Una nueva polémica se registró en los últimos días entre el alcalde de Santa Marta, Rafael Martínez, y su exsecretaria jurídica, la ex viceprocuradora Martha Castañeda, luego de que el burgomaestre ordenara trasladar la funcionaria a la Oficina de Contratación.
Castañeda rechazó la determinación del mandatario local. “El Alcalde me quiso rotar a la Oficina de Contratación, inicialmente dije que sí y pensé tal vez, de manera ilusa, colaborar desde esa oficina igualmente porque los temas son jurídicos contractuales, pero me encontré y en razón del ejercicio de mi cargo he tenido conocimiento de varios contratos, cuyo desarrollo no comparto y que no entro a calificar de ilegales ni de irregularidades porque eso les corresponde a los organismos de control y a la Fiscalía”, dijo.
Y agregó que “no existe norma en Colombia, funcionario, ni persona alguna que obligue a Martha Isabel Castañeda Curvelo a posesionarse en un cargo en el que no quiere hacerlo. Él no es jefe mío, por lo siguiente aquí existe un gabinete y somos colaboradores de la Administración. No somos los porteros ni los subalternos que puedan obedecer decisiones, en mi caso, con las que yo no esté de acuerdo desde el punto de vista jurídico”.
La ex viceprocuradora Castañeda señaló, además, que la orden de traslado coincidió “con concepto desfavorable para el Alcalde, en el sentido que no podía reclamarle a la Administración del Distrito los sueldos dejados de devengar mientras estuvo con medida de aseguramiento domiciliaria”.
Horas más tarde, Martínez posesionó a un nuevo secretario en la dependencia y señaló que Castañeda debía acatar la decisión. “La rotación no tiene discusión. El Alcalde soy yo. El jefe soy yo. Y ella simplemente acata. Ha esgrimido una serie de argumentos jurídicos que no son acordes a las circunstancias actuales. Primero dijo que tenía que darle 10 días para aceptar el cargo. Eso no es cierto porque no la estoy nominando por primera vez y ella es funcionaria pública, subalterna mía y simplemente le estoy haciendo una rotación”, dijo el Mandatario, quien indicó que la funcionaria podía acudir a instancias judiciales para frenar la decisión.
“Tiene que demandar el decreto que la rotó y esperar que un juez la ampare. Por ahora, simplemente se cumple la orden del Alcalde y se hace la rotación”, sostuvo.
A finales de julio se registró el primer enfrentamiento público entre Martínez y Castañeda. Cuando el Alcalde se reintegró al cargo, luego de que le fuera revocada una medida de casa por cárcel, este les manifestó a sus secretarios de despacho elegidos por el alcalde encargado Andrés Rugeles, entre ellos Castañeda, que no confiaba en ellos.
“Espero no lo tomen personal. No son un equipo de mi confianza. En lo personal no los conozco. Distingo a algunas personas. No digo que son malas ni buenas personas”, dijo y luego aseguró que no incurriría en la “masacre laboral” que, afirmó, hizo Rugeles con su equipo de trabajo.
Castañeda tomó la palabra y manifestó que jamás ha pertenecido a ningún grupo o movimiento político. “Jamás he pertenecido a ningún grupo o movimiento político. Desde antes de salir de la universidad estuve vinculada a la Rama Judicial y Ministerio Público, pero nadie me puede tildar de que he estado en ningún movimiento político. La motivación siempre ha sido el servicio a la comunidad desde el Ministerio Público y la Rama Judicial”, dijo.