Una inflación de 1,92% esperan analistas consultados por el Banco de la República para el final de este año. En octubre, la inflación anual llegó a 1,75% y la acumulada en 1,38%, esto debido a la drástica diminución en el costo de los alimentos y en la poca demanda en el consumo de los colombianos.
De acuerdo con las expectativas de los analistas económicos, obtenidas a partir de la encuesta mensual del Banco aplicada en octubre, registran una inflación esperada a finales de 2020 del 1,92%, y a doce y veinticuatro meses del 2,80% y 3,09%, respectivamente.
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Según el informe, en julio dichos valores se ubicaban en el 1,89% a diciembre de 2020, y en el 2,85% y 3,07% a doce y veinticuatro meses, respectivamente. Sostiene la consulta que la expectativa de inflación sin alimentos para finales de 2020 aumentó, al pasar del 1,24% en julio al 1,51% en octubre, aunque sigue significativamente por debajo del 2,0%.
Esto es compatible con una expectativa de debilidad en la demanda hacia el mediano plazo y con los efectos de los alivios ya mencionados.
Asimismo, sostiene el informe, la variación anual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de regulados tendería a aumentar en 2021, una vez se diluyan los efectos de la reducción del precio de los combustibles y de los alivios temporales de tarifas de servicios públicos.
Se espera que la canasta cierre 2020 con un aumento anual alrededor del 1,4% y que en los próximos dos años se sitúe en niveles algo superiores al 3,0%. Asimismo, durante la primera mitad del próximo año se desvanecería el efecto bajista que tuvo la reducción del precio de los combustibles sobre la variación anual del IPC de regulados.
Algo similar seguiría sucediendo con los alivios transitorios en los precios de los servicios públicos de varias ciudades, cuya reversión tiene un impacto sobre la inflación que ha sido difícil de anticipar en los meses recientes. Tras el vencimiento de dichos alivios, los reajustes de precios en esta canasta deberían moderarse, teniendo en cuenta que se espera una indexación baja en tarifas de servicios públicos, como acueducto, además de escasas presiones salariales y de las originadas en los precios internacionales de los combustibles, entre otros factores.
Indica la consulta que los precios de los alimentos contribuirían a mantener la inflación al consumidor en niveles bajos en el corto y mediano plazos, favorecidos por unas buenas condiciones climáticas.
Destaca el Emisor que la variación anual de los precios de los alimentos se redujo fuertemente en meses recientes, sobre todo gracias a caídas en los precios de los alimentos de origen perecedero. Para lo que resta del año su comportamiento sería similar, lo que, sumado a una base baja de comparación estadística, debería compensar ajustes mayores de los alimentos procesados, con lo cual la variación anual del IPC de alimentos se sostendría algo por encima del 4,0%. Sin embargo, hacia el próximo año se esperan descensos adicionales importantes en las tasas anuales por varias razones.
La Niña
Recientemente ha aumentado la probabilidad de ocurrencia de un fenómeno de La Niña, el cual sería de intensidad débil. Si este evento, que suele estar asociado con lluvias por encima de lo normal, se consolida, se puede prever una buena oferta agropecuaria y bajos precios en el sector para los próximos trimestres. Por otro lado, la demanda de alimentos, que ha sido relativamente poco afectada por la emergencia sanitaria, podría ser menos dinámica que en el pasado, como consecuencia de la debilidad que se proyecta en el ingreso de los hogares y de las dificultades que tendrá que sortear el sector de restaurantes para operar plenamente.