Bogotá será Brahms, Schubert y Schumann | El Nuevo Siglo
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Lunes, 11 de Marzo de 2019
Serán personajes centrales del IV Festival Internacional de Música Clásica. Pero, ¿qué sabe usted de ellos?

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TODOS los hemos oído nombrar alguna vez. Sabemos que fueron grandes compositores y los referenciamos casi que de inmediato con la música clásica.

Para que se vaya preparando y conozca algo más del  Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá, que se realizará del 17 al 20 de abril, aquí les presentamos una breve reseña de esos  grandes compositores del Romanticismo germano: Franz Schubert, Robert Schumann, Clara Schumann y Johannes Brahms, quienes serán los protagonistas de esta cuarta edición del Festival Vea ¿Quiénes fueron? ¿Qué los unió? Y ¿Cuál es su legado?

Al hablar del Romanticismo germano, tema central de este  IV Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá,  es necesario remontarse al compositor alemán Ludwig van Beethoven (1770 – 1827), el último representante del Clasicismo vienés y uno de los íconos de la música clásica. El Romanticismo germano fue influenciado por Beethoven en aspectos como la libertad y subjetividad.

Precisamente, en la transición del Clasicismo al Romanticismo se sitúa el vienés Franz Schubert, nacido en 1797, contemporáneo de Beethoven, quien nunca ocupó un puesto en el ámbito musical de su ciudad ni contó tampoco con algún mecenas como otros compositores de antaño. A pesar de esto, su enorme talento lo llevó a tener una educación en la prestigiosa escuela Stadkonvikt, en la que fue violinista de la orquesta de esta institución. Su timidez y su temprana muerte a los 31 años no fueron impedimento para contribuir con innumerables obras maestras de repertorio orquestal, música escénica, coral, sacra, para piano, música de cámara y 600 Lieder (poemas líricos acompañados de música).

Posteriormente, en la región de Sajonia, al sudeste de lo que ahora es Alemania, nació Robert Schumann en 1810, un amante de la literatura, estudioso de las leyes, quien debió abandonar su sueño de ser pianista por problemas en sus manos. Este hecho lo obligó a dedicarse a la composición. Tomó clases de piano con el maestro Friedrich Wieck, el padre Clara Wieck, con quien vivió una historia de amor digna del Romanticismo. El padre de Clara se opuso a la boda y los enamorados tuvieron que llegar hasta instancias legales para poder casarse.

Schumann sufría de una condición mental que lo sumía en depresiones profundas. Su enfermedad avanzó y murió a los 46 años. La libertad en sus composiciones y la expresión de sus sentimientos quedó plasmada en un repertorio que abarca óperas, sinfonías, música de cámara, coral, repertorio para piano y Lieder. Después de su muerte, Clara Schumann (1819 – 1896) decidió dedicar su vida a la memoria y a la música de su esposo. No solo interpretaba sus obras sino que las editó y las catalogó con la ayuda de Johannes Brahms (1833 – 1897) y otros amigos.

Esta mujer alemana, quien a temprana edad fue considerada un prodigio, fue madre de ocho hijos y además logró una impecable carrera por 60 años como pianista. Su talento, alta educación y su crítica musical fueron respetados y admirados por Brahms, Schubert, Chopin, Liszt y Mendelssohn. Su obra no fue muy abundante, pero sí delicada y exquisita. Compuso un concierto para piano, piezas para piano, obras de cámara y canciones.

Había una estrecha amistad entre Robert Schumann, Clara Schumann y Johannes Brahms, que fue posible gracias al violinista Joseph Joachim. La cercanía entre Clara y Brahms aún sigue provocando especulaciones sobre una supuesta relación sentimental, que hasta nuestros días se le atribuye en gran medida a una profunda admiración entre los dos.

Al joven alemán Brahms (1833 – 1897) le esperaba una prominente carrera como pianista y compositor, la cual fue vaticinada por Robert Schumann en su propia revista Neue Zeitschrift für Musik, un documento importantísimo para aquella época en lo que en materia de música se refiere.

Debido a su perfeccionismo, a Brahms le tomaba mucho tiempo terminar una obra, incluso años. A pesar de eso, es uno de los más excelsos ejemplos del Romanticismo tanto en las grandes formas orquestales o sinfónico corales, como en las más íntimas de la música de cámara o de las piezas para piano. Exceptuando la ópera, Brahms compuso en todos los géneros y la mayoría de sus obras, como las famosas Danzas Húngaras, se interpretan con frecuencia hasta hoy.