En Colombia, solo en 2019, se registraron 116.633 nacimientos de madres adolescentes, entre 15 y 19 años de edad, una cifra que si bien representa una disminución del 4,5% frente a las cifras de 2018, siguen siendo preocupantes para las autoridades que velan por la protección de las menores.
A este número de partos registrados el año pasado se suman 4.758 adicionales que se dieron entre niñas de 10 a 14 años, quienes, de acuerdo con la ley, fueron víctimas de abuso sexual.
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Estas cifras están consignadas en el informe “El embarazo adolescente, un ‘retraso’ en la garantía de los derechos de la niñez y la juventud colombiana”, que publica la ONG Alianza por la Niñez Colombiana con motivo de la celebración de la Semana Andina de Prevención del Embarazo en la Adolescencia que termina el próximo 30 de septiembre.
El documento da cuenta de que en el país 17 de cada 100 niñas están en embarazo, y que las regiones con mayor número de casos en 2019 fueron Magdalena, La Guajira, Caquetá y Cesar son los departamentos que cuentan con la tasa más alta de nacimientos de mujeres entre los 15 y 19 años.
“Colombia pasó de tener 155.890 nacimientos de mujeres de 15 a 19 años a 117.633 para el año 2019, y de 72 a 57 nacimientos por cada 1.000 mujeres, es decir, el promedio de casos se ubicó en 17.5%”, agrega el documento.
El informe cita cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas (DANE) según las cuales en 2018 entre las mujeres de 15 a 19 años que ya son madres, la edad del padre de su hijo era superior entre 2 a 10 años en el 63,6% de los casos, y en 10% de los casos el papá era mayor que la mujer por más de 10 años.
El informe señala que en 2018 alrededor de 520 mujeres perdieron la vida por causas asociadas al embarazo o al parto, y que en su mayoría pudieron haber sido evitables. El 15% de ellas, estaban en la edad entre los 15 y 19 años.
“Un estudio de la Fundación Plan estima que las niñas entre 10 y 14 años tienen cinco veces más probabilidades de morir durante el embarazo y el parto, que las de más de 20. La tasa de mortalidad de sus neonatos es aproximadamente un 50% superior”, agrega el estudio.
Morbimortalidad
“En Colombia, gran parte de la morbimortalidad materna se asocia a fallas de acceso y calidad de la atención por parte de los servicios de salud en el cuidado de la gestante, en la promoción de prácticas saludables, en la oportunidad de la detección y en el manejo del riesgo materno y sus posibles complicaciones”, dice la Alianza por la Niñez Colombiana.
Y agrega que entre 2005 y 2017 la mortalidad materna en Colombia pasó de 70,1 a 51,01 muertes de maternas por cada 100.000 nacidos vivos. “Pero fue 5,48 veces más alta en departamentos como Chocó, Vichada, La Guajira, Córdoba, Guainía, Vaupés y Putumayo”.
De acuerdo con Ángela Anzola, de la Fundación Plan, tanto para las madres gestantes como para sus hijos, las consecuencias son de tipo biológicas, psicosociales y económicas.
“Las niñas que quedan embarazadas a una edad temprana corren mayores riesgos de padecer mortalidad y morbilidad materna. El embarazo durante los primeros años después de la pubertad aumenta el riesgo de aborto espontáneo, obstrucción del parto, hemorragia posparto, hipertensión relacionada con el embarazo y afecciones debilitantes durante toda la vida. A ello se suma que los bebés que nacen de madres adolescentes, tienen más probabilidades de nacer prematuros o con bajo peso y corren mayor riesgo de vida”, explica Anzola.
El estudio analiza aspectos como que dónde nacer y de quién ser hijo “influye directamente en los indicadores sobre lo que pasará con cada niño y niña que acaba de llegar al mundo”.
En ese sentido, vuelve a citar cifras del DANE que advierten que en 2018 nacieron 649.115 bebés, de los cuales 123.223 tenían a una madre entre los 15 y 19 años, lo que equivale al 19% de los nacimientos en Colombia.
“Nos preocupan principalmente, los embarazos que se producen como consecuencia de las relaciones de poder en contra de las niñas y que se esconden detrás de los matrimonios infantiles y uniones tempranas y forzadas, lo que genera, no solamente embarazos muy tempranos y de alto riesgo, sino también desigualdades y vulneraciones a los derechos de las niñas y las adolescentes”, asegura Anzola.