¿Fatalidad o imprevisión? | El Nuevo Siglo
Jueves, 15 de Agosto de 2019

“¿Por qué exponer dos vidas colgando de la bandera?”

Lo que ha de venir llega o, por el contrario, aquello podría haberse evitado. Estas dos premisas se contraponen, pues la primera viene de la fatalidad que advierte que lo que está por suceder… sucede. Es el destino y por mucho que se haya previsto o no, ocurre.

¿Qué pasó con la violenta y triste caída a más de 70 metros de altura de los dos militares en Medellín? Pues analizándolo objetivamente y sin intención de juzgar a nadie, lo primero que salta a la imaginación del profano es: ¿Qué necesidad había de exponer dos vidas colgando de la bandera? No sé, técnicamente, si aquello era indispensable o, por el contrario, era una exhibición de valor heroico del espíritu épico militar. De haber sido así, entonces, falló el protocolo de “verificación, verificación y verificación”, pues el más mínimo sentido común indica que, cuando se va a suspender a dos seres humanos de una altura semejante y más en movimiento, el examen de cada elemento que compone el equipo debe ser muy minucioso. Lo digo porque he realizado saltos en paracaídas libre en los Estados Unidos y los protocolos de seguridad, chequeo y revisión al material son exhaustivos.

Entonces, en este caso queda la inquietud: ¿Qué fue lo que pasó? El comandante de la FAC presume que hubo un corte previo a la cuerda y, de ser así, significa que no se hizo la revisión final a todo el material de suspensión. Algo que por responsabilidad siempre se hace y más aún cuando dos hombres exponen sus vidas sujetados a una sola cuerda. Se ha debido pasar un examen riguroso a la misma y los mecanismos que la sujetaban.

Pero de otra parte no se entiende la falta de previsión o el exceso de confianza al no considerar la línea de vida, (una segunda cuerda de seguridad entre la persona y el helicóptero). Un proceso necesario en el manejo de alturas y más aún en movimiento. Aunque a las Fuerzas Militares no se les exige ese protocolo de ley, por simple detalle de vidas en juego se ha debido considerar.

Cabe también pensar cuál podría haber sido el motivo objetivo para que manos criminales cortaran previamente la cuerda y con qué fin: 1. Matar a dos soldados de bajo rango; 2. Desprestigiar a las Fuerzas Militares; o 3. Aguar la fiesta. Difícil pensar en alguna de las tres, o quizás alguna venganza, pues estas u otras hipótesis podrían salir a flote en este desventurado caso.

Teniendo en cuenta este somero análisis, cabe una revisión a fondo sobre este tipo de actos de exhibición donde la vida se pone en juego. Nuestras Fuerzas Militares lo primero que deben tener como principio es la seguridad, pues su fin último es justamente ese, la seguridad del país, y si en algo tan elemental fallan, envían un mensaje desafortunado que  mina la confianza pública.

Fatalidad o imprevisión es lo que salta a la vista del país. Un doloroso suceso que debe ser tenido en cuenta. Un réquiem por esos dos valientes soldados a quienes el destino se los llevó muy temprano.

arangodiego@hotmail.com