Muertos por un celular | El Nuevo Siglo
Lunes, 25 de Octubre de 2021

El Concejo de Bogotá entregó una cifra escalofriante: 101 personas han sido asesinadas en la ciudad en medio de un atraco en 2021. El mayor porcentaje de estos asesinatos tienen que ver con hurto de celulares. De acuerdo con estimaciones de la misma corporación, cada día se roban 150 celulares en la capital.

Para más cifras, entre enero y agosto de 2021, se robaron 35.781 celulares, lo que equivale, en promedio, a 4.472 mensuales, 150 diarios y 6 cada hora, en Bogotá. Todo esto son cifras de concejales que le hacen oposición a la Alcaldía de Bogotá. Pero más allá del asterisco político, las cifras siguen siendo escalofriantes.

Las urbes, no sólo Bogotá, llevan más de una década peleando contra el flagelo del robo de celulares. Las estadísticas aumentaron aún más por la pandemia y los fenómenos de migración que se registran en distintas latitudes. Por supuesto, la realidad de cada ciudad que enfrenta esta minipandemia es diferente. En lo que todas tienen una coincidencia es en la demanda de los equipos robados. Ahí está el eslabón de la cadena que debe ser castigado.

Mientras que haya demanda por los celulares robados, habrá asesinos (algunas veces ladrones) dispuestos a matar para quitarle un celular de las manos a otro ser humano que está agonizando en un algún anden de la fría ciudad. Mientras que haya alguien que le importe más tener un celular de alta gama a un precio menor, así esté manchado de sangre fresca, los muertos por robos se seguirán contando por cientos.

Por supuesto, en un país tan legalista como Colombia, en el que tenemos una ley para todo, existen penas para los ciudadanos a los que se les compruebe que adquirieron celulares robados. La última cifra que se tiene es de 2019, cuando capturaron a 26 personas por comprar celulares robados. Seguramente, todos ya están en libertad. Y es que el tema, considero, en este caso no es punitivo. El tema es ético. El tema es de tener un poquito de moral.

No puede ser que el negocio de venta de celulares robados siga siendo circular y que no haya ningún tipo de castigo para los compradores. Es cierto, se debe invertir en campañas de concientización para que los usuarios no compren nada que tenga un pasado delictivo. Se debe apostar a la emoción. Puede ser que las gotas de sangre que están en ese celular de seis millones de pesos que se lo dejaron en tres millones sean las de un familiar o un amigo cercano.

De acuerdo con cifras del sector, el negocio de los celulares robados mueve más de 200 millones de dólares al año en Colombia. El flagelo del robo de celulares se reduce en buena medida a una consigna: “ahorrarse unos pesos”. Detrás de una gigantesca mafia trasnacional están esos compradores que por no pagar altos precios, toman la decisión de adquirir un equipo en establecimientos clandestinos. Locales en los que casi todos saben la procedencia de los dispositivos, pero a nadie le importa.