Rana de lluvia está en peligro por disminución de bosques | El Nuevo Siglo
LA RANA Pristimantis medemi habita abundantemente en zonas altas y bajas de Villavicencio.
/Foto: Andrés Felipe Aponte-UNAL
Lunes, 26 de Abril de 2021
Redacción Medio Ambiente

Las altas temperaturas que alcanzan las zonas bajas de Villavicencio (Meta) -debido a la disminución de la cobertura boscosa- dificultan el salto de la rana de lluvia (Pristimantis medemi), lo que afecta su movilización y distribución, y a la vez repercute en una menor capacidad de reproducción y en el peligro de desaparición por migraciones o depredadores.

Esto sería el resultado de la fragmentación de los terrenos adelantada en las diferentes zonas del territorio para actividades agroforestales, de vivienda y ganadería, entre otras.



Así lo evidencia la investigación del biólogo Andrés Felipe Aponte Gutiérrez, magíster en Ciencias - Biología de la Universidad Nacional (UNAL), sobre esta especie que abunda en la capital del Meta.

Su estudio se centró en Villavicencio, ya que la ciudad presenta diferentes altitudes en poca área, algo que facilitó la logística y la comparación de los distintos ambientes en las zonas altas, medias y bajas.

Al respecto, el biólogo explica que “Villavicencio tiene unas coberturas boscosas muy grandes que están conectadas con otras zonas fragmentadas, lo que nos permitió evidenciar cuál es el efecto causado en estas ranas por las coberturas que han sido transformadas de bosques a potreros”.

Las ranas Pristimantis medemi tienen un promedio de tolerancia entre los 24 y 26 ºC en las zonas bajas, mientras que en las zonas altas el rango figura entre los 15 y 16 ºC.

Anfibios a prueba

En el estudio se realizaron pruebas con 68 de estos anfibios, en las cuales se sometieron a un estrés térmico ante altas y bajas temperaturas, y luego a dos días de recuperación. Después se sometieron nuevamente a mayores temperaturas (altas y bajas), con el fin de determinar la capacidad de aclimatación térmica de la especie.

Como resultado de la primera prueba, en las zonas con mayor altitud las ranas lograron una tolerancia de hasta 8,9 Cº, mientras que en las zonas bajas no hubo una mayor tolerancia.

“En los bosques, las ranas tienen un ambiente más fresco y con mayor humedad debido a la sombra que este provee, por lo que no les representa grandes retos para su adaptación o de estrés térmico, mientras que en las zonas abiertas, al no haber cobertura, la temperatura cambia abruptamente a los largo del día, sobrepasando la tolerancia de estos animales, que no suele superar los 36 ºC”.

Deforestación

En el piedemonte, y especialmente en el municipio de Villavicencio y sus alrededores, la alta tasa de deforestación -como consecuencia de procesos de urbanización y actividades agropecuarias- es una de las causas principales para la pérdida de la fauna anfibia en la zona.

La rana Pristimantis medemi es una especie de anfibio anuro de la familia Craugastoridae; es endémica de la cordillera Oriental y habita entre los 450 y 1.800 msnm, en zonas de bosque. Estos anfibios pueden ayudar en el control de algunas poblaciones de otras especies, como las mariposas y coleópteros o escarabajos, que en superpoblación pueden resultar perjudiciales para algunos cultivos.

En el estudio se midió su rendimiento tanto térmico como físico, asociado con la capacidad de saltos, la respiración cardiaca o algún estímulo físico y fisiológico frente al aumento o la disminución de la temperatura, lo que evidencia que esta rana puede lograr un salto más óptimo cuando la temperatura del ambiente se encuentra entre los 26 y 29 ºC.

Aunque esta especie tiene la capacidad de soportar temperaturas de hasta 36 ºC, esto no influye en una mayor capacidad de movilidad, pues aunque resisten más, igualmente su movilización y distribución se ven afectadas, lo que repercute en menos capacidad de reproducción y peligro de desaparición por migraciones o depredadores.

Actualmente los investigadores adelantan otros estudios asociados con los efectos que esta fragmentación del territorio puede tener sobre otros anfibios como la salamandra.

Sin embargo, el investigador Aponte aclara que se requieren estudios ecológicos e históricos similares para asociar estos posibles efectos a cada una de las especies de la zona, pues dependen de los rasgos comportamentales de cada una de ellas.