La antigua reforma tributaria ha tenido en vilo a los senadores y Representantes desde que la Corte Constitucional decidió tumbarla por vicios de trámite. Hoy se espera que las comisiones terceras conjuntas le den continuidad.
Uno de los ponentes y defensor de la iniciativa, el senador del Centro Democrático, Fernando Araújo, aseguró que “las rentas a discutir en este proyecto de ley deben ser solamente hasta el monto que está desfinanciado, y por ende, el Gobierno no tiene facultad por medio de una Ley de Financiamiento para proyectar ingresos por un valor superior a el déficit de $12,5 billones y para años que excedan la vigencia de 2015”.
Igualmente sostuvo que su bancada apoya la reforma tributaria “cuyo fin es estimular el crecimiento y la generación de empleo, no solo porque acoge la columna vertebral de la Ley de Financiamiento en apoyo al crecimiento a la productividad, impulso al emprendimiento y al empleo formal. Además, contiene elementos sociales fundamentales, por ejemplo la devolución del IVA a los más vulnerables de Colombia, los tres días sin IVA para la adquisición de bienes necesarios para las familias colombianas como el calzado, el vestuario, los útiles escolares. Esta ley también tiene una reducción para los pensionados que ganan un salario mínimo en los aportes a la salud. Quiero hacer una mención especial para la inversión desde pequeños y medianos empresarios del campo con estímulo al empleo”.
Pero el senador Juan Luis Castro, de la Alianza Verde, aseguro que “se supone que esta reforma tributaria está motivada en cubrir el déficit de $14 billones del Presupuesto General de la Nación, pero no es así. Es absurdo que esté concentrada en beneficios tributarios para los más ricos, como lo reconoce el Ministro de Hacienda en la exposición de motivos. El Gobierno no reconoce que la economía va mal y que el crecimiento que tanto presume es para los más ricos, no para todo el país”.
A renglón seguido Castro indicó que con esta iniciativa, además, el Gobierno está irrespetando a los académicos, pues “lleva un año sin responderle a más de 70 profesores universitarios que alertaron sobre indicios de clientelismo por beneficios tributarios de la Economía Naranja”.
Por último, el congresista pidió al Gobierno el retiro de la iniciativa y aprovechó para enviar un último dardo al Gobierno: “Los tres días sin IVA es una idea populista con altos costos de implementación. Sólo podremos comprar tres unidades de un mismo bien. Los ahorros son mínimos para los más pobres, mientras que los más ricos tendrán beneficios por $10 billones”.