Toshiba advirtió este martes que sufrirá enormes pérdidas en el ejercicio de 2016-2017 por la depreciación de activos de su filial nuclear en Estados Unidos y dijo estar investigando posibles irregularidades contables en una de sus operaciones.
Tras el anuncio, las acciones del conglomerado japonés se hundieron un 8% en la bolsa de Tokio, ante las sospechas de un escándalo contable relacionado con Westinghouse, su compañía de energía nuclear en Estados Unidos.
Según las previsiones de Toshiba, las pérdidas netas serán de 390.000 millones de yenes (3.400 millones de dólares) en el año fiscal que termina en marzo, consecuencia de la devaluación de los activos de Westinghouse en más de 700.000 millones de yenes.
Inicialmente Toshiba iba a presentar sus resultados este martes pero finalmente la compañía se limitó a anunciar previsiones y explicó haber pedido más tiempo, hasta el 14 de marzo, para someter sus resultados a las instancias reguladoras.
El objetivo del aplazamiento es investigar posibles manipulaciones contables en su filial estadounidense. Varios abogados y auditoras ya están trabajando en ello, dijo Toshiba.
En concreto el grupo investiga las circunstancias de la compra por parte de Westinghouse de la compañía CB&I que fabrica plantas nucleares.
Desde el accidente nuclear de Fukushima, en 2011, la normativa de las centrales ha sido revisada y el coste de los proyectos se ha disparado, algo que Westinghouse no habría evaluado correctamente.
Toshiba también anunció que su presidente Shigenori Shiga dimitirá aunque seguirá en en la compañía.
"Si existe la posibilidad de que los controles internos queden invalidados, eso podría afectar a los resultados trimestrales", dijo Toshiba en un documento en el que explica las razones para aplazar la publicación de sus resultados.
Las acciones de la compañía —uno de los pilares del auge industrial de Japón tras la Guerra Mundial y que hoy tiene 188.000 empleados en todo el mundo— han caído a la mitad desde diciembre, cuando Toshiba advirtió de posibles pérdidas por su filial nuclear.
En 2015 Toshiba vivió un escándalo similar que puso de relieve graves problemas en la gestión. Entre abril y diciembre de ese año anunció pérdidas de 479.000 millones de yenes, causadas por el descubrimiento de que la compañía había ocultado malos resultados durante años bajo la presión de sus directivos.
Tras el desastre de Fukushima, Toshiba vio en la industria nuclear en el extranjero una fuente de crecimiento pero el anuncio de este martes indica que podría abandonar la construcción de centrales aunque continuaría vendiendo material nuclear.
La compañía estaría ahora dispuesta a ceder el 60% que tiene en NuGen, una compañía nuclear conjunto con el francés Engie para construir centrales en Gran Bretaña.
Toshiba, que fabrica desde trenes a chips de memoria, está en plena reestructuración y recientemente ha vendido su filial de material médico a Canon así como su negocio de electrodomésticos al chino Midea Group.