“Vivimos en una sociedad de consumo y eso nos ha mermado la capacidad de crear” | El Nuevo Siglo
“MI VIDA ha estado profundamente marcada por la literatura”, dijo el escritor tolimense. /Foto: Penguin Random House
Viernes, 24 de Mayo de 2024
Redacción Cultura

WILLIAM OSPINA está considerado como uno de los poetas y ensayistas colombiano más destacados de las últimas generaciones y sus obras son mapas eruditos de sus amores literarios, acompañados de declaraciones ideológicas sobre la historia y el mundo moderno.

Sus viajes por múltiples países europeos se evidencian en su poesía, pues está implícita la voz de un ciudadano del mundo.

“Donde crece el peligro” es su más reciente libro, y el que, por el cual EL NUEVO SIGLO lo entrevistó: “para mí era un entretenimiento muy grande leer libros, pero no sabía que no pudiera dedicarme o vivir de esto”, dijo el autor de “El país del viento” (Premio Nacional de Poesía del Instituto Colombiano de Cultura, 1992); “¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua?” (1995) y “África” (1999).

Autor de varios libros de ensayo, entre los que se destacan “Los nuevos centros de la esfera” (Premio de Ensayo Ezequiel Martínez Estrada de Casa de las Américas, La Habana, 2003); “¿Dónde está la franja amarilla?” (1996); “Las auroras de sangre” (1999); “El dibujo secreto de América Latina” (2014); “Parar en seco” (2016); “El taller, el templo y el hogar” (2018); y “En busca de la Colombia perdida” (2022). Y de las novelas “Ursúa” (2005); “El País de la Canela” (2008, Premio Rómulo Gallegos 2009); “La serpiente sin ojos” (2012); “El año del verano que nunca llegó” (2015); “Guayacanal” (2019), y su célebre y más reciente “Pondré mi oído en la piedra hasta que hable” (2023).

EL NUEVO SIGLO: ¿Cuál es la propuesta literaria de “Donde crece el peligro”?

WILLIAM OSPINA: Este libro está compuesto por un conjunto de ensayos sobre temas literarios y sociales, pero sobre todo procura aproximar la reflexión sobre la sociedad contemporánea y los desafíos de la época, la reflexión sobre la literatura y sobre el papel que el lenguaje creativo puede jugar en la formación de una humanidad más capaz de enfrentar los problemas de la época, porque vivimos en una sociedad de consumo y eso nos ha mermado la capacidad de crear y de transformar el mundo. Tenemos una sociedad muy dependiente, que no toma iniciativas, que se deja a veces manipular por la política o es víctima de la corrupción y yo siento que tanto la literatura como el arte tiene una capacidad extraordinaria de despertar en los seres humanos, una nueva capacidad de actuar, reaccionar, sentirse protagonistas de la historia y no aceptar, pasivamente todo lo que ocurre ahora.

ENS: ¿Qué lo motivó a publicar esta serie de ensayos?

WO: La verdad es que estoy continuamente trabajando sobre temas literarios y sobre temas sociales, hace poco escribí una trilogía de novelas sobre la conquista de América, tratando de mostrar una mirada panorámica de lo que fue el choque de los mundos hace cinco siglos y de cómo surgieron nuestras naciones. Entonces estoy siempre pensando sobre el continente, sobre la literatura, el arte, la ecología y este libro es una buena muestra de esas distintas preocupaciones que tengo, tanto en términos estéticos como en literarios, sociales, psicológicos políticos y trato de que sean temas más de reflexión sobre el arte, la belleza, la pintura.

ENS: ¿Cuál será el tema de su próximo libro?

WO: Estoy interesado en una novela sobre la Segunda Guerra Mundial, algunos dirán, ‘por qué tenemos que hablar los latinoamericanos de eso si fue algo que ocurrió muy lejos’, pero eso no es verdad, porque que no hay ser humano que no viva las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, en ella se construyó el mundo en términos económicos, políticos geográficos y de tensiones. Entonces, cada uno de los habitantes de este planeta vive una vida que de alguna manera está inscrita en las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial.

ENS: Hablando un poco más sobre su trayectoria, ¿qué es lo mejor que le ha dado la literatura?

WO: Mi vida ha estado profundamente marcada por mi relación con la literatura. Yo no lo pensaba así cuando la adolescencia, yo era muy buen lector, pero no sabía que mi destino iba a ser literario, en primer lugar, porque no sabía que la literatura pudiera ser un destino. A partir de cierto momento por el intento de escribir primero escribía poemas, después amplié el campo de mi reflexión a la historia, a la sociedad, a la época contemporánea en mi libro es tarde para el hombre desde hace más de hace 30 años, justamente y gradualmente fui llegando a la necesidad de escribir novelas.