El Reino Unido no vive momentos fáciles. La semana pasada surgieron tensiones con China por la situación en Hong Kong. Estos últimos días los titulares a nivel mundial han relatado la renuncia del Embajador del Reino Unido en Estados Unidos, Kim Darroch, por la filtración de unos correos confidenciales enviados a su personal en Londres en los que tildaba de “inepta” y “disfuncional” la administración del presidente Donald Trump. Dichos correos fueron divulgados por el medio británico Mail on Sunday el domingo pasado, de los que aún se desconoce su procedencia. En respuesta, Trump pronunció fuertes palabras hacia al Embajador Darroch a quien tildó de “un tipo muy estúpido” y que no continuaría trabajando con él.
Las implicaciones se ven reflejadas especialmente en la situación actual del Reino Unido que internamente está próximo a elegir al sucesor de la primera ministra, Theresa May, y que tiene todavía la situación del Brexit por resolver. Así, la relación con Estados Unidos, que sufre un nuevo revés, saca a relucir una profunda división en el Reino Unido con respecto a su salida de la Unión Europea y sus relaciones con otros países.
Nada nuevo
Durante los distintos episodios que tuvieron lugar durante el siglo XX, como la Primera y Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos y el Reino Unido fueron grandes aliados militares y diplomáticos para defenderse de sus rivales comunes. Juntos, con ayuda de otros países, habían logrado derrotar a la Alemania de Adolf Hitler. Finalizada la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos se consolidó como una potencia a nivel internacional, mientras que Europa, incluyendo al Reino Unido, había quedado devastada por la guerra. La reconstrucción del continente era necesaria y los estadounidenses se mostraron a favor de contribuir en este propósito.
Por sus lazos históricos, culturales, diplomáticos, comerciales y como resultado de la segunda gran guerra, se forjó una “relación especial” entre ambas naciones, recordando las palabras pronunciadas por el entonces Primer Ministro, Winston Churchill. Pero como es usual en las relaciones entre estados, han existido diferencias y distanciamientos frente a distintas situaciones por más especiales que sean los lazos de amistad.
De manera que los diversos titulares a nivel mundial cuestionaron esta “relación especial” y cómo se verían afectadas después del tropiezo diplomático provocado por la divulgación de correos confidenciales. Sin embargo, a pesar de las implicaciones, no es nuevo que haya dificultades en el entendimiento bilateral. Desde la llegada de Trump a la presidencia, se ha visto cómo los aliados tradicionales de Estados Unidos han pasado de cierta forma a un segundo plano con respecto a, por ejemplo, los acercamientos con el líder norcoreano Kim Jong-un. Pero los comentarios de Trump vía Twitter sobre el Brexit y en algunas ocasiones contra la Primera Ministra May, hacen cada vez más difícil entablar una conversación constructiva para las dos naciones.
Como consecuencia de lo ocurrido con la filtración de los correos, el miércoles pasado, el señor Darroch presentó su renuncia como Embajador del Reino Unido en Estados Unidos. En su carta de renuncia manifestó que “la actual situación hace imposible para mí llevar a cabo mi rol como quisiera”. Aunque su cargo estaba previsto culminar a final de año y contaba con el respaldo de May, decidió retirarse anticipadamente.
Relación necesaria
Durante la tensa semana en las relaciones bilaterales de EU y el Reino Unido, el martes se realizó un debate entre Jeremy Hunt, actual Secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Boris Johnson, los dos candidatos para reemplazar a Theresa May. Durante el debate se preguntó qué postura tomarían frente a la situación del Embajador en Estados Unidos. Hunt comentó que mantendría a Darroch hasta que culmine su mandato, mientras que Johnson, el favorito a suceder a May, no dijo si lo mantendría.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea ha generado división en la sociedad británica y en aspectos como las alianzas comerciales con otros países, en especial, Estados Unidos. Los breexiters, o quienes están a favor del Brexit, “piensan que la decisión del Reino Unido de dejar la Unión Europea significa necesariamente un giro de Londres de alejarse de Bruselas más hacia Washington”, comenta Rob Watson, corresponsal político de la BBC para el Reino Unido. En este sentido, un Reino Unido que no es parte de la Unión Europea, necesitará de sus relaciones con Estados Unidos. Y por esta razón se ha especulado que la “filtración fue hecha por alguien que quiere un nuevo embajador más en línea con el Sr. Trump”, indicaron Steven Erlanger y Stephen Castle en el New York Times.
Para algunos, Darroch nunca debió haber pronunciado las palabras contra Trump, pero para otros, como May y el Secretario de Estado, Hunt, un embajador debe dar correcta información y consejos de lo que percibe en el país donde lleva a cabo su misión. Pero más allá de eso, explica Watson, se evidencia en otro escenario la polarización entre quienes quieren que el Reino Unido se separe de la Unión Europea y los que no. En este sentido, ambos países, pero especialmente el Reino Unido, perciben la relación más como una necesidad ante un eventual Brexit.
(*) Profesional en Gobierno y Relaciones Internacionales