¿Por qué no hay más control a las armas en EE.UU.? | El Nuevo Siglo
AFP
Jueves, 26 de Mayo de 2022
Redacción internacional con AFP

De nuevo el debate político y ciudadano en Estados Unidos gira sobre la necesidad de restringir el acceso a las armas, que se calculan en 400 millones, superando de lejos al número de habitantes, un ‘derecho’ consagrado en la Segunda Enmienda.

El libre acceso y tenencia de armas está así determinado por una ley federal, pero son los respectivos estados los que establecen sus regulaciones. Sin embargo, para salvaguardar el enunciado constitucional priorizan el derecho de la persona a defenderse. Bajo esta premisa, el mercado estadounidense de armas se convirtió en el más grande y el más desregularizado del mundo, al tiempo que ha permitido decenas de actos demenciales que han cobrado cientos de vidas, la gran mayoría de ellos perpetrados en centros educativos.

La Segunda Enmienda establecida hace varios siglos por los padres fundadores reza: “siendo la milicia bien regulada necesaria para la seguridad de un Estado Libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no debe ser infringido”. La misma fue ratificada en 1791 en la Carta de Derecho.

Esas pocas palabras, escritas en contexto de la Guerra de Independencia en Estados Unidos, garantizan desde entonces el derecho individual inalienable a comprar y portar un arma, el que hoy vuelve a estar en el centro del debate tras el tiroteo del martes en la escuela primaria de la localidad de Uvalde (Texas) donde un joven de 18 años mató a 19 niños y dos profesores, en el segundo ataque más mortífero a un centro educativo fecha desde el registrado en la escuela Sandy Hoo, hace una década.

Entre la tristeza y la indignación por el demencial hecho, se reactivaron los llamados para frenar la venta libre de armas, extremar sus controles y restringir la tenencia de las mismas. Sin embargo, la reivindicación de un amplio sector del derecho a portar armas, tanto en términos de idiosincrasia como legales, lastra cualquier cambio.

El expresidente Barack Obama ya hizo especial hincapié durante su mandato en la necesidad de limitar el acceso a las armas, sobre todo para personas potencialmente peligrosas, con discursos simbólicos como el que pronunció, con lágrimas en los ojos, tras la matanza en la escuela Sandy Hook en 2012.

"En el nombre de Dios, ¿cuándo vamos a plantarnos frente al 'lobby' de las armas", imploró también emocionado el martes por la noche el actual mandatario, Joe Biden, partidario de transformar el "dolor" en "acción" para adoptar medidas que, en su opinión, son "de sentido común".

El gran 'lobby' a favor de la tenencia de armas es la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), pero no está solo. En el terreno político, cuenta con apoyos principalmente en el seno del Partido Republicano y recuperó parte del terreno perdido durante la presidencia de Donald Trump, quien precisamente intervendrá este viernes en la reunión anual de ese poderoso gremio.



"Estados Unidos necesita soluciones reales y un liderazgo real en este momento, no políticos y partidismo", dijo el expresidente Trump en su red social, Truth Social, al reiterar que “mantendré mi compromiso de larga data de hablar en Texas en la Convención de la NRA y realizar un importante discurso a Estados Unidos".

Los planes y las palabras del exmandatario lo colocan en oposición directa al presidente Joe Biden, quien dijo tras el tiroteo del martes que Estados Unidos debe enfrentarse a la NRA y promulgar leyes significativas para frenar la violencia armada. 

Vale recordar que para suprimir o modificar la Carta de Derechos se deben cumplir con unos términos que son difíciles de lograr. Así, cualquier cambio en el texto aprobado en 1788 -al que se incluyó la Segunda Enmienda en 1789- requiere del apoyo de dos tercios de los miembros de ambas cámaras del Congreso, así como del de tres cuartas partes de los estados del país (38). 

Existe una segunda opción, por ahora inédita en la historia de Estados Unidos: que dos tercios de los estados convoquen una convención constitucional.

La actual paridad política en el Senado hace imposible que el partido de gobierno (demócrata) logre una iniciativa para cambiarla ya que requiere del visto bueno de 60 parlamentarios. Ello implica que como mínimo 10 congresistas republicanos los apoyen, lo que no tiene chance alguno ya que la bancada conservadora actúa monolíticamente.

El hito jurídico de 2008 

El año 2008 marcó un antes y un después en los argumentos de quienes defienden el derecho a portar armas. Hasta entonces, se entendía que los ciudadanos no tienen derecho individual como tal, sino que corresponde a las autoridades locales, estatales y federales regular este aspecto.

Sin embargo, todo cambió con el fallo del Tribunal Supremo sobre el caso 'Distrito de Columbia contra Heller'. Este ciudadano había impugnado la constitucionalidad de la prohibición de la tenencia de armas en Washington, considerada como la más restrictiva del país, y los jueces del Supremo le dieron la razón, avalando el derecho individual.

"La Segunda Enmienda protege el derecho de un individuo a poseer un arma de fuego aunque no esté al servicio de una milicia y a usar ese arma para fines tradicionalmente legales, como la autodefensa en su hogar", indicaron los magistrados.

Vale resaltar que la defensa a portar armas está particularmente enraizada en los estados del sur de Estados Unidos, mientras que a nivel nacional la población sigue dividida. La firma Gallup refleja en su sondeo más reciente (octubre de 2021) que un 52 por ciento de los ciudadanos reclaman leyes más estrictas, frente al 35 por ciento que aboga por mantener las actuales y un 11 por ciento que pide que sean incluso más laxas.

A día de hoy, ni siquiera está claro cuántas armas hay actualmente Estados Unidos, con distintas estimaciones que hablan de entre 300 y 400 millones. Un 42 por ciento de los estadounidenses tienen un arma en su propia casa, según los estudios de Gallup.

Respecto a sus poseedores, las firmas encuestadoras coinciden en que son en su mayoría hombres -tres de cada cuatro, según Pew Research Center- y blancos -más del 80 por ciento-, lo que hace que este colectivo cope una cantidad de armas que prácticamente duplica su representatividad dentro de la población norteamericana en general. /Redacción internacional con Europa Press