El rinoceronte, un precioso animal que se encuentra presente en el mundo con 5 especies (blanco, negro, indio, de Sumatra y de Java), se encuentra en peligro de extinción.
Tal y como indica la organización Save the Rhino, se estima que a finales de 2015, solo quedaban 30.000 rinocerontes salvajes en todo el mundo. Unas cifras alarmantes provocadas por el crecimiento de la caza furtiva de ejemplares silvestres.
La principal causa es la creciente demanda ilegal de cuerno de rinoceronte generada por la medicina tradicional en el este de Asia. Una demanda que, en países como Sudáfrica, ha provocado que en la última década la caza furtiva creciera más de un 9.000%.
En una estafa cruel y sin precedentes, en algunos países asiáticos se ha extendido el mito de que el cuerno de rinoceronte es una cura milagrosa contra el cáncer, lo que supone una poderosa arma de persuasión para los pacientes con enfermedades terminales.
“Los cuernos de rinoceronte no tienen cabida en una pared o en una farmacia. Pertenecen a su hábitat natural”, dijo una líder de la compaña de conservación.
En Sudáfrica se encuentra el Kruger National Park, un área protegida de más de 19.000 km2. Ante esta situación, las autoridades y donantes internacionales han dotado de mayores recursos de seguridad a la zona, cuyos frutos se muestran en el descenso de ejemplares cazados en 2016.
Aun así, la situación sigue siendo muy preocupante, puesto que las redes de tráfico ilegal, cada vez más organizadas y armadas, están expandiendo su área hacia otros países como Zimbabue, Kenia, Namibia o Zambia. En este último, se encuentra el Parque Nacional Luangwa Norte, donde Paimolo Bwalya ejerce como Jefe de Monitoreo de Rinocerontes. Su equipo de guardabosques trabaja las 24 horas del día para proteger a los rinocerontes del parque contra los cazadores furtivos. Deben rastrear e identificar cada rinoceronte con el objetivo de construir su perfil para conocer su comportamiento y de esta forma, monitorizarles individualmente velando así por su seguridad.
“Es vital que estos profesionales, que arriesgan sus vidas para proteger a los rinocerontes, cuenten con un buen entrenamiento y equipo que les permita caminar hasta 12 horas al día y llevar todo su material de trabajo consigo. Desde Zoo, colaboramos con el programa de conservación in situ del rinoceronte blanco, aportando fondos a través de la Fundación Parques Reunidos, a la reserva de uMkhuze, en Sudáfrica, para ayudar a proteger a la población amenazada de rinocerontes blancos y negros que habitan en ella con equipamiento de vigilancia y defensa a los rangers”, se señala.
Justamente, dentro de ese llamado a cuidar la especie, fue declarado el 22 de septiembre como el Día Mundial del Rinoceronte y hoy, a partir de las 9:00 a.m. por NAT GEO WILD se presenta el especial sobre la conmemoración, con programación temática durante 24 horas dedicada a concientizar sobre la importancia de preservar esta especie amenazada por el tráfico ilegal de su cuerno, un objeto preciado por los cazadores furtivos y cuyo precio rivaliza con el del oro en el mercado negro.
NAT GEO WILD acompaña a conservacionistas, veterinarios, científicos y rescatistas de África en relatos conmovedores sobre sus trabajos y su labor de conservación. El especial incluye programas como “Refugios de rinocerontes”, una serie dramática y emotiva que muestra el detrás de escena de un centro de rescate de rinocerontes, con historias felices de supervivencia pero también mostrando desafortunadas cacerías furtivas. Se trata del primer refugio para rinocerontes en el mundo y nace como respuesta a la acción brutal de cazadores furtivos que azota Sudáfrica. En este santuario animal, las crías de rinoceronte tienen una segunda oportunidad en la vida. Con Sudáfrica como escenario, Karen Trendler, especialista en rinocerontes, y su equipo trabajan en un centro de alta tecnología en el que alojan y recuperan rinocerontes que quedan huérfanos debido a la caza.
Por su parte, “El último rinoceronte de Sumatra”, acompaña el trabajo de conservacionistas y científicos de Malasia en una misión desesperada y extraordinaria para salvar al último ejemplar de la especie Rinoceronte de Sumatra, que se encuentra en crítico peligro de extinción.