Alcances del Acuerdo que declara emergencia climática | El Nuevo Siglo
La ciudad de Bogotá tiene picos de contaminación ambiental por lo menos una vez al año.
Archivo El Nuevo Siglo
Miércoles, 11 de Noviembre de 2020
Redacción Bogotá

Con 34 votos y la solicitud de todos los concejales para ser incluidos como coautores, fue ratificada la aprobación del proyecto de acuerdo 256 de 2020 que declara la Emergencia Climática en Bogotá y pasa a sanción de la alcaldesa Claudia López.



Con esta decisión, Bogotá se convirtió en la primera capital en Latinoamérica en realizar esta declaratoria, un proyecto construido colectivamente por ciudadanos, activistas, organizaciones ambientales, instituciones educativas y concejales, encaminado a mitigar el cambio climático.

Proyecto de Acuerdo

Esta medida busca reducir la vulnerabilidad de la población y de los ecosistemas que conforman el Distrito, para que de esta manera Bogotá logre adaptarse y mitigar la crisis climática, planteando metas como la reducción de gases de efecto invernadero, un día sin carne, la transición a energías renovables y la implementación de bicicarriles libres de diésel para los ciclistas, entre otros aspectos.

Además, este proyecto plantea decisiones estratégicas, por ejemplo, que a partir del año 2022 no se puedan comprar flotas de buses con base en combustibles fósiles, o que, a finales del año entrante, Bogotá tenga un plan estratégico de recuperación de la estructura ecológica principal con verdaderos recursos.

En cuanto al aspecto de alcanzar una flota de transporte público sostenible, el profesor experto en movilidad limpia, Darío Hidalgo, refiere que este es un acuerdo que prioriza al peatón, la bicicleta, la micromovilidad “y no licitará buses de combustible fósil a partir del primero de enero de 2022. Esto es útil y vital para la calidad del aire”, precisó el académico.

Punto aparte, esta iniciativa también incorpora la protección de los suelos de la Sabana de Bogotá, como uno de los objetivos clave para luchar contra el cambio climático. Al mismo tiempo, este proyecto plantea la creación del código de ecourbanismo, la reutilización y el uso eficiente del agua y la transmisión de información a los niños desde los colegios, para que se les diga la verdad sobre lo que sucede con el planeta y el porqué se debe cambiar nuestra forma de vida.



Por último, es importante referir que, con esta declaratoria, se le está pidiendo al Distrito Capital encontrar una ruta clara para sustituir el Relleno Sanitario Doña Juana en el modelo de manejo de residuos con el que operara actualmente.

Su alcance

Ahora bien, el concejal del Polo, Carlos Carrillo, quien le hizo aportes a este proyecto, comenzó por aclarar que este Acuerdo es un hecho político que no tiene fuerza de ley y que, al ser un Acuerdo, no es más que un desarrollo normativo que con la sanción de la alcaldesa tomará más fuerza.

“Claudia López es la persona más oportunista que ha nacido, se monta en este tema que se encaja idealmente en su PDD, se apropia de este tema y pide que se apruebe. De lo contrario no se habría aprobado”, le dijo a EL NUEVO SIGLO el concejal, quien indicó que hay mandatos y metas muy concretas, pero que hay otras en donde se le saca un poco el cuerpo a asumir un tema al 100%.

“Por ejemplo, con la electrificación del transporte no es taxativo que a mediano plazo se vaya a electrificar el transporte y ahí comienzan a aparecer los: “propenderá”, “buscará”, “se esforzará” en lugar de “garantizará. Pero lo que sí desarrolla el proyecto de una manera muy juiciosa son los mandatos concretos como el tercero: Bogotá promueve la soberanía y seguridad alimentaria que incluye acciones estratégicas”, agregó el concejal Carrillo y precisó que hay un desarrollo normativo que venía del trabajo que hizo la concejal Muhamad como secretaria de Ambiente en la administración Petro.