Recesión económica: ¿streaming o televisión? | El Nuevo Siglo
Lunes, 29 de Agosto de 2022

De acuerdo con cifras de la consultora Nielsen, en julio, las producciones de ‘streaming’ captaron el 34.8 % del tiempo de visualización por parte de la audiencia estadounidense, mientras que la televisión por cable atrajo el 34.4 % del tiempo.

El cambio en la forma que consumimos contenidos llegó. Y de qué manera. Desde hace dos años, los usuarios están escogiendo el streaming como una forma de entretenimiento. Sin embargo, la televisión por suscripción no ha sufrido mayores modificaciones en sus números. Se ha mantenido estable. 

La tesis entonces es que el streaming y la televisión son plataformas complementarias. Tesis debatible, como todas. Pero tiene mucho asidero. Lo que hemos visto es que los consumidores mantienen sus servicios de televisión sobre todo por los eventos en vivo: partidos de fútbol, entregas de premios o deportes en general como tenis, ciclismo o automovilismo.

Además, los usuarios están contratando uno o dos servicios de streaming para ver series y películas al gusto. El tema es que, poco a poco, las plataformas de streaming han agregado portafolios de eventos en vivo a sus ofertas y ahí la tesis de ‘complementarios’ comienza a tambalear.

El mundo está viviendo una recesión a cuentagotas. Poco a poco los despidos laborales y los recortes de gastos comenzarán a ser más notorios en nuestros contextos sociales. Y más allá de las cifras de tiempo de visualización que entreguen las grandes consultoras, el verdadero medidor entre el streaming y la televisión será el precio.

Cada vez más, las familias tendrán que tomar la decisión de consumo entre el streaming y la televisión. ¿Cancelar el plan hogar o no pagar la mensualidad de las plataformas? La competencia será feroz y sobre todo dolorosa. Cuando llega la recesión, los consumidores se aprietan el cinturón y comienzan los ahorros. 

Seguramente al interior de los hogares ya inició el debate. ¿Con qué nos quedamos? Con esos paquetes de canales que ya conocemos y que responden a nuestras necesidades (eventos en vivo y series y películas cada tanto). 

O nos decantamos por plataformas que necesitan un buen internet en el hogar, con eventos en vivo que llegan con un pequeño retraso (pero con retraso, al fin y al cabo) y con una oferta de series y películas cada vez más pequeña.

Cuando la ola de la recesión golpee a los hogares, a unos más duro que a otros por supuesto, el mercado de los contenidos mostrará su verdadero rostro. Las plataformas de streaming han reportados número en rojo por cuenta de grandes inversiones y pocos retornos. Mientras que la industria de la televisión se mantiene en una meseta: no crece, pero tampoco sufre caídas escandalosas.

Lo cierto es que, en los próximos días -ni siquiera meses-, las familias van a trasladar lo que pasa en el supermercado a la sala de la casa. Tendrán que tomar decisiones de consumo y gasto. ¿A quién eliminaría usted: al streaming o a los planes de televisión?