Con esperanza y algo de incertidumbre, gran parte del país, acoge la intención del Gobierno Nacional, tendiente a diálogos hacia la paz con el Eln; Es un reto, porque primero debe asegurar si los armados ilegales, están dispuestos a cumplir.
La ciudadanía recibe el propósito con distancia y dudas, originadas por las condiciones que, como esguince, ese movimiento esgrimió en sesiones con el pasado gobierno; Ahora el panorama cambia.
Escenario de antecedentes es Catatumbo, región de Norte de Santander, sacudida por ataques y desaparición de personas, en hechos atribuidos a esa organización. No pocos sindican al Eln de crímenes a civiles e integrantes de fuerza pública.
La agenda de temas, más que la estructura del calendario, deberá sumergirse en los contenidos de ataques con víctimas y desapariciones con cara de secuestros; Vigente está la investigación en poder de la Justicia.
En la mesa, la autoridad válida, debe ser el Gobierno Nacional; El encuentro mejor no considerarlo, “Conversación”, sino cita seria para una confrontación real con quien está fuera de Ley; Eln no puede esconder sus actuaciones
Así la concertación, requiere misión oficial de negociadores, de primera línea al conducir el tono seguido, en el momento de grandes precisiones sobre el bajar armas para el diálogo que, lleve a la paz anhelada y completa de cuerpo entero.
´Las sacadas de cuerpo´ a temas que, no le convienen a esa guerrilla, caracterizaron las reacciones de los armados durante las sesiones con el gobierno Santos, de acuerdo con lo explicado por participantes como negociadores.
En lo avanzado en ese momento, se demostró que las exigencias sobre hechos debatidos, enfrascaron las sesiones y provocaron interrupción de las reuniones programadas.
Catedráticos conocedores sobre negociación de paz, al emitir conceptos a este- Enfoque Abierto- desde la privacidad de sus respectivas universidades, interpretan al Eln, como una organización con trasnochada politiquería armada, desde los años 60.
No pasa inadvertido el momento actual del país, alterado por las marchas y paros; ciudadanos del común reiteran que desacuerdos económicos y sociales, mezclados con intenciones de paz ahora, crearían confusión y choques de opinión.
Si las partes reabren negociación para el desarme con itinerario de compromisos, los negociadores de gobierno tendrán como prioridad el imponer, orden y tendencia de continuidad para llegar al punto neurálgico del objetivo.
Y hay objetivo claro, porque liberaría a Chocó, Cauca y Nariño, donde esperan 156 menores reclutados, entre campesinos e indígenas, al igual que aguardan distanciamiento guerrillero de ese movimiento, con narcotráfico en zonas del Pacífico.
En definitiva, se apoya que el Gobierno, avance acuerdo con el Eln si hay verdad verdadera de ellos; Una condición inmodificable. Que cumplan.