Recientemente, en su columna de opinión en El Tiempo, María Isabel Rueda comentó que por favor dejaran gobernar a Iván Duque. De lo contrario, veremos a la izquierda en el poder para el 2022.
Dicho y hecho.
Con la confirmación de la aspiración a la Alcaldía de Bogotá de Claudia Nayibe López, la afirmación de MIR toma contundencia.
Resulta que la izquierda lleva en el poder bogotano más de cuatro décadas con los resultados conocidos.
Comenzamos con el entonces profesor Antanas Mockus, hoy sancionado por el tema de Corpovisionarios. Entonces, la corrupción es mala para Álvaro Uribe y Andrés Felipe Arias, pero relativa contra el Mockus.
Luego, vino Enrique Peñalosa, un oligarca, como diría Petro Gustavo, de la rancia sociedad bogotana de la izquierda y el caviar. Entre ellos, se turnaron la alcaldía bogotana por dos periodos. Es decir, más de una década.
Vino, la nefasta alcaldía del inefable Lucho Garzón. Con la llegada de Lucho, el alcalde, se materializó la toma del poder a nivel local de la izquierda. Lucho, fue el creador del inequitativo y desagradable impuesto por valorización, impuesto que hoy tiene en vilo los bolsillos de los bogotanos en varias localidades de Bogotá como Usaquén, Engativá, Suba.
De Lucho, pasamos al bueno del Samuel Moreno, hoy condenado no solo por el tema del carrusel de la contratación de las ambulancias, además del descalabro de la calle 26.
Del bueno de Samuel, pasamos a Petro Gustavo con sus Ferragamo, sin comentarios.
De nuevo, llegó Peñalosa. Digamos que al final su última alcaldía, a pesar del impuesto de valorización más el incremento inusitado en el impuesto predial por actualización catastral, obtendría una calificación final de 3.5. / 5, ahora que estamos en épocas de parciales. Sin contar con Transmilenio, el cual se encuentra ad portas de colapsar como sistema de transporte desde todo punto de vista, especialmente el financiero.
De tal forma que Bogotá, para el 2019 se debate entre la muerte lenta: Claudia Nayibe, izquierda; Garzón, izquierda, Turbay, izquierda centro.
Que pesadilla tan infinita.
Mientras tanto, el país, en general, una minga.
Lo acontecido en el Congreso de la República con la negación de las objeciones presentadas por el Presidente Iván Duque es una muestra de lo que nos espera.
Cuatro años, como decía Belisario Betancur, pueden ser muy cortos para un buen gobierno como lo fue el primero de Álvaro Uribe Vélez, pero muy largos para uno malo, como lo fue el de Belisario.
A su vez, la ministra de Justicia, la Dra. Borrero, no ayuda de a mucho para mejorar el ambiente.
Mientras tanto, la JEP le sigue mamando gallo al país con el tema de Santrich.
Mientras tanto, el Presidente Trump, quien goza de 53% de credibilidad ante el pueblo norteamericano por su coherencia política, fustiga al Presidente Duque por el incremento de los cultivos ilícitos de toda clase, especialmente de la marihuana repy.
De pronto, si Duque se descuida, la minga solicita a Caldono como sede de la Copa América para el 2020.
Pero, eso sí, nadie les pregunta, ni les cuestiona, sobre los enormes recursos girados por el gobierno central.
Tal vez, deben ser dineros celestiales de la madre tierra.
El Cauca, ¿es la minga?
*Y, para rematar la minga de Independiente Santa Fe, no se salva. O el presidente Carreño se para en las de atrás, o veremos al león, con minúscula, en dos torneos descendiendo a la B.
Estamos haciendo la tarea completica para llegar a Venezuela.
Puntilla: Comenzó bien la campaña de Claudia Nayibe, su profunda ignorancia.