Una verdadera “Trumpada” de Donald al sistema político y electoral estadounidense.
Ganó lenguaje del odio político en un mapa global que desde el martes 8 ya no es el mismo.
El electo Presidente, Donald Trump, se impuso no solo a Hillary Clinton, derrotó desacreditadas encuestas de opinión, a acomodados medios de comunicación que pretendieron descalificarlo e ignorarlo, destronó la voz del voto latino y desbarató tradición electoral estadounidense.
Todos o la mayoría se equivocaron con vaticinios y cábalas.
Incluso, los votantes republicanos lucen sorprendidos de su victoria. Salieron a sufragar contra la demócrata, pero sin certeza de que ganara el republicano.
Mayoría de editoriales, titulares y artículos debieron ser desechos. Apuntaban al triunfo de Clinton.
Como escribí en cubrimiento de elecciones presidenciales desde Nueva York en septiembre pasado: el magnate es un hueso duro de roer. Y sí que lo fue.
El país americano está partido en dos y por eso el hombre blanco salió a votar el martes.
Mujeres y hombres blancos se hicieron sentir, reaccionaron y sentaron precedente: eligieron a alguien que habla y dice lo que ellos quieren oír.
Triunfalismo de los demócratas fue desmedido. No vieron que campaña de Trump pisaba fuerte y caricaturizaron su lenguaje.
No tomaron en serio al blanco. Lo vieron como pantomima política, títere o marioneta. Lo que no pensaron en la campaña demócrata ni en los hogares hispanos, es que habría una rebelión de la mujer y el hombre blanco estadounidense.
Impensable, de no creer, descabellado, esa era el pensamiento de quienes daban por descontado el triunfo de la señora Clinton.
Un fenómeno político que sorprendió a la comunidad internacional es que el voto latino no cumplió su cometido. El temor y rabia de hispanos contra discriminación y agresiones del entonces candidato Trump, no se hicieron sentir en el conteo de votos.
Como ocurrió en Inglaterra con el Brexit y el plebiscito de Colombia, las elecciones de Estados Unidos dieron un nuevo golpe a mala racha de firmas encuestadoras. Deberían hacer uso de buen retiro. ¿Quién les cree hoy?
Relaciones internacionales, Medio Oriente, Siria, Rusia, 65 millones de refugiados, salario promedio de estadounidenses en US$56.500 al año, deuda pública mayor a US$20 billones, crecimiento económico del 2% y más de 16 millones de personas sin empleo, vivienda ni ingreso, esperan en la Casa Blanca al señor Trump.
Los mexicanos recibieron victoria del multimillonario como un `huracán’ políticos y social. Los mercados de valores ganaron volatilidad e incertidumbre y sus ciudadanos ya sienten miedo de intentar siquiera pasar la frontera.
Las bolsas de Tokio, Londres, Frankfurt y Nueva York reaccionaron con nerviosismo frente a lo que los mercados asimilan como un nuevo comienzo de zozobra para las relaciones comerciales con Estados Unidos.
Trump respondió a su triunfo convocando la unidad y apaciguando ánimos.
Tendrá que pasar de insultos e incoherencias a compromisos y sensatez.