Arte joven bogotano abre temporada de exposiciones de FUGA | El Nuevo Siglo
En “Constelación Polar Sur”, el artista reconstruye los pasos del explorador noruego Roald Amundsen y del inglés Robert Falcon Scott.
Foto cortesía
Jueves, 3 de Marzo de 2022
Redacción Cultura

En una apuesta por el arte joven se abre la temporada de exposiciones 2022 de la sala de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño (FUGA), que incluye propuestas que impulsan la circulación del trabajo de creadores emergentes de Bogotá.

“La FUGA tiene como misionalidad la transformación y dinamización del centro de Bogotá y lo que queremos es apostarle a promocionar la circulación de las obras de artistas jóvenes de la ciudad”, le dijo en entrevista a EL NUEVO SIGLO Elena Salazar, coordinadora de Artes Plásticas y Visuales de la Fundación.

Para ello, la institución volvió a abrir las puertas de sus salas, esta vez con un homenaje al trabajo de Lorena Díaz, quien lleva varios años fuera del país; y un viaje a la Antártica de la mano de las imágenes de Juan Fernando Cuadros. Muestras que anuncian el inicio de una serie de planes imperdibles que conectarán a los bogotanos y visitantes con las artes plásticas.

Gestos para dilatar la memoria

La primera de estas exposiciones, que irán hasta el 26 de este mes, abarca el trabajo de Lorena Díaz, que como la define la institución, es “una vieja conocida de la FUGA”, ya que en el 2004 expuso en este recinto luego de ganar el premio del VIII Salón de Arte Universitario, cuando iniciaba su trayectoria profesional como artista plástica.

Es una época que la Fundación rememora con la presentación de unas piezas hechas por la artista bogotana, radicada en París, en aquel año, las cuales forman parte de la colección de la institución. “Quisimos dinamizar un poco la colección de arte de la FUGA para darle visibilización y que no se quedaran como piezas netamente archivísticas y de acervo histórico que están guardadas y que nadie las puede ver”, le explicó Salazar a este Diario.

La artista presenta en su muestra, titulada “Gestos para dilatar la memoria”, una serie de fotografías que reservan la identidad del sujeto por el uso de capuchas, y enmarca el trabajo de Díaz dentro de un entorno político y de la posición del individuo frente al control del Estado.

Así, Lorena regresa a su país natal con un trabajo nutrido de instalaciones, videos, fotografías, dibujos y performancias que exploran los códigos sociales, las interrelaciones entre los cuerpos anónimos y la normalización de los gestos en contextos urbanos.

“Hicimos una pequeña retrospectiva de Lorena en la sala 1 y la 1.5 de la FUGA. Con esta exposición tratamos de ubicar un poco el trasegar del artista y entender la ausencia de las obras de Lorena en Colombia y así retornarla y regresarla al país, porque lleva cerca de 19 años por fuera. Sentimos que es un buen momento para hacer ese homenaje a una artista joven”, indicó Elena.

El regreso de esta artista habla de ese control invisible que se ejerce sobre el arte, y simboliza la victoria de la existencia de la obra, en el espacio expositivo. Por medio de una observación de la cotidianidad construye la pregunta por la identidad y el entorno social y político donde se instala el cuerpo.

Desde un cruce de miradas que van desde la ciencia y la filosofía, las operaciones plásticas de su trabajo son un sistema de pensar la realidad, en donde fluyen la presencia del cuerpo y las sutiles huellas que deja en el devenir de la ciudad.



Constelación Polar Sur

Esta exposición recoge una serie de fotografías donde Juan Fernando Cuadros, un artista que como destaca Elena “es de Medellín pero su trabajo se ha desarrollado en Bogotá”, nos lleva a acompañarlo a un viaje por la Antártica, lugar al que viajó en una residencia artística en el año 2019.

En la muestra, titulada “Constelación Polar Sur”, el artista reconstruye los pasos del explorador noruego Roald Amundsen y del inglés Robert Falcon Scott, quienes en una lucha por conquistar el fin del mundo, en el año 1911 fueron los primeros hombres en llegar al polo sur.

Admunsen llega el 14 de diciembre, cinco semanas antes que Falcon Scott, quien luego de arribar a su campamento base se entera de la muerte del explorador inglés y cuatro de sus colaboradores en el viaje de regreso. El retorno de los exploradores enfrentó todo tipo de peligros, entre reales e imaginarios. La conquista del fin del mundo era el último bastión natural por descubrir para el hombre.

“Es una exposición en la que acogimos todas esas fotografías y ese sentimiento que Cuadros planteaba frente al estar en la Antártica, ese espacio que muy poca gente tiene el honor de visitar y que es de esos lugares inhóspitos en los que se nos pone presente la idea del paisaje maravilloso, limpio, vacío un poco, y el abismo que procura este espacio sin horizonte para la mirada”, indicó Salazar.

El artista indaga con su trabajo la relación entre el espacio y la imagen, desde acercamientos en fotografía, video e instalaciones. Por la observación de las estrellas, el mapeo de constelaciones australes y aventurarse a navegar en los confines del mundo, Cuadros reconstruye el camino del explorador y trae a nuestros ojos el último lugar virgen de la tierra. Con estas imágenes invita a buscar lo desconocido y a perderse en un paisaje sin condiciones culturales o políticas.

El regreso del arte a las salas

Durante esta nueva temporada de exposiciones, la FUGA no solo le apostará a ser una ventana del arte de los jóvenes bogotanos, sino también a convertirse en el escenario de grandes eventos de las artes plásticas.

“Este año tenemos diferentes apuestas y una de ellas es que vamos a ser la sede del Salón BAT de Arte Popular, enfocado en Cundinamarca y Bogotá. También tendremos una exposición alrededor de Humboldt y después tendremos las muestras de nuestros preseleccionados de la sexta Bienal de Artes Plásticas y Visuales”, adelantó la gestora cultural.

Con estas proyecciones la FUGA invita a los ciudadanos a volver a las salas y disfrutar del arte en vivo. “Tenemos que volver a abrir los espacios, sobre todo que haya más acercamiento con la plástica, que no se quede solamente en lo visual, sino en la experiencia misma de visitar una sala, de interactuar con esas obras en tamaño real, porque una cosa es verlo en una pantalla y otra es enfrentarse en vivo a las dimensiones de la obra”.