Metro de altura no subterráneo | El Nuevo Siglo
Miércoles, 9 de Noviembre de 2022

Gracias a la tenacidad del alcalde Peñalosa en su última administración se logró la firma de la primera línea del metro para Bogotá. Desde hace 80 años numerosos alcaldes quisieron hacer este sistema de transporte masivo, sin éxito. Dos alcaldes anteriores: Samuel Moreno y Gustavo Petro tomaron este proyecto como base de su campaña para hacerse elegir, ambos fracasaron.
El firme deseo de Peñalosa de sacar el metro elevado fue la más sensata decisión, pues no se trata de un capricho sino de un razonamiento lógico. Veámoslo de esta manera frente a un metro subterráneo, el elevado es más económico, unos 4 billones de pesos menos; su construcción será mas rápida y menos traumática para la ciudad; la operación es un 30% mas barata, lo que hace que el costo del pasaje pueda estar sobre el mismo valor de Transmilenio. Resulta una inversión mas rentable para los concesionarios lo que brindará más estabilidad, mejor calidad de servicio y menor riesgo económico; el suelo de Bogotá tiene unas condiciones inadecuadas para excavaciones profundas a lo largo de su extensión, característica que ofrece altos riesgos e inestabilidad en la obra y operación. Para una ciudad con altos índices de vandalismo y terrorismo como Bogotá, un metro subterráneo es demasiado arriesgado para los usuarios, en cambio el elevado brinda mayor seguridad y mayores posibilidades de protección y evacuación. 
Algunas ciudades del mundo han optado por metro elevado en una, varias o todas sus estaciones, este sistema se está imponiendo en el mundo con enormes resultados de tiempo atrás. Ejemplo: Nueva York, Chicago, Vancouver, Miami y Los Ángeles. También ciudades como Sao Pablo, Manila, Singapur, Panamá, Medellín y otras experiencias exitosas. 
Total, que la decisión fue la más acertada y Bogotá tendrá metro. Ahora bien, la adjudicación al consorcio chino y subcontratistas europeos, fue la más adecuada según el estudio de las propuestas y, como resultado, en un lapso de 5 años se inaugurará esta primera línea dando vía a las posteriores. 
El gobierno nacional autorizó una partida para el financiamiento, pero el presidente Petro, en su afán voluntario quiere imponer el metro subterráneo, sería perder los logros obtenidos para iniciar obras. Ni hacen ni dejan hacer, no pudo Petro sacar adelante este proyecto en su anterior alcaldía, ahora como presidente pretende imponer su terca voluntad en perjuicio de la ciudad.
Habrá metro para Bogotá. Ahora, nuestro deber ciudadano es que cuando lo recibamos y lo sirvamos, debemos adoptar la cultura metro, respetar y cuidar las estaciones, los vagones, manejar la convivencia y que las autoridades logren erradicar la cultura del colado que tanto daño le esta haciendo a Transmilenio. Y como dijo la publicidad del exalcalde Peñalosa: “impopulares pero eficientes”, es cierta y así se recordará a este hombre, quien en 25 años dotó a Bogotá del sistema de transporte masivo: Transmilenio y metro. 
arangodiego@hotmail.com