"Lo políticamente correcto, es lo moralmente incorrecto" | El Nuevo Siglo
Foto cortesía Axel Kaiser
Domingo, 19 de Mayo de 2019
Pablo Uribe Ruan
Axel Kaiser, quien se denomina un “liberal clásico”, habló con este Diario sobre el “verdadero sentido del liberalismo” y la crisis conceptual de la derecha en Latinoamérica

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EL NUEVO SIGLO: Usted viene defendiendo una doctrina del liberalismo que algunos llaman “libertaria”, ¿de qué trata?

AXEL KAISER: Es una doctrina que pone la libertad del individuo primero, y por tanto, el poder público y colectivo se encuentra subordinado a la dignidad y la libertad de la persona, que es la responsable de desarrollar su proyecto de vida y tiene derecho a proyectarlo y a llevarlo a cabo en la medida en que respete el derecho de los demás.

ENS: Parece ser un modelo en términos de lo que defendió Locke…

AK: Sí, John Locke es uno de ellos, Kant, en tiempos más modernos puede ser un Robert Nozick, Friedrich Hayek y en el mundo más de la economía un Milton Friedman. Son las ideas de la Ilustración escocesa que permitieron ratificar la dignidad individual y, por tanto, la igualdad, en un sentido moral. Ese es el fundamento del Estado de Derecho y la igualdad ante la ley. Eso es muy contrario a la visión socialista, populista, colectivista.

ENS: ¿Esa percepción no cree que ha sido malinterpretada por la mayoría de derechas en Latinoamérica?

AK: Creo que ha habido un cierto progreso, pero muchas veces las derechas latinoamericanos han sido muy estatista, agresivas con la libertad individual, oligárquicas, muy poco dadas a la libertad de las personas, muy paternalistas. Eso creo que ha sido un error, pero se entiende por el contexto de los tiempos en que se fueron dando estos procesos. Pero ya estamos en una etapa, en un nivel de desarrollo, en el que sería imperdonable que la derecha no defienda los fundamentos la sociedad libre.

ENS: ¿Pero el paternalismo no continúa en la derecha latinoamericana, por ejemplo, con Jair Bolsonaro, en Brasil?

AK: No sé si Bolsonaro es tan paternalista. Hay que esperar que se aprueben las reformas que él ha postulado. En economía es muy liberal lo que está postulando él, muy necesario para Brasil. Creo que su discurso tiene un componente demagógico, pero que en términos general la postura fundamental apunta en una dirección que en Brasil es necesaria por la catástrofe de seguridad pública y desastre económico en el que se encuentra.

ENS: ¿Qué países aplican este liberalismo que usted defiende, sobre todo en lo económico?

AK: Bueno, hay países como Nueva Zelanda, Australia, Suiza, Singapur y Hong Kong, incluso el mismo Estados Unidos. La Alemania de posguerra, Inglaterra con Thatcher, Irlanda, el mismo Chile, porque aplicó estas ideas durante 30 o 40 años.

Esto es algo probado en distintas regiones del mundo, y que funciona. No creo que haya muchas discusiones respecto a la evidencia. Lo que los niegan son demagogos.

ENS: En Estados Unidos el mayor intérprete de esta línea de pensamiento en Ran Paul, ¿por qué le fue tan mal en las primarias republicanas 2016 frente a Trump?

AK: Porque en Estados Unidos se está produciendo un fenómeno en que la clase media se está achicando y eso tiene como causa un excesivo intervencionismo estatal, pero las personas no tienen claro ese diagnóstico. Trump entra con ese discurso proteccionista a echarle la culpa a China, efectivamente hay cosas que son un tanto injusta (tecnología), pero no es verdad que la solución del problema pase por ahí.

Un tipo como Trump, aparte de eso, logró destruir la convención políticamente correcta que se había impuesto, sobre todo desde la izquierda en Estados Unidos, y que se la había adoptado el Partido Republicano. Y él se tomó el Partido Republicano por asalto, capitalizando y conectado con una gran parte de la población norteamericana que se sentía despreciada por estos apóstoles de la nueva moral políticamente correcta.

Creo que el fenómeno de Estados Unidos es muy complejo, sin embargo, el mismo Trump aplicó una reducción de impuestos muy importante. Así que hay una agenda que puede ir en la tradición histórico-liberal de Ronald Reagan y de fundadores de Estados Unidos.

ENS: ¿Qué es lo políticamente correcto para usted?

AK: Yo te diría que lo políticamente correcto suele ser lo moralmente incorrecto. Es decir, lo políticamente correcto es una ideología que se ha instalado en Occidente desde la izquierda estableciendo categorías de víctimas y de victimarios, en virtud de las cuales la izquierda construye su capital político y su capital social, y de credibilidad moral, para denunciando a sus supuestos opresores llegar al poder y promover su agenda.

Lamentablemente esta retórica del victimismo ha sido casi imposible de contrarrestar por derechas o centroderechas que han sido muy tímidas, cobardes, que en diversas ocasiones han adoptado la misma lógica de la víctima vs. el victimario, porque una de las fuerzas sociales más formidables es la de la empatía.

Entonces, tú cuando quedas del lado de los que no defienden a las víctimas te anulas en el juego político. Y ese es un problema porque finalmente la izquierda, que promueve estas cosas, termina triunfando en las categorías de análisis, en el discurso y, en última instancia, también en el juego de poder.

Ahora, ha habido unos casos que han roto eso, como Trump. Precisamente le dio una lección al Partido Republicano de que mucha gente no está dispuesta a comprar ese juego que está establecido en una élite de profesores universitarios, periodistas e ideólogos.

ENS: ¿Por qué, entonces, la derecha suele ser tan vergonzante?

AK: Porque la derecha, primero, carece de claridad intelectual. No sabe bien, no entiende bien los principios que intuitivamente defiende y, por lo tanto, cuando le toca defenderlo públicamente, se esconde. Hay una fatal ignorancia.

Y, segundo, porque normalmente están muy cómodos y son muy cobardes. Esa comodidad te ablanda, te vuelve plácido, se hace sentir miedo de que en algún minuto vayas a perder lo que has logrado. Y ese miedo juega favorablemente hacia la izquierda.

Y, muchas veces también, una falta de convicción y de culpa que tienen sectores de la derecha, que los hacen incapaces de defender sus principios de manera clara, frontal. La izquierda está mucho más convencida de lo que dice que la derecha y eso la gente lo respeta. La gente respeta los líderes que transmiten convicción. Mientras la derecha siga sin transmitir convicción, la izquierda va a seguir ganando la batalla de las ideas y muchas veces las políticas.