de corrupción -caso Kitchen y Gurtel-, el PP ha logrado recomponerse mezclando nuevos liderazgos como el de Ayuso, el alcalde de Madrid, José Luis Almeyda o Juanma Moreno, presidente de la comunidad de Andalucía, y dirigentes que venían de los gobiernos de Rajoy, como Núñez Feijóo.

Este proceso ha venido de la mano con una reconstrucción interna del partido, que ha tenido sus baches, unos muy difíciles. Como reacción al gobierno de Sánchez y sus socios de Podemos y nacionalistas, el PP optó inicialmente por una fórmula de políticos jóvenes como Pablo Casado y Teodoro De Egea, que le terminó costando no sólo capacidad política en el Parlamento, sino, además, la estabilidad del mismo partido.

Pugnas internas entre Casado, Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo llevaron a que finalmente en 2022 se le pusiera fin al experimento con las juventudes del PP y el partido buscara un líder sereno y popular, que viniera de una comunidad autónoma tradicionalmente del partido, Galicia, donde Núñez Feijoo gobernaba desde hacía años.

Con Feijóo al mando del partido, el PP se ha vuelto un partido más institucionalista. En vez de la confrontación permanente, como ocurrió con Casado, el líder de los llamados ‘populares’ ha optado por centrar los debates contra Sánchez en la base de sus alianzas y la falta de rigurosidad en su gestión de España. Así, poco a poco, ha ido captando más electores de centro, cansados de la polarización que tanto generan Sánchez como su principal aliado, Podemos.

Para Alberto Núñez Feijoo, gallego y hoy presidente del PP, las elecciones del próximo domingo son “un referendo al gobierno de Sánchez”, quien, según él, es “cómplice de terroristas” y “secesionistas”.

Pero el Partido Popular no es el único que crece. A la derecha de este partido, VOX se mantiene como una alternativa necesaria para formar gobierno en varias comunidades y ayuntamientos en donde el PP no lograría la mayoría absoluta.

Bajo la dirección de Abascal, el partido de derecha radical representa a una base de un 15% de los españoles que tiene posiciones más duras contra el nacionalismo, los independentistas y las derechos civiles y políticos, entre ellos la migración.

Este bloque entre el PP y VOX se va medir el próximo domingo contra una izquierda cada vez más dividida entre el PSOE, Sumar, Podemos y los nacionalistas.

Aún si haberse celebrado las elecciones, será difícil que el PP vuelva a ser, como dijo Feijóo el jueves pasado, “el partido de la mayoría absoluta de Aznar, de Rajoy”.

Lejos han quedado los tiempos del bipartidismo. España hoy es una democracia de pactos y coaliciones que se encamina a un gobierno del bloque de derecha.

*Este artículo ha sido escrito desde Madrid, España. MPhill Oxford University. Consultor y analista en seguridad, riesgo país e inteligencia estratégica