La Semana Santa es el tiempo de oración, reconciliación y cercanía con Dios. Pero también para recordar el amor y la entrega de Jesús de Nazareth por la Humanidad. Por ello, como cada año, miles de feligreses, entre niños, jóvenes y adultos, peregrinan hasta las iglesias de sus comunidades para demostrar su devoción y fervor.
En esta semana es cuando más expresan su hermandad Nazarena, práctica traída por los Siervos Misioneros de la Santísima Trinidad, una congregación religiosa de hombres y mujeres de la Iglesia católica que por años ha sido tradición en Colombia, más aún en los pueblos del Cesar, Bolívar y Magdalena. Por ejemplo, en Guamal, un pueblo a orillas del río Magdalena, la devoción es inagotable, es un pueblo con un asombroso arraigo religioso.
Una de las tradiciones más arraigadas son las procesiones de los nazarenos, que desde hace 120 años ha ocupado un lugar especial en los guamaleros y corregimientos adyacentes del Magdalena.
De acuerdo con Jhon Jairo Chiquillo, coordinador de la Asociación de Nazarenos de Guamal, este peregrinaje nació en Mompox (Bolívar) y luego, debido a la gran cantidad de feligreses que iban a “pagar sus mandas” (cumplir una promesa vestidos de morado) procedentes del Magdalena, la actividad se comenzó a realizar en su pueblo.
“En ese tiempo se empezaron a fabricar los pasos ‘estaciones de Jesús hechas con maderas’ con artesanos religiosos en Guamal y la tradición se ha mantenido durante décadas. Hay más de mil personas que cada año hacen parte de este fervor, cargan las estructuras en los hombros, vestidos de nazarenos y mientras lo hacemos recordamos los 18 pasos que dio Jesús antes de llegar al calvario”, explicó Chiquillo, quien también pertenece a esta hermandad.
Chiquillo se unió a este fervor porque en el año 1994 viajaba de Barrancabermeja hacia Guamal y en la carretera el autobús tuvo un accidente. Milagrosamente se salvó y no tuvo ninguna herida que le comprometiera la vida, razón por la que “paga una manda” en agradecimiento.
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Jueves Santo
El peregrinaje empieza hoy, Jueves Santo, cuando los devotos se visten de azul turquí. El color del atuendo simboliza la pureza de corazón y el compromiso que tienen todos los nazarenos de tratar de identificarse con Jesús.
También llevan un manto blanco en “V” que llega hasta la cintura y un capirote que le cubre la cabeza. En la cintura tienen amarrado un cordón blanco que, según la tradición, debe dar 33 vueltas y del que cuelgan cinco borlas que simbolizan las heridas de Cristo.
La procesión va encabezada por el paso de la última cena y finaliza con el del apóstol San Juan. Cada paso es cargado por un grupo de nazarenos que están amarrados unos a otros para no perder la sincronización. La marcha recorre las calles del pueblo, hacen paradas cada dos o tres cuadras de entre 15 y 25 minutos, tiempo en que aprovechan para tomar agua o hablar con los familiares.
La procesión del Jueves Santo es la más emblemática. Durante la caminata, los nazarenos dan un paso a la izquierda y otro a la derecha hacia delante. Así sucesiva y calmadamente mientras llevan las estructuras de maderas con las imágenes religiosas sobre sus hombros. Mujeres y hombres van con una vela, haciendo alusión a la sagrada premisa que reza: “Jesús es el camino, la verdad y la vida. Es la luz que brilla en cada uno de sus nazarenos”.
“Ese día en el peregrinaje se hacen los 18 pasos como remembranza de la pasión del Señor hasta llegar a la crucifixión. Todos los nazarenos acuden con fervor desde las 8:30 de la noche hasta las 7:00 de la mañana”, relata Chiquillo.
Salen de la iglesia y recorren las calles del pueblo. Durante toda la noche como penitencia cargan la imagen tallada en madera de Jesús con la cruz acuesta, llevada en hombros sobre andas de madera por entre 25 y 30 nazarenos. Los demás van a los lados en dos filas, una de mujeres y otra de hombres.
Viernes Santo
El Viernes Santo, la vestimenta es la misma, pero de color morado, en señal de luto por la muerte de Jesús en la cruz.
“El Viernes Santo hacemos ocho pasos: el desprendimiento, la piedad, Jesús en brazos de María (…) Es una solemnidad, una procesión en la que todos sentimos el dolor de nuestro Señor en la cruz. Ese día y noche todo el pueblo está de luto”, detalla el nazareno.
Justo a las 3:00 de la tarde, antes de la procesión, los nazarenos van al cementerio y rezan por sus compañeros fallecidos. También hacen el Sermón de las Siete Palabras.
Sábado Domingo de Resurrección
Este día se hace una vigilia pascual. En Bogotá, la Catedral Primada realizará la celebración mariana, a las 4:00 de la tarde. El domingo en la capital del país también se vivirá la procesión del Señor Resucitado y la Misa de Pascua de Resurección. En Guamal y en la mayoría de los pueblos colombianos los nazarenos profesan su fe sin distinción de edad, raza, color de piel o procedencia. Los une la esencia de ser nazarenos.
Asociación Nazarena de Guamal
Los nazarenos de Guamal se caracterizan por su organización y disciplina. Desde septiembre de 1991, crearon la Asociación de Nazarenos, conformada inicialmente por 150 hombres y mujeres que personifican a los penitentes. Hoy son más de mil.
En el resto del año, la asociación se encarga de llevar la palabra de Dios a los corregimientos cercanos, como Guaimaral, La Ceiba, Urquijo, Pajaral y otros que están en la periferia del río Magdalena. Siendo una de las prácticas más representativas de la región, se busca que sea declarado Patrimonio departamental y nacional. Cabe destacar que, anteriormente el nazareno estaba obligado a flagelarse para limpiar su alma, ahora, ellos consideran su cuerpo como el templo de Cristo y el castigo fue reemplazado por largas horas de oración.