En una rápida reacción y mediante información de inteligencia, tropas de la Quinta Brigada lograron la neutralización de una posible acción terrorista, con el hallazgo de una caleta que contenía 82 granadas de 60 milímetros, de fabricación artesanal.
Los hechos se registraron en la vereda Aguas Blancas, jurisdicción del municipio de Río de Oro, Cesar, donde soldados del Batallón de Infantería N.º 14 Capitán Antonio Ricaurte hallaron los explosivos en medio de una zona boscosa, tapados con hojas y plásticos, sobre una vía terciaria en la que transita población civil y ganado vacuno.
Estos artefactos pertenecerían a grupos armados ilegales y al parecer pretendían ser accionados para atentar contra las tropas o comunidad en general, dado que tienen un alcance de afectación de unos 3000 metros.
Expertos en explosivos y demoliciones, adelantaron las labores de destrucción controlada de las cargas, evitando afectaciones contra los habitantes, Fuerza Pública, e incluso infraestructura del Estado.