UNO DE los principales pulsos en la próxima legislatura, además de la reforma a la justicia que el Gobierno anunció radicará y si insiste en el proyecto de salud, será la elección en Senado de cuatro magistrados de la Corte Constitucional porque a los que están se les vence el periodo. Uno será ternado por el presidente Petro; en tanto que los restantes por las Cortes. En este último caso se espera que la oposición y los independientes busquen elegir a personas de tendencia ideológica más conservadora.
Al primero de los magistrados en vencerse el periodo de 8 años es Antonio José Lizarazo Ocampo, el próximo 6 de febrero, quien fue ternado por el Consejo de Estado. Como consecuencia a este mismo Alto Tribunal le corresponde presentar la terna para su sucesor.
Se espera que esta elección la lleve a cabo el Senado a más tardar el 16 de diciembre, cuando finaliza el primer periodo de la tercera legislatura. Luego no se puede porque el Congreso regresa a trabajar el 16 de febrero, para cuando ya tendría que estar listo el reemplazo de Lizarazo, quien como se dijo finaliza el 6 de ese mes.
La siguiente togada en finalizar periodo será Cristina Pardo Schlesinger, el 16 de mayo, quien fue ternada por el entonces presidente Juan Manuel Santos. Por ello le toca al jefe de Estado Petro radicar en Senado la terna para que sea elegido el sucesor en la Corte Constitucional.
En tanto que la magistrada Diana Fajardo Rivera finaliza el 6 de junio. Como la Corte Suprema de Justicia la ternó, pues igualmente en esta oportunidad la lista con los tres aspirantes a ocupar esa plaza en el tribunal Constitucional.
El último en culminar el periodo el próximo año es el jurista José Fernando Reyes Cuartas, el 5 de septiembre. La terna igualmente en este caso es responsabilidad de la Corte Suprema.
Puja de fuerzas
La elección de magistrado de la Corte Constitucional siempre ha generado un pulso entre las bancadas más poderosas por imponer un nombre, pues a pesar de que no es un cargo político y deben pesar en la escogencia los conocimientos jurídicos y la trayectoria de quienes conforman la terna, hay distintos intereses de por medio.
Los distintos gobiernos han buscado influir a través de su coalición, como se vio en octubre de 2022, cuando las mayorías que en ese momento tenía el Ejecutivo en Senado, comandadas por el Pacto Histórico, determinaron la elección de Juan Carlos Cortés, quien fue ternado por la Corte Suprema.
Luego el presidente Petro le correspondió presentar terna, de la que el Senado eligió a Vladimir Fernández, quien al ser ternado era el secretario jurídico de la Presidencia.
De cara a la elección de magistrados el próximo año, hay voces alertando que el presidente podría alcanzar mayorías en la Corte, y de esta manera tener un escenario a favor del estudio de las demandas contra sus reformas y otras leyes que apruebe el Congreso. Incluso se tendría que pronunciar sobre una constituyente que Petro eventualmente decida convocar sin tener en cuenta el aval que debe dar el Legislativo.
Por ejemplo, ya se anuncia una cascada de demandas a la reforma pensional porque la plenaria de la Cámara no la discutió en cuarto debate, pues se aprobó una proposición del oficialismo para acoger lo aprobado en Senado, con el argumento que no había tiempo por el final de la legislatura esta semana.
El expresidente Iván Duque dijo en la red X que “no podemos permitir que en 2025 se elija una Corte que amenace nuestra democracia. Debemos estar atentos para que se elijan personas que brinden las garantías y salvaguarden nuestra Constitución”.
Duque considera que Petro quiere cooptar la Corte Constitucional. “En este momento es claro que se van a ir cuatro magistrados en 2025: se van los doctores Antonio José Lizarazo, José Fernando Reyes, Cristina Pardo y Diana Fajardo Rivera. De estos cuatro hay uno que lo terna el presidente, dos de la Corte Suprema y uno del Consejo de Estado. Lo que el Gobierno va a tratar, en la medida que van saliendo los magistrados, es apoderarse de la Corte Constitucional para que, eventualmente, pueda aprobar ese mecanismo hechizo, irregular, a través del cual el presidente quiere quedarse en el poder”, dijo el exmandatario a EL PAIS.