Niños tristes | El Nuevo Siglo
Lunes, 12 de Diciembre de 2022

Este es un país de niños tristes, qué tristeza. En los últimos siete años, 2.060 menores de edad se suicidaron y 32.719 más lo intentaron. Las cifras abarcan desde enero de 2015 hasta julio de 2022 y pertenecen al Informe sobre suicidio e intento de suicidio infantil, publicado por la Alianza por la Niñez Colombiana. Algo estamos haciendo muy mal, para que tantos niños, niñas y jóvenes no quieran vivir más.

Las razones de esta tragedia deben ser muy complejas, el informe no se detiene en ellas; pone a disposición las cifras para que analistas, académicos y tomadores de decisiones profundicen. A simple vista, no parece haber una relación directa entre este fenómeno y la situación social de los menores, afecta por igual a los que tienen recursos y a los que no; en cambio sí tiene que ver con su salud emocional; todos están tristes.

Reír, jugar, fantasear y divertirse son derechos fundamentales de los niños y las niñas, y es nuestro deber, como adultos, garantizarlos. Tenemos que defender la alegría y devolvérsela a los jóvenes, los más afectados; construir razones para que sueñen y para que tengan la certeza de que un mundo mejor es posible.

Tenemos que encontrar la manera de tender puentes y zanjar la brecha generacional, que cada vez es más grande; escucharnos más, entendernos mejor; reconocer aquello que nos distancia y fortalecer lo que nos une, volver a tejer los lazos.

En un mundo que promueve la individualidad, que está estratégicamente diseñado para consumir, para competir y para disgregar, anudar vínculos, es un acto de insurrección. Tenemos que rebelarnos; mostrar a los niños, a las niñas y a los jóvenes, que no todo se compra ni se vende, que no necesitan dinero para divertirse, que no están condenados a la soledad, a la distopía y al desencuentro permanente de la polarización; que el amor salva.

Tenemos que aligerar la carga que les oprime. No hay que ser, ni parecer perfectos; no es necesario tener la aprobación permanente de miles de seguidores, ni renovar el armario en cada temporada, ni cambiar el celular cada vez que sale uno nuevo. No es cierto que el mundo se divida en winners and losers; no se trata de ganar o de perder, se trata de aprender a ser felices. Se trata de tener la libertad para ser y hacer lo que cada quien quiera; a la justa medida de los sueños y la oportunidad.

De nosotros necesitan compañía, comprensión, cuidados, apoyo incondicional, seguridad, abrazos, mimos, juegos compartidos en el parque y risas, muchas risas. Necesitan que estemos dispuestos a hacer parte de su mundo, por muy ajeno que pueda parecernos; que compartamos su música, que los acompañemos a ver sus series favoritas y nos enamoremos de los personajes que los inspiran. Necesitan nuestra presencia por encima de todas las cosas que quisiéramos comprarles.

En unos días será navidad y el mejor regalo que podemos ofrecerles es nuestra propia alegría de vivir y de compartir con ellos la vida.

@tatianaduplat