El Comité de Inteligencia del Senado estadounidense respaldó el nombramiento de Gina Haspel como directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), a pesar de la enorme controversia por las relaciones de la nominada con la aplicación de métodos de tortura.
El presidente del Comité, Richard Burr, y su adjunto, Mark Warner, indicaron que el nombramiento de Haspel, impulsado por el mandatario Donald Trump, recibió un voto favorable de 10-5 y pasó ahora al plenario del Senado para la confirmación.
Haspel se desempeña actualmente como Directora Interina de la CIA, desde que el último director, Mike Pompeo, asumió como Secretario de Estado.
Sin embargo, el proceso de discusión sobre el nombramiento de Haspel se convirtió en una espectacular controversia por la relación de la funcionaria con la aplicación de técnicas de interrogatorio en la década pasada que el propio Senado consideró como tortura.
No obstante, Haspel logró el voto mayoritario en el Comité de Inteligencia y, según fuente coincidentes, ya tendría los votos suficientes en el plenario, inclusive entre legisladores del Partido Demócrata, para sellar su confirmación.
De acuerdo con el conservador senador Burr, Haspel "es la persona más calificada que el presidente podía escoger para dirigir la agencia y la nominada más preparada en los 70 años de la agencia".
Cuestionamientos
En tanto, el senador demócrata Warner afirmó estar convencido de que Haspel "es alguien que se pondrá de pie y confrontará al presidente si éste le ordena hacer algo ilegal o inmoral, como volver a la tortura".
El largo proceso de análisis del nombramiento de Haspel volvió a poner en el centro de las discusiones el uso de la tortura por parte de fuerzas de seguridad, inclusive la CIA, en años recientes.
Para el senador demócrata Ron Wyden, uno de los más firmes críticos de la nominación, los antecedentes de Haspel la tornan "inadecuada" para conducir la CIA.
"Gina Haspel y la CIA cometieron uno de los más grotescos abusos de poder en la historia reciente, ayudados e instigados por un fracaso completo de la supervisión del Congreso", lamentó Wyden, quien parece haber quedado en minoría en sus esfuerzos por bloquear la confirmación.
Por su parte, Christopher Anders, subdirector de la influyente Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés), apuntó que la luz verde del comité del Senado a Haspel "avergüenza a nuestra democracia".
"Lo que hemos visto de ese Comité es una operación de encubrimiento, no una investigación seria", añadió.
Tortura como método
Durante una áspera audiencia pública ante el Comité de Inteligencia, Haspel se había negado a condenar el uso de esas técnicas de tortura contra ciudadanos extranjeros bajo sospecha de ser "combatientes" contra Estados Unidos.
Esas torturas fueron realizadas en centros secretos de detención que las fuerzas de seguridad estadounidenses mantenían en varios países del mundo.
En esa larga y controvertida audiencia, Haspel incluso se había negado a pronunciar la palabra "tortura" y se refirió simplemente a un "programa de detención de interrogatorio".
Sin embargo, Haspel prometió que en caso de ser confirmada como directora de la CIA no recurrirá más a esos métodos.
"Después de haber servido durante esos tiempos tumultuosos, ofrezco mi compromiso personal, claro y sin reservas, de que bajo mi liderazgo la CIA no retomará esos programas de detención e interrogatorio", dijo Haspel ante el Senado.
Cuatro senadores demócratas (Wyden, Kamala Harris, Dianne Feinstein y Martin Heinrich) han pedido a Dan Coats, el jefe de inteligencia nacional, que haga públicos todos los documentos clasificados relativos al papel de Haspel en los programas de interrogatorio de la CIA.
Feinstein ya expresó su preocupación por promover a una persona implicada en el programa de tortura a la cabeza de la CIA, "la agencia responsable de uno de los capítulos más sombríos de nuestra historia".
En 2012, este mismo Comité de Inteligencia aprobó un informe de 6.000 páginas donde se sostiene que los métodos de interrogatorio utilizados por la CIA durante la llamada 'Guerra al Terror', entre 2001 y 2006, era simplemente tortura.
A pesar de su aprobación, más de 5.000 páginas de ese informe se mantienen clasificadas como "secretas".