El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido de que los países de América Latina y el Caribe tendrán que hacer frente al sobreendeudamiento de las empresas y discernir entre las empresas que son viables en el nuevo contexto nacional e internacional de la crisis de la Covid-19 y las que no lo son.
"En el caso de las primeras, la reestructuración de la deuda puede ser crítica para recomponer los balances", alerta la institución en su informe de perspectivas económicas regionales, en el que proyecta que el Producto Interior Bruto (PIB) latinoamericano se contraiga un 8,1% en 2020, y que se recupere moderadamente en 2021 dada la persistente propagación del virus.
Respecto a las empresas viables, el FMI añade que para ayudar a agilizar el proceso de reestructuración de deuda, cabría recurrir a soluciones e incentivos de reestructuración estandarizados, de modo que se pueda recurrir a marcos extrajudiciales si el volumen de casos de gestionar es elevado.
En el caso de empresas no viables, el Fondo indica que se necesitarán marcos de quiebra eficientes y equitativos para que se puedan distribuir las pérdidas entre inversores, acreedores, propietarios, trabajadores y el gobierno.
"Las regulaciones financieras tendrán que abordar el legado de la crisis", resalta el organismo multilateral, explicando que conforme se recupere la actividad, los bancos tienen que recomponer las reservas de capital para garantizar la estabilidad financiera a medio plazo.
Compromisos explícitos en reglas fiscales
El FMI también ha advertido de que los estímulos fiscales desplegados por la pandemia en los países de América Latina y el Caribe deben ir acompañados de compromisos "explícitos y claros" para consolidar y recomponer el espacio fiscal en el medio plazo.
La institución con sede en Washington ha indicado que los países que suspendieron las reglas fiscales a raíz de la crisis deberían comunicar con claridad sus compromisos para restablecerlas en función del estado de la recuperación.
Como recomendación, ha sugerido que algunos países consideren promulgar determinadas leyes como la "preaprobación" de futuras reformas tributarias para garantizar que el ajuste fiscal se produzca una vez que la recuperación económica esté encaminada.
Al mismo tiempo, ha aconsejado que, en los países en los que la actividad está repuntando y se están relajando las medidas de confinamiento, las ayudas de emergencia deben retirarse de manera paulatina, evitando caídas repentinas de los ingresos, sobre todo en los segmentos vulnerables.
En el caso de que el país no disponga del suficiente espacio fiscal, los gobiernos podrían brindar estímulos basados en reducciones temporales de impuestos sobre la nómina "que estén cuidadosamente formulados" para animar a la contratación o para estimular la inversión pública.
Por su parte, en los países en los que el espacio fiscal es más limitado, a medida que los gobiernos replieguen el apoyo de emergencia, la prioridad debería consistir, según el FMI, en preservar las medidas con mayor impacto social e incrementar la eficiencia del gasto, junto con la movilización de los ingresos tributarios.
Además, también ha recomendado relajar algunas barreras de entrada, que actualmente favorecen más a las existentes que a las posibles nuevas empresas, y flexibilizar el mercado laboral para generar una mayor contratación.
A su vez, el organismo liderado por Kristalina Georgieva ha señalado que el bajo nivel de los tipos de interés en diferentes países debería combinarse con intervenciones en los mercados de bonos y cambiarios si las condiciones financieras se tornaran restrictivas.
Riesgos
Al mismo tiempo, el informe advierte de que una contracción económica más prolongada de la actividad podría endurecer más las condiciones financieras y exacerbar los problemas de deuda y financiamiento en los sectores empresariales y soberanos de la región.
"Las vulnerabilidades están en aumento en estos sectores y las presiones de liquidez pueden dar lugar a insolvencias, sobre todo si la recuperación se retrasa", alerta el texto.
En este contexto, los niveles elevados de deuda soberana podría ocasionar un deterioro de las calificaciones crediticias de las entidades soberanas y reavivar las presiones en los mercados de bonos locales.
Estas condiciones también podrían hacer que decaiga el interés de los participantes externos, lo cual restringiría la capacidad de los gobiernos para atender las necesidades de financiamiento. Si esto sucede, los inversores domésticos y los bancos comprarán bonos públicos, en detrimento de las emisiones de las empresas.
El caso de México
Respecto al despliegue de paquetes fiscales por países, el FMI ha afirmado que México, una de las principales economías de la región, ha sido la que menos esfuerzo fiscal ha realizado, con un estímulo cercano al 1% de su PIB.
En contraposición, ha destacado que Brasil y Perú han sido los países que mayores estímulos fiscales han programado en la crisis, con apoyos que se situaron en el 16,5% y el 8% del PIB, respectivamente.
El organismo multilateral ha indicado que estas medidas excepcionales durante la crisis son "cruciales" para apoyar la actividad económica a fin de evitar desaceleraciones económicas aún más fuertes y repercusiones sociales más severas.