Los medios informan que el pasado 11 de mayo el líder opositor al régimen venezolano, Juan Guaidó, propuso un diálogo con el gobierno de Nicolás Maduro en el que se plantean unas condiciones para acordar la realización de elecciones generales a cambio del levantamiento progresivo de las sanciones internacionales. Se propone convenir un cronograma que incluya elecciones libres y justas para la elección presidencial, las parlamentarias, regionales y municipales con observación y respaldo internacional. También propone el ingreso masivo de ayudas humanitarias y vacunas contra el covid-19 y la liberación de todos los presos políticos.
Como es conocido, recientemente se designó un nuevo Consejo Nacional Electoral con mayoría de afectos al Gobierno y algunos en representación de un sector de la oposición, cuya legitimidad no reconoce Guaidó, y que ya anunció elecciones de manera conjunta para el 2021. Guaidó había dicho que no participaría en esas elecciones.
La escogencia del nuevo Consejo Nacional Electoral fue el producto de acuerdos entre el Gobierno y un sector de la oposición encabezado por el excandidato Henrique Capriles, a quien se le revisaría la inhabilidad que le habían impuesto, y confirma, una vez más, el fraccionamiento de los partidos de oposición en Venezuela.
A través de sus redes sociales Guaidó dijo que “Venezuela necesita un acuerdo de salvación nacional”. Agregó que “ese acuerdo debe darse entre las fuerzas democráticas…, los actores que conforman y sostienen al régimen y la comunidad internacional”. También dijo que “el compromiso de la comunidad internacional para lograr esta recuperación es ofrecer incentivos al régimen, incluyendo el levantamiento progresivo de sanciones condicionado, por su puesto, a estos objetivos fundamentales del acuerdo.”
Lo que resulta claro de esa propuesta es que hay un cambio en la estrategia de Guaidó frente al régimen que gobierna a Venezuela. El líder opositor parece estar dispuesto a llegar acuerdos para levantar las sanciones internacionales a cambio de elecciones generales con la propuesta en comento, que, la verdad es que no se sabe bien si es apoyada por las fuerzas políticas que integran el bloque de la oposición.
Frente a esta nueva circunstancia, que puede cambiar la dinámica del relacionamiento de la oposición en Venezuela frente al Gobierno, Colombia va tener que ajustar su estrategia porque es evidente que la que adoptó no resultó y el gobierno de Biden parece tener matices diferentes frente al tema de Venezuela.
Cuando terminaba de escribir estas líneas nos enteramos de la designación de la vicepresidente Marta Lucía Ramírez como nueva canciller, quien tendrá que lidiar con el problema del vecino país y construir lazos de entendimiento con el nuevo gobierno de Estados Unidos. La doctora Ramírez tiene experiencia en seguridad y comercio exterior que, desde luego, le ayudará mucho para asumir sus nuevas responsabilidades en la conducción de la política exterior de nuestro país en una coyuntura especialmente compleja por la prolongación del paro nacional que ya lleva más de 20 días.