Petro Nobel de Paz, ¡otra burla! | El Nuevo Siglo
Miércoles, 7 de Febrero de 2024

Esto era lo último que nos faltaba, la ridiculez de nominar a Gustavo Petro al premio Nobel de la Paz 2024. Suficiente para el país la burla recibida cuando se le otorgó dicho premio a Juan Manuel Santos, cuando no hemos tenido un solo minuto de paz, lo contrario el pueblo colombiano por mayoría rechazó ese acuerdo de paz con las Farc en el plebiscito convocado por el mismo presidente. Para entonces ahora recibir la noticia que un diputado noruego, que no conoce Colombia, se lance a nominar al presidente Petro, quien goza de una de las más bajas aceptaciones populares de los últimos tiempos (26% Invamer).

En el gobierno del nominado presidente durante el año y medio que lleva, es cuando más líderes sociales han asesinado, el desplazamiento forzado por encima de las cien mil personas, los asaltos a poblaciones civiles, miembros de las fuerzas armadas, las marchas campesinas y en las ciudades, además el feroz incremento al costo de la vida y muchas otras causas que generan violencia.

La paz total, programa bandera del presidente Petro, ha sido un total fracaso, pues la intención de negociar con los bandidos y narcotraficantes nunca será posible, pues jamás van a dejar esta lucrativa actividad voluntariamente y en esto las disidencias de las Farc y el Eln, no van a acogerse a ningún proceso, porque para ellos el negocio del narcotráfico está por encima de todo interés. De manera que negociar la paz con delincuentes llenos de poder y dinero es implícitamente imposible, una utopía, pues con estos grupos solo se puede lograr un arreglo cuando estén vencidos, algo que Petro impide al detener a las fuerzas armadas.

Desde que se firmó el Acuerdo de paz en Cartagena, el país lo que ha tenido es un altísimo costo burocrático invertido en aquellos pocos que se acogieron, en la JEP y en los guerrilleros que ingresaron a la política, de resto es violencia, masacres, asesinatos a políticos y líderes sociales, a soldados, asaltos a poblaciones y una extensión como nunca antes había existido de los cultivos ilícitos y proliferación del narcotráfico.

Bajo esa realidad, ¿cómo puede caber la irracionalidad de postular a ese incompetente gobernante al premio Nobel de la Paz en un país colmado de violencia, sin ningún resultado y mucho menos con el leitmotiv de ser inspirador de la paz mundial? No se entiende, aún la afinidad ideológica que ese diputado noruego, Rasmus Hansson, un biólogo ambientalista del Partido Verde tenga con Petro. 

Pero más allá de estos asuntos que pudieran ser de orden intrascendental, existe la premisa que detrás de las postulaciones al premio, dicen que hay intereses económicos de explotación petrolífera que alternan con lo político, es decir que negociaciones de empresas noruegas puedan tener con países como Colombia y compromisos internos de mutua colaboración. En todo caso cualquiera que sea la motivación o realidad de esta postulación, difícilmente al ciudadano colombiano le entra la noticia, que el presidente Petro pueda ser un Nobel de paz, ya se cuenta con uno que no sirvió para nada, mucho menos el actual nominado.

arangodiego@hotmail.com