Se abre gran espacio político para Salvación Nacional: Gómez | El Nuevo Siglo
ENRIQUE GÓMEZ Martínez asegura que hay un espacio gigantesco para retornar a la política de las ideas y de las convicciones
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Sábado, 23 de Octubre de 2021
Redacción Política

LA VIGENCIA política del ideario de Álvaro Gómez Hurtado llevó a que Enrique Gómez Martínez le solicitara al Consejo Nacional Electoral que le devuelva la personería jurídica al Movimiento de Salvación Nacional (MSN), con base en la reciente sentencia de la Corte Constitucional que ordenó revivir ese estatus al Nuevo Liberalismo.

En dialogo con EL NUEVO SIGO Gómez Martínez explicó las razones de esta solicitud.

EL NUEVO SIGLO:- ¿Por qué se pidió revivir la personería jurídica del MSN?

ENRIGUE GÓMEZ MARTÍNEZ:- Desde hace varios años toda la familia de Álvaro Gómez se ha comprometido con rescatar, para las nuevas generaciones, su doctrina política. Buscamos combatir un lamentable reduccionismo de su figura derivado de la increíble impunidad de su magnicidio. Así hemos rescatado su videografía, sus obras selectas y buscamos seguir relievando su ideario.

ENS:- ¿Y por qué cree que hay un espacio político para el MSN?

EGM:- La política nacional actual se debate, por una parte, entre los restos de maquinarias partidistas centradas en el favorecimiento, el tráfico de influencias y contratos; el vacío y la indiferencia ideológica y los crecientes costos electorales que hacen el trasegar del Congreso una constante y vergonzosa faena de negociación de apoyos con el gobierno de turno. Hay un espacio gigantesco para retornar a la política de las ideas y de las convicciones.

Por otra parte, la política se ahoga en un circo de vanidades y aspiraciones personales, impulsado principalmente por el estímulo, ahora perverso, del reembolso de votos. Al mismo tiempo, en medio de un  ambiente sumiso a la dictadura digital y propenso a mentiras y demagogias de 15 segundos, que es el límite máximo de atención del ciudadano digital.


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Entonces, muchos amigos y seguidores de Álvaro Gómez nos han pedido que revivamos la personería del movimiento en medio de la decadencia evidente de la política, con el fin de lograr consensos y acuerdos con otras vertientes políticas para rescatar la institucionalidad nacional y alcanzar el bien común.

ENS:- ¿Por qué son útiles las ideas de Álvaro Gómez en la Colombia de hoy?

EGM:- Durante los últimos 10 años de su vida política Álvaro Gómez buscó crear un gran consenso nacional, interpartidista y suprapartidista, en torno de lo que denominó el Acuerdo sobre lo fundamental. Este acuerdo lo sintetizó en cinco grandes puntos: La intangibilidad de la ley, la moralidad en el ejercicio de lo público, el rescate de la justicia como pilar de la sociedad, el consenso sobre la necesidad del desarrollo económico y la importancia trascendental de proteger la ecología.

Desgraciadamente el país no ha podido lograr esos consensos, como lo evidencia la continua y extensa violación del derecho a la vida, el derrumbe moral institucional y la ineficacia del Estado, así como la inexistencia de la justicia, las pobres tasas de crecimiento económico y la destrucción amplísima de nuestros ecosistemas.

ENS:- ¿La intangibilidad de la ley? ¿Qué quería decir con eso Álvaro Gómez?

EGM:- La intangibilidad es un atributo esencial de la ley, incluyendo en esta categoría la Constitución. En una sociedad civilizada consiste en la garantía de que una vez aprobada la ley, según las formas y procedimientos pactados, ella no debe ser modificada, desconocida ni transada, sí debe ser aplicada de manera uniforme para todos. Eso es lo que no está ocurriendo en Colombia. Álvaro Gómez afirmó que “el terrorismo más refinado y más cruel es el del secuestro y el de la amenaza con condiciones” pero en Colombia la condición de secuestrador permite dar lecciones de moral. No es de sorprender que sigamos ahogados en una pandemia de homicidios. No es de sorprender que las autoridades y el Fiscal General no se inmuten con una impunidad del 97% en homicidio. La ley existe y no se aplica. El precedente de haberla negociado es fatal en la búsqueda de que “no maten a la gente”, como clamaba Álvaro Gómez.

Consenso moral

ENS:- ¿Cómo lograr un consenso moral en el ejercicio de la función pública?

