Después de turbulentos escándalos en su vida personal, Mel Gibson, el reconocido actor estadounidense recordado por interpretar a icónicos personajes como Max Rockatansky y William Wallace, desapareció de la escena hollywoodense por años, y aunque realizó pequeños papeles en algunas películas, desde su actuación como Walter Black en The Beaver (2011), no protagonizaba un filme.
Ahora regresa interpretando al personaje principal de la película Sangre de mi Sangre, basada en el libro homónimo escrito por Peter Craig, que estará en las salas de cine del país a partir del 10 de noviembre.
Dirigida por Jean-François Richet (Asalto al Distrito 13), adaptada de la novela de Peter Craig, y con el mismo Craig como guionista junto a Andrea Berloff, esta entrega es un thriller que cuestiona a la sociedad americana y el significado tradicional de familia.
Mel Gibson es John Link, un exconvicto en rehabilitación tratando de expiar sus pecados que se reencuentra con su hija desaparecida desde hace años. Ella huye de narcotraficantes y sicarios del cartel de las drogas al que pertenece su novio. Link debe usar los contactos de su vida pasada y todo lo que aprendió en la cárcel para mantener a su hija con vida.
Sangre de mi Sangre (Blood Father en su idioma original), también incluye en su reparto a estrellas como Diego Luna (Elysium, Milk), William H. Macy (Fargo, Magnolia) y Erin Moriarty (The Kings of Summer, Captain Fantastic).
Una película en la que además de persecusiones, violentos enfrentamientos, narcotraficantes y sicarios también se hace un guiño con humor negro al pasado alcohólico de su protagonista y su supuesta afinidad con grupos de extrema derecha
Luego de superar diversos problemas personales, la estrella de taquilleras películas como Corazón Valiente y Señales, vuelve a un set en el papel protagónico como la imponente estrella que es.
Para el director Jean-François Richet trabajar con Gibson resultó ser una revelación, afirma que incluso borró su increíble trabajo previo: "Para mí, Mel es uno de los más grandes cineastas con vida - está en mi lista de los mejores directores junto con Michael Mann - y sin embargo, nunca interfirió con mi trabajo como director. Rara vez he trabajado con alguien tan humilde y compuesto como Mel."
Richet explica que a pesar del pasado icónico de Gibson interpretando a solitarios en desiertos luchando por sobrevivir "Mad Max nunca, nunca, pasó por mi cabeza durante el rodaje de la película. Estoy de acuerdo en que sí debe haber similitudes - la película tiene lugar en el desierto, se pueden ver motos y coches - pero si no hubiera sido por Mel, a nadie se le hubiera ocurrido vincular lo uno con lo otro. Tal vez lo que te hace pensar en esa relación es que la mayoría de nosotros ha crecido viendo Mad Max y Arma Letal."
La actriz emergente Erin Moriarty, por su parte, expresa que cuando Mel Gibson estaba en el set, su propio factor de intimidación desapareció al darse cuenta de que el neoyorquino era una persona tan abierta y atenta: "La única intimidación que sentí fue durante el tiempo entre aceptar el papel y conocerlo en Nuevo México. Tan pronto como empezamos a trabajar en el set juntos, la intimidación se disipó. La combinación de décadas de experiencia como actor y su tremendo talento como director, lo llevan a tener una habilidad para detectar lo que un actor necesita de él, escena a escena. Por ejemplo, hubo algunas escenas en las que él intencionalmente me sorprendió con una nueva decisión en su propia actuación para obtener una respuesta más orgánica de mi parte. Sentí un mayor sentido de gratitud hacia él cuando finalizamos la filmación".