El socialdemócrata Martin Schulz pasó a la ofensiva este domingo a tres meses de las elecciones legislativas de septiembre en Alemania, y acusó de "arrogancia" a la canciller Angela Merkel, a la que los sondeos auguran una clara victoria.
En un congreso de su partido, el SPD, este domingo en Dortmund, en pleno corazón de la cuenca del Ruhr obrera, el expresidente del Parlamento europeo trató de reactivar su campaña, un tanto morosa, y atacó frontalmente a la canciller conservadora.
"(...) El mayor riesgo es la arrogancia del poder, la gente lo siente", declaró en su discurso Schulz, de 61 años, refiriéndose a partido Demócrata-cristiano (CDU, conservador) de la canciller, en el poder desde 2005 y que aspira a un cuarto mandato consecutivo, lo que sería un hecho histórico en términos de longevidad.
Hace solamente tres meses, todo parecía ir muy bien para Schulz. Tras ser designado candidato de los socialdemócratas a fines de enero, los sondeos de opinión le auguraban casi un empate con una Merkel sometida a críticas por su decisión de acoger a más de un millón de refugiados desde 2015.
Pero el "efecto Schulz" se frenó en seco en la primavera boreal, con tres elecciones regionales ganadas claramente por el CDU de la canciller.
Y la tarea para reconquistar a la opinión pública se anuncia difícil para Schulz, novato en el escenario político alemán.
En efecto, desde entonces Merkel no para de subir en los sondeos. El último de ellos, realizado esta semana, da al CDU una ventaja de 15 puntos sobre el SPD (39% contra 24%).
Schulz está ahora decidido a contraatacar y reprochó este domingo a su adversaria "callar sistemáticamente los debates sobre el futuro del país", y calificó esta actitud de "ataque contra la democracia".
Con ello criticaba la estrategia política llevada a cabo desde hace años por Merkel: evitar los conflictos directos y dar la imagen de tranquilizadora estabilidad de la que se beneficia entre la opinión pública.
- Matrimonio homosexual -
Martin Schulz detalló su programa, basado en torno al tema de la "justicia social". Promete una baja de impuestos para las clases populares y una mayor presión fiscal a los más ricos. Con ello, el SPD espera "izquierdizar" su discurso para intentar compensar su retraso en los sondeos.
Schulz se ha comprometido también, si es elegido canciller, a instaurar el matrimonio para parejas homosexuales, algo de lo que los conservadores de Merkel no quieren oír hablar. El candidato del SPD ha hecho de ello una condición para futuros acuerdos de coalición.
Por su lado, los demócrata-cristianos de Merkel -que gobiernan desde 2013 en coalición con los socialdemócratas a nivel federal- podrían prescindir de ellos en la próxima coalición, aliándose con los liberales del FDP, con lo que ello supondría una derechización del ejecutivo en Alemania.
En un clima de incertidumbre global generado por el Brexit, la elección de Donald Trump en Estados Unidos o la emergencia de los populismos, Merkel representa también un polo de estabilidad que tranquiliza a la opinión pública alemana.