EGM:-  Álvaro Gómez ambicionaba un acuerdo entre partidos y actores de la política que se atreva a volver a juzgar lo bueno y lo malo en las conductas de nuestros servidores, sin delegarla en la que llamó una farisaica “barrera de prohibiciones legales, abundantísima, con la que pretendemos preservar la moral, a sabiendas de que estamos renunciando a un deber social”.

ENS:- ¿Qué hacer con la justicia?

EGM:- Este fue un tema central de Álvaro Gómez. En vida la institucionalidad judicial lo castigó tumbando las reformas constitucionales del 77 y 79. Asesinado, lo humilla con la impunidad frente a un crimen de lesa humanidad.

Decía acertadamente que “la administración de justicia no es un gremio” pero así la tratamos a pesar de su inoperancia.

El objetivo es un acuerdo con todos los partidos para una justicia “respetable y respetada”. La rama judicial nos reclama soberbiamente independencia, presupuesto, respeto por sus decisiones y ahora ejerce sin control la capacidad de legislar. Pero no nos da nada a cambio sino fallos ambiguos, venales y tardíos. Menos del 10% de la población cree en la justicia ¡Es la institución con menor credibilidad del Estado!

Necesitamos un acuerdo para reducir al mínimo la provisionalidad en los despachos judiciales y en los fiscales, que los mejores de los concursos reciban las mejores plazas. Que se respeten los concursos de méritos y se acabe el dedazo de los tribunales. Y transformar una Fiscalía que solo sirve para alimentar egos, y que cada año recibe más recursos y logra menos condenas, que se ha vuelto un recurtidero de corbatas y cuya autonomía ha sido inútil.

ENS:- ¿Un acuerdo sobre el desarrollo? ¿No es una obviedad?

EGM:- Desgraciadamente no lo es. Nuestra Constitución se centra en la promesa de un Estado Social de Derecho y garantiza la libertad económica. Pero la sucesiva “interpretación equívoca”, la defensa del privilegio de unos por encima del derecho de todos, la promoción de la irresponsabilidad individual respecto de asegurar su propio futuro y su reemplazo por un subrogado de responsabilidad estatal y ciertamente un acuerdo sistemático entre subversión, marxistas reencauchados y jueces partisanos, hacen imposible el desarrollo que el país requiere.

La persistencia del desempleo endémico, la informalidad rampante, la imposibilidad de adelantar grandes proyectos de infraestructura, la restricción a la explotación de recursos naturales, la destrucción de la industria, la caída abrumadora de las exportaciones no tradicionales, la irresponsabilidad fiscal, el analfabetismo funcional y la creciente inflexibilidad laboral demuestran que no hay un acuerdo para el desarrollo e incluso evidencia que muchos demagogos buscan frenar ese desarrollo en vergonzosa transacción para aupar sus aspiraciones de poder creando pobreza.

El acuerdo es necesario, posible y es urgente para que quitarle la educación a los privilegiados y desvergonzados maestros de Fecode; modular las consultas previas que frenan la infraestructura, la exploración y la inversión industrial y agrícola; cerrar el déficit fiscal con reformas tributarias de base amplia, reducir los costos laborales y terminar la inflexibilidad laboral; frenar la enfermedad holandesa con productividad y superávit fiscal que permitan controlar la tasa de cambio y desregular amplia y efectivamente el gran espíritu emprendedor del colombiano.

Desarrollo sostenible

ENS:- ¿El desarrollo es compatible con la ecología?

EGM:- Claramente. Es un acuerdo constitucional bajo el concepto de desarrollo sostenible. Pero se ha roto por cuenta de radicalismos e histerias que sirven más como premisas ideológicas y que en nada contribuyen a la protección real y material de nuestros ecosistemas, que sucumben a todas las ilegalidades organizadas: coca, minerales preciosos, maderas preciosas, especies animales, expansión ilegal de la frontera agrícola.

Todo esto sucede mientras los “intelectuales” urbanos se regodean de superioridad moral en los despachos capitalinos, dictadores del no al empresario legal pero ciegos, sordos y conniventes con los salvajes depredadores del medio ambiente. Que por ilegales no ameritan su atención, la misma que solo se centra en quien comete la temeridad de pedir permiso.

Permitir la explotación regulada de nuestros recursos es posible y se puede autorizar rápida y eficientemente bajo los presupuestos de la buena fe también previstos en la Constitución y tan adorados por Álvaro Gómez.

Y un acuerdo que sea intransigente con los criminales del ambiente para su persecución inmisericorde y sin las trabas que hoy, de manera inverosímil, también derivan de esos jueces gremiales y venales, prestos a satisfacer al criminal y protegerlo, creando incuria y crueldad con el ciudadano inocente y el empresario legal.